José, hombre de la confianza sin límites,
enséñanos a dejarnos hacer sin querer controlarlo todo.
José, hombre en el silencio,
enséñanos a saber estar sin hacer ruido.
José, hombre de la sencillez,
enséñanos a vivir desde la humildad del que se sabe recibido.
José, carpintero en Nazaret,
enséñanos a agradecer nuestro trabajo y nuestra misión.
José, padre de Jesús,
enséñanos a hacer nuestro lo que Dios nos encomienda.
Acompaña nuestros pasos, nuestras dudas,
nuestros interrogantes, nuestras cobardías
y enséñanos a ser dóciles al susurro de Dios
en medio de lo más cotidiano de la vida.
Amén. Fuente. (Glòria Díaz Lleonart)