El pasado sábado el keniano Eliud Kipchoge
hizo historia el pasado sábado al lograr bajar de las 2 horas el
maratón, que contempla una distancia de 42,2 kilómetros. Este atleta
paró el reloj en 1 hora, 59 minutos y 40 segundos en lo que se convirtió
en todo un espectáculo mediático pese a que esta marca histórica no
podrá ser oficial ni homologada.
Sin embargo, este acontecimiento ha dado la vuelta al mundo y abierto hasta los telediarios. Kipchoge dio gracias a Dios por este día puesto que este atleta keniano tiene una profunda fe católica, transmitida especialmente por su madre y por el resto de su familia, entre los que hay varios sacerdotes.
El sacerdote explica que fue “parte de las cerca de 3.000 personas que seguían la carrera desde una pantalla gigante y con todas ellas terminamos inclinándonos ante Dios para agradecerle todo lo que nos ofreció”.
De hecho, tras este acontecimiento deportivo histórico, la familia de Kipchoge, incluidos varios sacerdotes, celebraron una misa de acción de gracias. “Todos vinieron a la iglesia para agradecerle a Dios. Celebramos como comunidad, estaba la familia, el padre Benjamin Oroiyo, quien también es miembro de la familia, el padre Benedict Rono, y también nos acompañó el vicegobernador del condado de Nandi, miembro del parlamento de la zona, entre otros líderes locales”, explica el sacerdote primo del atleta.
Kipchoge, de 34 años se crió en el pequeño pueblo de Kapsisiwa, donde se celebró esta misa de acción de gracias. Y ahora junto a su esposa vive en una localidad cercana.
El deportista abandonó Kenia rumbo a Viena, donde se realizó la carrera, el pasado 7 de octubre, festividad de Nuestra Señora del Rosario. Pero antes de irse, la parroquia a la que Kipchoge asiste en Nairobi le ofreció una misa. Ahora esperan su regreso para celebrar con él otra Eucaristía para celebrar este logro para todo un país. Fuente: Religión en Libertad — 14/10/2019
Sin embargo, este acontecimiento ha dado la vuelta al mundo y abierto hasta los telediarios. Kipchoge dio gracias a Dios por este día puesto que este atleta keniano tiene una profunda fe católica, transmitida especialmente por su madre y por el resto de su familia, entre los que hay varios sacerdotes.
"Dios cumple su promesa"
El padre Kennedy Kipchumba, primo del deportista, explicó a ACI África que el logro del corredor fue “un momento de alegría y júbilo, sumado a que Dios cumple su promesa”.El sacerdote explica que fue “parte de las cerca de 3.000 personas que seguían la carrera desde una pantalla gigante y con todas ellas terminamos inclinándonos ante Dios para agradecerle todo lo que nos ofreció”.
De hecho, tras este acontecimiento deportivo histórico, la familia de Kipchoge, incluidos varios sacerdotes, celebraron una misa de acción de gracias. “Todos vinieron a la iglesia para agradecerle a Dios. Celebramos como comunidad, estaba la familia, el padre Benjamin Oroiyo, quien también es miembro de la familia, el padre Benedict Rono, y también nos acompañó el vicegobernador del condado de Nandi, miembro del parlamento de la zona, entre otros líderes locales”, explica el sacerdote primo del atleta.
Kipchoge, de 34 años se crió en el pequeño pueblo de Kapsisiwa, donde se celebró esta misa de acción de gracias. Y ahora junto a su esposa vive en una localidad cercana.
"Rezo el Rosario"
El padre Kipchumba señaló que “la persona importante de la familia es
la madre, a quien trajimos de su casa” para la misa. Esta mujer,
Janeth, Rotich, es vista como la principal transmisora de la fe al
atleta. En declaraciones a los periodistas dijo: “Me levanto a las 3 de la mañana todos los días para rezar por él. Rezo el Rosario”.El deportista abandonó Kenia rumbo a Viena, donde se realizó la carrera, el pasado 7 de octubre, festividad de Nuestra Señora del Rosario. Pero antes de irse, la parroquia a la que Kipchoge asiste en Nairobi le ofreció una misa. Ahora esperan su regreso para celebrar con él otra Eucaristía para celebrar este logro para todo un país. Fuente: Religión en Libertad — 14/10/2019