29 de mayo...que los hombres y las mujeres de nuestro tiempo, reconozcan en el Niño que está en tus brazos al único Salvador del mundo, fuente inagotable de la paz verdadera, a la que todos aspiran en lo más profundo del corazón

Madre del amor | Cristóbal Fones, SJ

"María, ayúdanos a ser testigos creíbles de su mensaje de paz y de amor, para que los hombres y las mujeres de nuestro tiempo, caracterizado aún por tensos contrastes e inauditas violencias, reconozcan en el Niño que está en tus brazos al único Salvador del   mundo, fuente inagotable de la paz verdadera, a la que todos aspiran en lo más profundo del corazón S.Juan Pablo II

29 de mayo
Pablo VI
El Papa Pablo VI, durante su pontificado mostró su profunda devoción a la Madre de Dios y su importancia en la historia y en la salvación del hombre. 

“Con maternal clemencia, Beatísima Virgen, a todos tus hijos. Atiende a la ansiedad de los sagrados pastores que temen que la grey a ellos confiada se vea lanzada en la horrible tempestad de los males; atiende a las angustias de tantos hombres, padres y madres de familia que se ven atormentados por acerbos cuidados, solícitos por su suerte y la de los suyos. Mitiga las mentes de los que luchan y dales “pensamientos de paz”; haz que Dios, vengador de las injurias, movido a misericordia, restituya las gentes a la tranquilidad deseada y los conduzca a una verdadera y perdurable prosperidad”. Encíclica la Christi Matri

“No dejéis de inculcar, con todo cuidado, la práctica del Rosario, la oración tan querida a la Virgen y tan recomendada por los Sumos Pontífices, por medio de la cual los fieles pueden cumplir de la manera más suave y eficaz el mandato del Divino Maestro: (Pedid y recibiréis, buscad y hallaréis, llamad y os abrirán) (Mt.7,7)”. Encíclica Mense Maio

Ella “el modelo de la perfección cristiana, el espejo de las virtudes sinceras, la maravilla de la verdadera humanidad”. “Creemos que el culto a María es fuente de enseñanzas evangélicas: en nuestra peregrinación a Tierra Santa, de Ella que es la beatísima, la dulcísima, la humildísima, la inmaculada criatura, a quien cupo el privilegio de ofrecer al Verbo de Dios carne humana en su primigenia e inocente belleza, quisimos derivar la enseñanza de la autenticidad cristiana, y a Ella también ahora volvemos la mirada suplicante, como a amorosa maestra de vida, mientras razonamos con vosotros, Venerables Hermanos, de la regeneración espiritual y moral de la vida de la Iglesia”. Encíclica Ecclesiam Suam

“La santidad ejemplar de la Virgen mueve a los fieles a levantar "los ojos a María, la cual brilla como modelo de virtud ante toda la comunidad de los elegidos". Exhortación apostólica Marialis Cultus dedicada para la recta ordenación y desarrollo del culto a María

“El Pueblo de Dios admira y venera en Ella la figura y el modelo de la Iglesia de Cristo en el orden de la fe, de la caridad y de la perfecta unión con Él. María Virgen y Madre obtenga a la Iglesia, a la que también saludamos como virgen y madre, el que se gloríe humildemente y siempre de la fidelidad de sus sacerdotes al don sublime de la sagrada virginidad, y el que vea cómo florece y se aprecia en una medida siempre mayor en todos los ambientes, a fin de que se multiplique sobre la tierra el ejército de los que siguen al divino Cordero adondequiera que él vaya (Ap 14, 4)”. Encíclica Sacerdotalis Caelibatus. Fuente: aciprensa