Madre de Hakuna
De repente, la Santísima Virgen Me pareció hermosa, Tan hermosa, Que yo Nunca Había visto Nada tan bello. Su rostro respiraba una bondad y una ternura inefables. Pero lo que me caló hasta el fondo del alma fue la encantadora sonrisa de la Santísima Virgen.
Historia de una Alma. Stª Teresita del Niño Jesús.
23 de mayo