Santa Margarita María de Alacoque. Mensajera del Sagrado Corazón. 16 de octubre.

"Cuando uno ama, todo habla de amor, hasta nuestros trabajos que requieren nuestra total atención 
pueden ser un testimonio de nuestro amor."
Nació el 25 de julio de 1647, en Janots, Borgoña. La quinta de 7 hijos de un notario acomodado. Con 4 años prometió al Señor: "O Dios Mío, os consagro mi pureza y hago voto de perpetua castidad." Aunque confesaría mas tarde que no entendía el significado de "voto" o "castidad." 
Con 8 años, murió su padre. Ingresaron a la niña en la escuela de las Clarisas Pobres de Charolles. Desde el primer momento, se sintió atraída por la vida de las religiosas en quienes la piedad de Margarita produjo tan buena impresión, que le permitieron hacer la Primera Comunión a los 9 años, lo que no era costumbre en esa época. Dos años después, Margarita contrajo una dolorosa enfermedad reumática que la obligó a guardar cama hasta los 15 años. Por este motivo tuvo que regresar a su casa.
Hija de la Virgen María: Ya de regreso, Margarita, buscó alivio en la Virgen Santísima y le prometió que si le devolvía la salud se haría una de sus hijas. Apenas hizo la promesa, recobró la salud: "Recibí la salud, y una nueva protección de esta Señora la cual se declaró dueña de mi Corazón, que mirándome como suya, me gobernaba como consagrada a Ella, me reprendía mis faltas y me enseñaba a hacer la voluntad de Dios."
Además de la salud también llegaron las dificultades. "Apenas comencé a gozar de plena salud me fui tras la vanidad y afecto de las criaturas, halagándome que la condescendiente ternura que por mi sentían mi madre y mis hermanos me dejara en libertad para algunas ligeras diversiones y para consagrar a ellas todo el tiempo que deseara..."
La Virgen la reprende severamente cuando la veía dispuesta a sucumbir en la terrible lucha que sostenía en su interior. Estando en una ocasión rezando el rosario sentada, se le presentó la Virgen ante ella y le dijo "Hija mía, me admiro de que me sirvas con tanta negligencia." Y causaron tal impresión estas palabras en la vida de Margarita, que le sirvieron de aviso para toda su vida. Pero la Virgen es también ternura y consuelo. Un día le dijo: "Nada temas; tu serás mi verdadera hija, y yo seré siempre tu buena Madre". Hizo voto a la Virgen de ayunar todos los sábados y de rezar el oficio de su Inmaculada Concepción. Viendo su deseo de radical entrega, la Stma. Virgen le ayuda a alcanzar su meta.
El Santísimo Sacramento: Las cosas en la casa de Margarita no iban muy bien. Desde la muerte de su padre, se había instalado en su casa dos parientes y una de las hermanas de su papá, quienes habían relegado a segundo término a la mamá de Margarita y habían tomado en sus manos el gobierno de la casa. Y así no tenían autoridad alguna, ni Margarita ni su mamá en la casa. Era una guerra continua ya que todo estaba bajo llave, de tal modo, que ellas no podían hacer nada sin el permiso de sus parientes.
Margarita entonces empezó a dirigir sus afectos, dicha y consolación al Santísimo Sacramento del altar. Pero ni siquiera esto le fue posible libremente, ya que la Iglesia de su pueblo quedaba a gran distancia y Margarita no podía salir de la casa sin el permiso de sus familiares.  En repetidas ocasiones un familiar le daba permiso y otro se lo negaba.
Pero si Margarita sufría por su situación, era mas todavía el sufrimiento que le causaba al ver la condición de su madre. Ella, enferma con una erisipela en su cabeza que le producía una hinchazón e inflamación muy peligrosas, se veía continuamente cerca de la muerte. Y por cuanto mas rogaba Margarita a sus parientes para que ayudasen a su mamá, ellos, sin mucho interés, buscaron tan solo un cirujano que la vio una sola vez. Este después de hacerla sangrar por un rato, les dijo a todos que solo un milagro podría salvar a la mamá de Margarita. Viendo el descuido hacia su madre en medio de su estado crítico, Margarita, en su angustia, acudió al mismo Señor. Y en oración le pidió que Él mismo fuese el remedio para su pobre madre y que le enseñase a ella, qué tenia que hacer.
Pronto se haría imperiosa la necesidad de esa fortaleza especial que pedía. En cuanto regresó a la casa, encontró que estaba reventada la mejilla de su mamá con una llaga casi tan ancha como la palma de una mano, y de ella salía un hedor insoportable. Venciendo su natural repugnancia a las heridas, Margarita curaba todos los días la llaga de su mamá, teniendo varias veces que cortar mucha de su carne podrida. Durante todo el tiempo de la enfermedad, Margarita apenas dormía y comía muy escasamente. Pero no dejaba de dirigirse al Señor y le decía con frecuencia, "Mi Soberano Maestro, si Vos no lo quisieras, no sucedería esto, pero os doy gracias de haberlo permitido para hacerme semejante a Vos."
Y así iba creciendo en Margarita un gran amor a la oración y al Santísimo Sacramento. Ella se lamentaba, pues sentía que no sabía como orar, y fue el mismo Señor quien le enseñaba. El la movía a arrodillarse ante El y pedirle perdón por todas sus ofensas y después de adorarlo, era el mismo Señor quien se le presentaba en el misterio que Él quería que ella meditase. Y consumido en Él, crecía en ella el deseo de solo amarlo cada vez mas.
Cuando su madre y sus parientes empezaron a hablarle de matrimonio, la joven Margarita no podía sino sentir temor, pues no quería en nada ir en contra de aquel voto de entrega exclusiva a Dios que una vez había pronunciado. Pero era grande la presión ya que no le faltaban pretendientes que querían empujarle a perder su castidad. Por otro lado, su madre le insistía. Llorando ella le decía a Margarita que no tenía mas esperanzas para salir de la miseria en que se hallaban más que en el matrimonio de Margarita, teniendo el consuelo de poder retirarse con ella tan pronto como estuviera colocada en el mundo. Todo esto fue muy duro para Margarita, quien sufría horriblemente. El demonio la tentaba continuamente, diciéndole que si ella se hacía religiosa, esta pena mataría a su mamá. Mas por otra parte la llamada de Margarita a ser religiosa y el horror a la impureza no cesaban de influenciarle y tenía, por gracia de Dios, continuamente delante de sus ojos, su voto, al que sentía que si llegase a faltar, sería castigada con horribles tormentos.
Pero, la ternura hacia su madre comenzó a sobreponerse con la idea de que, siendo aún niña cuando hizo el voto, y no comprendiendo lo que era, bien podría obtener dispensas. Comenzó pues Margarita a mirar al mundo y a arreglarse para ser del agrado de los que la buscaban. Pero durante todo el tiempo en que estaba en estos juegos y pasatiempos, continuamente el Señor la llamaba a su Corazón. Cuando por fin ella se apartaba un poco para recogerse, el Señor le hacía severas reprensiones ante las cuales sufría horriblemente: "Me lanzaba Jesús flechas tan ardientes, que traspasaban mi corazón y lo consumían dejándome como transida de dolor. Pasando esto, volvía a mis resistencias y vanidades"
En una ocasión Jesús le dijo: "Te he elegido por esposa y nos prometimos fidelidad cuando hiciste el voto de castidad. Soy yo quien te motivo a hacerlo, antes de que el mundo tuviera parte en tu corazón... Y después te confié al cuidado de mi Santa Madre, para que te formase según mis designios".
Finalmente el Divino Maestro se le aparece todo desfigurado, cual estaba en Su flagelación y le dice: "¿Y bien querrás gozar de este placer?- Yo no gocé jamás de ninguno, y me entregué a todo género de amarguras por tu amor y por ganar tu corazón- Querrás ahora disputármelo?". Comprendió ella que era su vanidad la que había reducido al Señor a tal estado.  Que estaba ella perdiendo un tiempo tan precioso, del cual se le perdería una cuenta rigurosa a la hora de su muerte. Y con esta gracia extraordinaria, revivió en ella el deseo de la vida religiosa con tal ardor, que resolvió abrazarla a costa de cualquier sacrificio, aunque pasarían 5 años antes de poder realizarloFuente: Corazones.org
10 consejos de Santa Margarita María de Alacoque para amar al Corazón de Jesús
1. “El adorable Corazón de Jesús (…) promete grandes ganancias a los que de buena voluntad tomen parte en esta empresa, según los medios y luces que les comunique” .
2. “Este Divino Corazón os pagará, no solamente en vuestra persona, sino en la de vuestros parientes y de todos aquellos por quienes os interesáis, a los cuales mirará con ojos propicios y misericordiosos, para socorrerlos y protegerlos en todo, con tal que acudan a Él con confianza, porque tendrá eterna memoria de lo que hacen por su gloria”.
3. “Me prometió que los que se hayan dedicado y consagrado a Él no perecerán jamás; que por ser Él la fuente de todas las bendiciones, las repartirá con afluencia en todos los lugares donde se ponga y venere la imagen de su Divino Corazón; que juntará las familias divididas y protegerá y asistirá a las que se vean en alguna necesidad y que acudan a Él con confianza".
4. “Si veis en vosotros un sinnúmero de impaciencias y enojos, arrojadlos en la fragua de la mansedumbre del amable Corazón de Jesús, para que os haga mansos y humildes”.
5. “Si nadáis en un mar de distracciones, sumidlas en el fondo de tranquilidad del Sagrado Corazón, que os alcanzará indefectible victoria”.
6. “¿No podéis hacer nada en la oración? Contentaos con ofrecer la que este divino Salvador hace por nosotros en el Sacramento del altar, ofreciendo sus afectos en reparación de vuestra tibieza, y decid en cada acción: ‘Dios mío, yo quiero hacer o padecer esto en el Sagrado Corazón de vuestro Hijo, y según sus santas intenciones, las cuales os ofrezco para resarcir las miserias e imperfecciones de las mías’”.
7. “Procurad ante todo conservar la paz del corazón, que vale más que todos los tesoros del mundo. El modo de conservarla es negar vuestra voluntad y poner en su lugar la de este adorable Corazón, para que Él quiera por nosotros lo que sea más para su gloria, contentándonos con someternos y abandonarnos a Él. En una palabra, este Divino Corazón suplirá todo lo que falte; Él amará a Dios por vos, y vos le amaréis en Él y por Él”.
8. “No os espanten los muchos contratiempos que se os ofrecerán en el establecer el reinado de este amable Corazón; las contrariedades son prendas seguras de ser de Dios la cosa, pues que sus obras se llevan a ejecución, por lo común, entre contradicciones y trabajos”.
9. “Recuerda que la perfección consiste en conformar la vida y las acciones totalmente a las virtudes sagradas del Corazón de Jesús, especialmente su paciencia, su mansedumbre, su humildad y su caridad. Como resultado, nuestra vida interior y exterior llega a ser una imagen viva de Él”.
10. “Este divino Corazón es pura dulzura, humildad y paciencia, por lo tanto, debemos esperar... Él sabe cuándo actuarFuente.

Ser rico, pero siempre a la carrera. Artículo.

Hace unos años, fui con otro cura a visitar a un amigo que teníamos en común. Nuestro amigo, un empresario exitoso, vivía en el último piso de un apartamento carísimo con vistas al valle del río en Edmonton. En un momento de la visita, nos llevó al balcón para enseñarnos las vistas. Eran increíbles. Podías ver a kilómetros de distancia, todo el valle y gran parte de la ciudad.

Nos quedamos alucinados y se lo dijimos. Él nos agradeció los cumplidos, pero nos contó que, por desgracia, casi nunca salía al balcón a disfrutar de las vistas. Nos dijo algo así: «Debería darle este piso a una familia pobre que pudiera disfrutarlo. Yo podría vivir en un sótano, porque nunca tengo tiempo para esto. No recuerdo la última vez que salí a ver un atardecer o un amanecer. Siempre estoy liadísimo, estresado, con mil cosas en la cabeza. Este sitio es un desperdicio para mí. Solo salgo cuando tengo visitas y quiero fardar de las vistas».

Jesús dijo una vez algo parecido a esto: ¿De qué te sirve tenerlo todo si estás siempre tan ocupado y estresado que no puedes disfrutarlo?

Cuando Jesús habla de ganar el mundo entero y perder tu alma, no se refiere solo a llevar una mala vida, morir en pecado e ir al infierno. Esa es la advertencia más fuerte de su mensaje. Podemos perder nuestra alma de otras maneras, incluso siendo buenas personas, dedicadas y con principios. El hombre de la historia que acabo de contar es una buena persona, dedicada, con principios y amable. Pero él mismo reconoce que le cuesta conectar con su vida, disfrutarla de verdad, porque cuando vives bajo presión constante y siempre tienes prisa, no es fácil levantarte por la mañana y decir: «Este es el día que ha hecho el Señor, ¡vamos a disfrutarlo!». Es más probable que digamos: «¡Dios mío, ayúdame a sobrevivir a este día!».

Además, cuando Jesús nos dice que es difícil para un rico entrar en el Reino de los Cielos, no se refiere solo al dinero y a las cosas materiales, aunque eso también está incluido. El problema también puede ser una agenda a tope, un trabajo o una pasión que nos consume tanto que casi nunca nos tomamos el tiempo (ni siquiera se nos ocurre) para disfrutar de la belleza de un atardecer o del simple hecho de estar sanos y tener la suerte de tener una vida tan llena.

Para ser sincero, esta es una de mis luchas. Durante todos mis años como sacerdote, siempre he tenido la suerte de tener una agenda llena, un trabajo importante, un trabajo que me encanta. Pero, si soy honesto, tengo que admitir que durante estos años he estado demasiado ocupado y estresado para ver muchos atardeceres (a menos que, como mi amigo, estuviera enseñándoselos a una visita).

He intentado salir de esto obligándome a tener momentos de oración tranquila, paseos, retiros y varias semanas de vacaciones al año. Eso ha ayudado, sin duda, pero sigo siendo un adicto al trabajo, estresado y con prisa casi todo el tiempo, deseando tener tiempo para la tranquilidad, la oración, los atardeceres, un paseo por el parque, una copa de vino o whisky, un cigarro contemplativo. Y me doy cuenta de la ironía: ¡Me estoy matando a trabajar para tener tiempo para relajarme!

No soy Thomas Merton, pero me consuela saber que él, un monje en un monasterio, a menudo estaba demasiado ocupado y presionado para encontrar la soledad. Buscándola, pasó los últimos años de su vida como ermitaño, lejos del monasterio principal, excepto para la Eucaristía y los rezos diarios. Y cuando encontró la soledad, se sorprendió de lo diferente que era de cómo la había imaginado. Así la describe en su diario:

«Hoy estoy en soledad porque en este momento me basta con ser, de forma humana normal, con mi hambre y mi sueño, mi frío y mi calor, levantarme e irme a la cama. Ponerme y quitarme las mantas, hacer café y luego bebérmelo. Descongelar el frigorífico, leer, meditar, trabajar, rezar. Vivo como vivieron mis antepasados en esta tierra, hasta que finalmente muera. Amén. No hay necesidad de hacer una declaración sobre mi vida, especialmente sobre ella como mía… Debo aprender a vivir de manera que olvide los programas y las pretensiones». 

¡Y para ver el atardecer desde mi balcón!

Cuando somos ricos, estamos ocupados, presionados y preocupados, es difícil disfrutar de tu propio café. Artículo original en Ingles. Imagen: DepositphotosRon Rolheiser OMI (Trad. Benjamín Elcano, cmf). Fuente: Ciudad Redonda.org

Santa Teresa de Ávila. 15 de octubre.





Nació en Ávila en 1515. Mujer de excepcionales dotes de mente y de corazón, a los 18 años entró en el Carmelo. A los 45, para responder a las gracias extraordinarias del Señor, emprendió una vida cuya divisa sería: «O sufrir o morir», y en la que encontró el eficaz apoyo de san Pedro de Alcántara. Entonces fundó el convento de San José de Ávila, primero de los 15 Carmelos que establecería en España. Con san Juan de la Cruz, introdujo la gran reforma carmelitana. Sus escritos son un modelo seguro en los caminos de la plegaria y de la perfección. Supo conciliar el don de gentes con el trato íntimo con Cristo, el espíritu emprendedor con la oración contemplativa, la actividad incesante con la unión mística con Dios, que ella nos describe con el lenguaje llano del pueblo. Contribuyó a la renovación de la entera comunidad eclesial. Murió en Alba de Tormes (Salamanca) en 1582, la noche del 4 de octubre, convertida en 15 de octubre por la reforma gregoriana del calendario. Pablo VI la declaró en 1970 Doctora de la Iglesia.- Oración: Señor, Dios nuestro, que por tu Espíritu has suscitado a santa Teresa de Jesús, para mostrar a tu Iglesia el camino de la perfección, concédenos vivir de su doctrina y enciende en nosotros el deseo de la verdadera santidad. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén. Gracias a: Santa Clara de Estella 

"De devociones absurdas 
y santos con cara agria, 
buen Señor, ¡Líbranos!."

 Santa Teresa de Ávila

Recopilación de Frases de Santos. Nº24

Recopilación de frases, lemas, dichos y pequeñas inspiraciones espirituales

Más fácil le es a un camello pasar por el ojo de una aguja, que a un rico entrar en el reino de Dios.





       Domingo XXVIII tiempo ordinario



  El fragmento del evangelio de Marcos presenta a "uno" que se acerca a Jesús para preguntarle lo que debe hacer para heredar la vida eterna. Se trata de una pregunta sensata en la que oímos el eco de la voz de los anawim preguntando en los salmos: "Señor, quién habitará en tu tienda? (Sal 15,1) y "Quién subirá al monte del Señor? Quién podrá estar en su recinto santo?" (Sal 24,3). Se preguntaban, por tanto, cómo "heredar" las promesas de Dios: sabían, en efecto, que en la "vida eterna" se encuentran condensados la benevolencia divina y el deseo de felicidad del hombre. Jesús, interpelado, rechaza para sí, en cuanto hombre, el atributo "bueno", y lo refiere explícitamente al único que es la Bondad absoluta, e invita a su interlocutor a observar los mandamientos -las diez palabras-, que son el don del Dios bueno destinado a entrar en comunión con él.

        Sobre ese "uno" que puede responder que ha observado los mandamientos desde su juventud se posa ahora la mirada admirada y amorosa de Jesús, que le dirige una invitación precisa y clara: "Vete, vende todo lo que tienes y dáselo a los pobres; así tendrás un tesoro en el cielo. Luego ven y Sígueme". Pero hay algo que impide al interlocutor acoger el amor de predilección del Maestro: posee "muchos bienes", pero no consigue comprender cuál es el bien verdadero, el verdadero rostro de la sabiduría que se le quiere dar, y se aleja "todo triste".

        Jesús explica a los asombrados discípulos cómo precisamente esas riquezas, que en el Antiguo Testamento eran consideradas un signo de la benevolencia divina, pueden convertirse en el obstáculo más grande para acoger el Reino de los Cielos. Sólo quien sigue a Jesús encuentra con él y en él cien veces más aquí en la tierra -"junto con persecuciones", precisa Marcos (v. 30)- y la vida verdadera, la eterna, que sólo puede ser recibida por quien -como el comerciante avispado- vende todo para adquirirla.


 



Nuestra Señora del Pilar. 12 de octubre. Patrona de la Hispanidad.


Historia de la Virgen del Pilar

La tradición, tal como ha surgido de unos documentos del siglo XIII que se conservan en la catedral de Zaragoza, se remonta a la época inmediatamente posterior a la Ascensión de Jesucristo, cuando los apóstoles, fortalecidos con el Espíritu Santo, predicaban el Evangelio. Se dice que, por entonces (40 AD), el Apóstol Santiago el Mayor, hermano de San Juan e hijo de Zebedeo, predicaba en España. Aquellas tierras no habían recibido el evangelio, por lo que se encontraban atadas al paganismo. Santiago obtuvo la bendición de la Santísima Virgen para su misión.
Los documentos dicen textualmente que Santiago, "pasando por Asturias, llegó con sus nuevos discípulos a través de Galicia y de Castilla, hasta Aragón, el territorio que se llamaba Celtiberia, donde está situada la ciudad de Zaragoza, en las riberas del Ebro. Allí predicó Santiago muchos días y, entre los muchos convertidos eligió como acompañantes a ocho hombres, con los cuales trataba de día del reino de Dios, y por la noche, recorría las riberas para tomar algún descanso".
En la noche del 2 de enero del año 40, Santiago se encontraba con sus discípulos junto al río Ebro cuando "oyó voces de ángeles que cantaban Ave, María, gratia plena y vio aparecer a la Virgen Madre de Cristo, de pie sobre un pilar de mármol". La Santísima Virgen, que aún vivía en carne mortal, le pidió al Apóstol que se le construyese allí una iglesia, con el altar en torno al pilar donde estaba de pie y prometió que "permanecerá este sitio hasta el fin de los tiempos para que la virtud de Dios obre portentos y maravillas por mi intercesión con aquellos que en sus necesidades imploren mi patrocinio".
Desapareció la Virgen y quedó ahí el pilar. El Apóstol Santiago y los ocho testigos del prodigio comenzaron inmediatamente a edificar una iglesia en aquel sitio y, con el concurso de los conversos, la obra se puso en marcha con rapidez. Pero antes que estuviese terminada la Iglesia, Santiago ordenó presbítero a uno de sus discípulos para servicio de la misma, la consagró y le dio el título de Santa María del Pilar, antes de regresarse a Judea. Esta fue la primera iglesia dedicada en honor a la Virgen Santísima.
Muchos historiadores e investigadores defienden esta tradición y aducen que hay una serie de monumentos y testimonios que demuestran la existencia de una iglesia dedicada a la Virgen de Zaragoza.  El más antiguo de estos testimonios es el famoso sarcófago de Santa Engracia, que se conserva en Zaragoza desde el siglo IV, cuando la santa fue martirizada. El sarcófago representa, en un bajo relieve, el descenso de la Virgen de los cielos para aparecerse al Apóstol Santiago.
Asimismo, hacia el año 835, un monje de San Germán de París, llamado Almoino, redactó unos escritos en los que habla de la Iglesia de la Virgen María de Zaragoza, "donde había servido en el siglo III el gran mártir San Vicente", cuyos restos fueron depositados por el obispo de Zaragoza, en la iglesia de la Virgen María. También está atestiguado que antes de la ocupación musulmana de Zaragoza (714) había allí un templo dedicado a la Virgen.
La devoción del pueblo por la Virgen del Pilar se halla tan arraigada entre los españoles y desde épocas tan remotas, que la Santa Sede permitió el establecimiento del Oficio del Pilar en el que se consigna la aparición de la Virgen del Pilar como "una antigua y piadosa creencia".
Numerosos milagros de la Virgen
 En 1438 se escribió un Libro de milagros atribuidos a la Virgen del Pilar, que contribuyó al fomento de la devoción hasta el punto de que, el rey Fernando el católico dijo: "creemos que ninguno de los católicos de occidente ignora que en la ciudad de Zaragoza hay un templo de admirable devoción sagrada y antiquísima, dedicado a la Sta. y Purísima Virgen y Madre de Dios, Sta. María del Pilar, que resplandece con innumerables y continuos milagros".
El Gran milagro del Cojo de Calanda (1640) Se trata de un hombre a quien le amputaron una pierna.  Un día, años más tarde, mientras soñaba que visitaba la basílica de la Virgen del Pilar, la pierna volvió a su sitio.  Era la misma pierna que había perdido. Miles de personas fueron testigos y en la pared derecha de la basílica hay un cuadro recordando este milagro.
 El Papa Clemente XII señaló la fecha del 12 de octubre para la festividad particular de la Virgen del Pilar, pero ya desde siglos antes, en todas las iglesias de España y entre los pueblos sujetos al rey católico, se celebraba la dicha de haber tenido a la Madre de Dios en su región, cuando todavía vivía en carne mortal.
Tres rasgos peculiares que caracterizan a la Virgen del Pilar y la distinguen de las otras:
1- Se trata de una venida extraordinaria de la Virgen durante su vida mortal. A diferencia de las otras apariciones la Virgen viene cuando todavía vive en Palestina: ¨Con ninguna nación hizo cosa semejante", cantará con razón la liturgia del 2 de enero, fiesta de la Venida de la Virgen.
2- La Columna o Pilar que la misma Señora trajo para que, sobre él se construyera la primera capilla que, de hecho, sería el primer Templo Mariano de toda la Cristiandad.
3- La vinculación de la tradición pilarista con la tradición jacobea (del Santuario de Santiago de Compostela). Por ello, Zaragoza y Compostela, el Pilar y Santiago, han constituido dos ejes fundamentales, en torno a los cuales ha girado durante siglos la espiritualidad de la patria española.
Simbolismo del pilar
El pilar o columna: la idea de la solidez del edificio-iglesia con la de la firmeza de la columna-confianza en la protección de María.
La columna es símbolo del conducto que une el cielo y la tierra, "manifestación de la potencia de Dios en el hombre y la potencia del hombre bajo la influencia de Dios". Es soporte de lo sagrado, soporte de la vida cotidiana. María, la puerta del cielo, la escala de Jacob, ha sido la mujer escogida por Dios para venir a nuestro mundo. En ella la tierra y el cielo se han unido en Jesucristo.
 Las columnas garantizan la solidez del edificio, sea arquitectónico o social. Quebrantarlas es amenazar el edificio entero. La columna es la primera piedra del templo, que se desarrolla a su alrededor; es el eje de la construcción que liga entre si los diferentes niveles. María es también la primera piedra de la Iglesia, el templo de Dios; en torno a ella, lo mismo que los apóstoles reunidos el día de pentecostés, va creciendo el pueblo de Dios; la fe y la esperanza de la Virgen alientan a los cristianos en su esfuerzo por edificar el reino de Dios.
Vemos en Ex 13, 21-22, que una columna de fuego por la noche acompañaba al pueblo de Israel peregrino en el desierto, dirigiendo su itinerario.
En la Virgen del Pilar el pueblo ve simbolizada "la presencia de Dios, una presencia activa que, guía al pueblo de elegido a través de las emboscadas de la ruta".
Historia de la Basílica: Al principio del siglo XVI, el arzobispo Alonso de Aragón, hijo del rey católico, transformó en estilo gótico la iglesia anterior, erigida en el lugar mismo de la aparición de la Virgen, que quedó así incluida desde entonces dentro del templo; el lugar más sagrado de esta capilla lo constituía y lo sigue constituyendo el que ocupa la santa columna, su más preciada reliquia, en la que se asienta la imagen de la Virgen.
 Por la necesidad que se vio de cobijar a las inmensas muchedumbres de peregrinos y poder atender mejor a los numerosos asistentes en los actos de culto, en 1681 se puso la primera piedra del nuevo templo, donde se incluyó también la santa capilla, conservando intacto el lugar de asentamiento de la columna de la Virgen. En 1872 se concluyeron las diversas capillas y cúpulas, más tarde se añadirán las cuatro torres, la última se concluyó en 1961.
Los sitios de Zaragoza, (1808) durante la guerra de independencia, dieron notoriedad a la devoción de la Virgen del Pilar. Junto a su manto se reunía el pueblo buscando en ella protección y aliento; se le representaba velando el sueño de los soldados y se le nombró: "capitana de la tropa aragonesa". Un siglo mas tarde en 1908, la devoción a la Virgen del Pilar, afianzo su dimensión hispánica con el tributo que se le ofreció de todas las banderas de las naciones hispanoamericanas, que cuelgan actualmente en los muros del Pilar.
El Papa Juan Pablo II en 1984, al hacer escala en su viaje a Santo Domingo para iniciar la conmemoración del descubrimiento de América, reconoció a la Virgen del Pilar como "patrona de la hispanidad".
 No nos podemos olvidar la importancia que tuvo en aumentar la devoción a la Virgen del Pilar, la guerra civil de 1936-1939. Las tres bombas que cayeron sobre el templo no estallaron y muchos vieron en este hecho un signo de la especial protección de la Virgen sobre las tropas nacionalistas. De toda España acudían peregrinos a pie a dar gracias a la Virgen por haberlos librado de los peligros de la guerra. Fuente: ©Evangelizo.org 2001-2016

Fiesta de la Virgen del Rosario. 7 de octubre.

Las quince promesas, de la Virgen María, a quienes recen el rosario
1.- El que me sirva, rezando diariamente mi Rosario, recibirá cualquier gracia que me pida.
2.- Prometo mi especialísima protección y grandes beneficios a los que devotamente recen mi Rosario.
3.- El Rosario será un fortísimo escudo de defensa contra el infierno, destruirá los vicios, librará de los pecados y exterminará las herejías.
4.- El Rosario hará germinar las virtudes y también hará que sus devotos obtengan la misericordia divina; sustituirá en el corazón de los hombres el amor del mundo al amor por Dios y los elevará a desear las cosas celestiales y eternas. ¡Cuántas almas por este medio se santificarán!.
5.- El alma que se encomiende por el Rosario no perecerá.
6.- El que con devoción rezare mi Rosario, considerando misterios, no se verá oprimido por la desgracia, ni morirá muerte desgraciada; se convertirá, si es pecador; perseverará en la gracias, si es justo, y en todo caso será admitido a la vida eterna.
7.- Los verdaderos devotos de mi Rosario no morirán sin auxilios de la Iglesia.
8.- Quiero que todos los devotos de mi Rosario tenga en vida y en muerte la luz y la plenitud de la gracia, y sean partícipes de los méritos de los bienaventurados.
9.- Libraré pronto del purgatorio a las almas devotas del Rosario.
10.- Los hijos verdaderos de mi Rosario gozarán en el cielo una gloria singular.
11.- Todo lo que se me pidiere por medio del Rosario se alcanzará prontamente.
12.- Socorreré en todas sus necesidades a los que propaguen mi Rosario.
13.- Todos los que recen el Rosario tendrán por hermanos en la vida y en la muerte a los bienaventurados del cielo.
14.- Los que rezan mi Rosario son todos hijos míos muy amados y hermanos de mi Unigénito Jesús.
15.- La devoción al santo Rosario es una señal manifiesta de predestinación a la gloria.

7 cosas que no sabías sobre el sentido y los efectos del rezo del Rosario


1. El Rosario es Cristo-céntrico
2. Su origen está en la Biblia
3. Une a las familias que lo rezan
4. Trae paz al mundo
5. Es un sacramental
6. Da calma a quien lo reza y baja la presión sanguínea
7. Al rezarlo se viven los misterios de la fe

El Santo Rosario en Radio María (Todo sobre el rosaio)

“Historias del Rosario: Ahora y en la hora de la muerte” Película documental que nació al ver la foto de un soldado herido en Afganistán sosteniendo en sus manos un rosario.

Lo que Dios ha unido, que no lo separe el hombre.

 


Domingo XXVII tiempo ordinario



  Cómo escuchar y acoger la Palabra de Dios que habla de la unidad entre el hombre y la mujer y del carácter inseparable del vínculo matrimonial cuando, en nuestro tiempo, la fidelidad y la indisolubilidad de la pareja parecen algo utópico y, lo que es más, son consideradas un valor cultural del pasado? Cómo no relegar entre los mitos fantásticos el relato del libro del Génesis, insertando también las palabras de Jesús como un complemento de la fábula?

        La Palabra de Dios, en su integridad, "es viva y eficaz"; es Palabra para este momento, para nosotros. La fatiga concreta que los hombres y las mujeres experimentan al vivir su unión de una manera estable, constructiva, fecunda, es iluminada y sostenida por la Palabra de Dios. Jesús sigue siendo siempre el hermano que ha experimentado el sufrimiento y la angustia del límite humano y de sus consecuencias; él, el Hijo de Dios. Y, vencedor del mal, acompaña a todos, a cada uno con su propia fatiga personal, al encuentro con el Padre, al abrazo de su misericordia.

        Dios lo ha creado todo para la vida. La suya es una ley de vida que promueve al hombre, no una ley que le oprime. La unión indisoluble entre el hombre y la mujer es una verdad inscrita en el ser humano, una verdad que libera y hace auténtica su capacidad y su necesidad de amar y de ser amado. Es la celebración de la dignidad suprema del hombre y de la mujer, "imagen y semejanza" de Dios.


 



Las témporas de acción de gracias y de petición y Santa Faustina Kowalska, apóstol de la Divina Misericordia. 5 de octubre

A pesar de que, globalmente, nuestra sociedad está marcada por la industrialización y la técnica, y no tanto por la cultura agrícola, es bueno celebrar hoy esta fiesta. Leemos en el Misal que pueden dedicarse hasta 3 días de la semana, para recoger los tres aspectos fundamentales de esta celebración: la acción de gracias, la petición y la conversión. Son días que la comunidad cristiana ofrece a Dios, terminadas las vacaciones y la recolección de las cosechas, al reemprender la actividad habitual.

   Sea cual sea nuestro trabajo, vivamos más o menos de la tierra, hoy es un momento oportuno para reconocer, como dice el Deuteronomio en la primera lectura, que es el Señor quien nos conduce año tras año a una tierra buena; es Él quien nos saca de la esclavitud de la vida, atravesando desiertos de alacranes, y nos da la fuerza para cultivar nuestras riquezas. Es momento para reconocer la inmensa dignidad de nuestra pequeñez, pues estando todo en manos de Dios, en las nuestras confía cuanto ha creado.
   Las sequías que agostan los sembrados, las tormentas tropicales y el agua que se impone con violencia llenado todo de muerte y destrucción, el calentamiento de la atmósfera, la sobrecarga de edificaciones o de talas de árboles en algunas zonas... Todos estos son signos de lo poco conscientes que somos de pertenecer a la Creación, como el agua, el aire o los pájaros. Nos recuerdan que no somos los dueños del mundo, por mucha potencia económica o armamentística que tengamos, sino simples administradores de Dios.
   

Y al leer el Evangelio de hoy desde esta perspectiva, desechamos anuncios apocalípticos de un Dios que castiga no sé qué pecados con muertes indiscriminadas, fenómenos naturales descontrolados o falta de cosechas que producen enormes hambrunas. Parece ser que el Dios de Jesús es el Padre respetuoso que da sobradamente cuanto le pedimos, y está esperando, justamente eso, que sus hijos se dirijan a Él, le busquen y le llamen.
   Aunque en algunos lugares del mundo no es época de cosecha ni de recomenzar la actividad habitual, unámonos todos hoy en la oración y en una asombrada acción de gracias por tanto bien recibido. Que en la escasez  se acreciente nuestra esperanza activa para seguir adelante y en la abundancia aumente nuestra humildad para repartir lo que gratuitamente se nos ha dado. CR, Fuente: Ciudad Redonda


La biografía de Santa Faustina nos narra que el Señor le recordaba frecuentemente Su deseo de que se estableciera la Fiesta de la Divina Misericordia. Ella ofreció una novena por esta intención y el 23 de marzo de 1937, martes de Semana Santa, el séptimo día de la novena Santa Faustina tuvo la siguiente visión: “De pronto la presencia de Dios me invadió e inmediatamente me vi en Roma, en la capilla del Santo Padre y al mismo tiempo estaba en nuestra capilla...Yo tomé parte en la solemne celebración, simultáneamente aquí y en Roma...Vi al Señor Jesús en nuestra capilla, expuesto en el Sacramento de la Eucaristía en el altar mayor. La capilla estaba adornada como para una fiesta, y ese día todo el que quisiera, podía entrar. La multitud era tan grande que la vista no podía alcanzarla toda. Todos estaban participando en las celebraciones con gran júbilo, y muchos de ellos obtuvieron lo que deseaban. La misma celebración tuvo lugar en Roma, en una hermosa Iglesia, y el Santo Padre, con todo el clero, estaban celebrando esta Fiesta, y entonces súbitamente yo vi a San Pedro, que estaba de pie entre el altar y el Santo Padre...Entonces de repente vi como los dos rayos, como están pintados en la imagen, brotaron de la hostia y se extendieron sobre todo el mundo. Esto duró sólo un momento, pero pareció como si hubiese durado todo el día, y nuestra capilla estuvo repleta todo el día, y todo el día abundó en júbilo. Luego, vi en nuestro altar, al Señor Jesús vivo, tal como luce en la imagen. Luego, en un instante me encontré de pie cerca de Jesús, y me paré en el altar junto al Señor Jesús, y mi espíritu estuvo lleno de una felicidad tan grande...Jesús se inclinó hacia mí y dijo con gran bondad, ‘¿Cuál es tu deseo Hija mía’ Y yo contesté, ‘Deseo que toda adoración y gloria sean dadas a Tu Misericordia’. ‘Yo ya estoy recibiendo adoración y gloria por la congregación y la celebración de esta Fiesta: ¿Qué más deseas?’ Entonces yo miré a la inmensa multitud que adoraba la Divina Misericordia y le dije a Jesús, ‘Jesús, bendice a todos aquellos que están reunidos para darte gloria y venerar Tu infinita misericordia’. Jesús hizo la señal de la cruz con su mano y esta bendición fue reflejada en las almas como un rayo de luz” (1044-1049). Muchos ven esta visión en respecto a la canonización de Santa Faustina. Jesús le mostraba a su apóstol los frutos de su trabajo y sufrimientos.

Al final de la Canonización de Santa Maria Faustina el Santo Padre declaró el segundo domingo de Pascua como el “Domingo de la Misericordia Divina”, estableciendo la Fiesta de la Divina Misericordia que Jesús tanto pedía a Santa Faustina. El Santo Padre dijo: “En todo el mundo, el segundo domingo de Pascua recibirá el nombre de Domingo de la Divina Misericordia. Una invitación perenne para el mundo cristiano a afrontar, con confianza en la benevolencia divina, las dificultades y las pruebas que esperan al genero humano en los años venideros”. Y después de su visita a Polonia en junio del 2002, “para hacer que los fieles vivan con intensa piedad esta celebración, el mismo Sumo Pontífice ha establecido que el citado domingo se enriquezca con la indulgencia plenaria para que los fieles reciban con más abundancia el don de la consolación del Espíritu Santo, y cultiven así una creciente caridad hacia Dios y hacia el prójimo, y, una vez obtenido de Dios el perdón de sus pecados, ellos a su vez perdonen generosamente a sus hermanos.”

Podemos encontrar un paralelo entre los poderosos mensajes que Jesús revela a Santa Faustina: sobre la Divina Misericordia y a Santa Margarita: sobre la devoción al Sagrado Corazón. A través de ellas Dios nos manifestó y nos dio a conocer Su Misericordia encerrada en Su Sagrado Corazón.

Santa Faustina fue canonizada el 30 de abril del 2000, siendo la primera canonización del año jubilar.  Homilía del Papa en la canonización. Fuente: Corazones.org

San Francisco de Asís. 4 de octubre.


   Se ha dicho que san Francisco entró en la gloria desde antes de morir y que es el único santo a quien todas las generaciones hubiesen canonizado unánimemente. 

   Estas exageraciones, que no carecen de fundamento, nos permiten afirmar con la misma verdad que san Francisco es el único santo de nuestros días a quien todos los no católicos estarían de acuerdo en canonizar.

Infancia y juventud. La conversión. Su fraternidad...

Para saber más sobre el santo.

Evangelio del día 4 y su comentario

12 hechos fascinantes que quizá no sabías de él

Los "pequeños" que acogen la invitación de Jesús a seguir su ejemplo de sencillez y humildad experimentan el amor divino. Se descubren amados por Jesús, que no ha dudado en dar su propia vida a fin de que todos los hombres pudieran vivir eternamente la amistad con él y con el Padre. El Espíritu Santo nos ha hecho en el bautismo criaturas nuevas y nos ha introducido en la familiaridad con Dios. Somos del Señor, estamos llamados a dejarnos animar por el mismo pálpito de amor por el que él se entregó totalmente a nosotros hasta el fin.

Francisco de Asís respondió a esta llamada: se hizo "pequeño", menor, humilde y pobre, satisfecho sólo con Dios. Descubrió que el Evangelio, vivido sin rebajas, nos hace criaturas nuevas, personas resucitadas, partícipes de la verdadera humanidad del Hijo de Dios y, por consiguiente, auténticos servidores de los hermanos, de todos los hermanos. En Francisco, esta humanidad redimida, forjada por las exigencias y por la ternura del amor a Dios y a los demás, se volvió visible en los signos de la crucifixión. Y el mismo Francisco se convirtió en la bendición viva del Padre, puesto que no se apropió de nada, sino que -como menor- todo se lo restituyó, reconociéndole como el Dador de todo bien. 

Santísimo PADRE NUESTRO:
creador, redentor, consolador y salvador nuestro!

QUE ESTÁS EN LOS CIELOS:
en los ángeles y en los santos;
iluminándolos para conocer, porque tú, Señor, eres la luz;
inflamándolos para amar, porque tú, Señor, eres el amor;
habitando en ellos y colmándolos para gozar,
porque tú, Señor, eres el bien sumo, eterno,
de quien todo bien procede, sin quien no hay bien alguno.

SANTIFICADO SEA TU NOMBRE:
clarificada sea en nosotros tu noticia,
para que conozcamos cuál es la anchura de tus beneficios,
la largura de tus promesas, la altura de la majestad y la hondura de los juicios.

VENGA A NOSOTROS TU REINO:
para que reines tú en nosotros por la gracia y nos hagas llegar a tu reino,
donde se halla la visión manifiesta de ti,
el perfecto amor a ti, tu dichosa compañía, la fruición de ti por siempre.

HÁGASE TU VOLUNTAD, COMO EN EL CIELO, TAMBIÉN EN LA TIERRA:
para que te amemos con todo el corazón
,
pensando siempre en ti; con toda el alma, deseándote siempre a ti;
con toda la mente, dirigiendo todas nuestras intenciones a ti,
buscando en todo tu honor; y con todas nuestras fuerzas,
empleando todas nuestras energías y los sentidos del alma y del cuerpo en servicio,
no de otra cosa, sino del amor a ti;
y para que amemos a nuestros prójimos como a nosotros mismos,
atrayendo a todos, según podamos, a tu amor,
alegrándonos de los bienes ajenos como de los nuestros y
compadeciéndolos en los males y no ofendiendo a nadie.

EL PAN NUESTRO DE CADA DÍA:
tu amado Hijo. nuestro Señor Jesucristo, DÁNOSLE HOY:
para que recordemos, comprendamos y veneremos
el amor que nos tuvo y cuanto por nosotros dijo, hizo y padeció.

Y PERDÓNANOS NUESTRAS DEUDAS:
por tu inefable misericordia, por la virtud de la pasión de tu amado Hijo
y por los méritos e intercesión de la beatísima Virgen y de todos tus elegidos.

Así COMO NOSOTROS PERDONAMOS A NUESTROS DEUDORES:
y lo que no perdonamos plenamente, haz tú, Señor,
que plenamente lo perdonemos,
para que por ti amemos de verdad a los enemigos
y en favor de ellos intercedamos devotamente ante ti,
no devolviendo a nadie mal por mal,
y para que procuremos ser en ti útiles en todo.

Y NO NOS DEJES CAER EN TENTACIÓN:
oculta o manifiesta, imprevista o insistente.

MAS LÍBRANOS DEL MAL:
pasado, presente y futuro. Gloria al Padre...
(Francisco de Asís, "Paráfrasis del Padre nuestro"). 

Donde hay caridad y sabiduría, no hay temor ni ignorancia.

Donde hay paciencia y humildad, no hay ira ni desasosiego. Donde hay pobreza con alegría, no hay codicia ni avaricia. Donde hay quietud y meditación, no hay preocupación ni disipación. Donde hay temor de Dios que guarda la entrada {cf. Lc 11,21), no hay enemigo que tenga modo de entrar en la casa. Donde hay misericordia y discreción, no hay superfluidad ni endurecimiento (Francisco de Asís, "Admoniciones, en Fuentes franciscanas", versión electrónica). 

Su vida estuvo enteramente caracterizada -hasta el momento de la conversión- por la búsqueda de un modelo que pudiera educar y plasmar su natural propensión al canto.

Lo encontró de repente en el Señor Jesús, en la belleza de su vida narrada por el Evangelio y, en particular, en el luminoso canto nuevo de su muerte en la cruz.

Dejó que la pasión marcara cada uno de sus pasos y afinara de manera progresiva todas las fibras de su persona con la humanidad del Hijo de Dios, que se entregó por completo a sí mismo por nosotros.

Francisco oró así: "Te ruego, oh Señor, que la ardiente y dulce fuerza de tu amor arrebate mi mente de todas las cosas que hay bajo el cielo, para que muera yo de amor por tu amor, como tú te dignaste morir por amor a mi amor" (oración Absorbeat).

Su camino estuvo siempre acompañado por confirmaciones y consuelos. Su predicación y su ministerio tocaron el corazón de las personas y suscitaron decisiones de conversión y de reconciliación.

Su manera de seguir radicalmente al Señor se volvió, cada vez más, casa hospitalaria para otros muchos hermanos y hermanas, que encontraron en su itinerario personal una modalidad radical y actual de interpretar y vivir el Evangelio de la nueva estación histórica que avanzaba. Sin embargo, en el tiempo del monte Alverna, parece apagarse el canto fluente.

En esta estación encuentra Francisco la prueba más terrible: las fatigas originadas por un movimiento que se institucionaliza -que pierde en intensidad evangélica y llega incluso a dudar sobre la posibilidad de que sea integralmente practicable su estilo de vida- repercuten en su misma fe.

La pregunta sobre la verdad de sus intuiciones más profundas y la duda sobre el origen divino de su proyecto de vida resuenan en un silencio opresor en el que Dios no parece hablarle ya, a pesar de haberlo buscado con tanta tenacidad.

Francisco experimenta el abandono de Dios y se retira de los hermanos para no mostrar su semblante, que ha perdido la serenidad habitual. El canto nuevo, por consiguiente, no le fue dado en un momento de paz y consolación, sino en un momento en el que -como dice el salmista- "fallan los cimientos" y todas las seguridades parecen hundidas (C. M. Martini - R. Cantalamessa, La cruz como raíz de la perfecta alegría, Verbo Divino).

Recopilación de Frases y publicaciones sobre San Francisco