“El mundo necesita voluntarios y organizaciones que quieran comprometerse con el bien común.
Sí, es la palabra que hoy muchos quieren borrar: ‘compromiso’.
Y el mundo necesita voluntarios que se comprometan por el bien común.
Ser voluntario solidario es una opción que nos hace libres; nos hace abiertos a las necesidades del otro; a las demandas de justicia, a la defensa de los pobres, al cuidado de la creación.
Es ser artesanos de misericordia: con las manos, con los ojos, con el oído atento, con la cercanía.
Y ser voluntario es trabajar con la gente a la que uno sirve. No solo para la gente, sino con la gente. Trabajar con la gente.
La labor de las organizaciones de voluntariado es mucho más eficaz cuando colaboran entre sí y también con los Estados.
Al trabajar coordinados, por pocos que sean sus recursos, dan lo mejor de sí y hacen realidad el milagro de la multiplicación de la esperanza.
¡Necesitamos tanto multiplicar la esperanza!
Recemos para que las organizaciones de voluntariado y de promoción humana encuentren personas que estén deseosas de comprometerse con el bien común y buscar nuevas vías de colaboración a nivel internacional”.