Mons. Jesús Sanz: «De esta JEMJ nacerán familias cristianas, vocaciones sacerdotales y a la vida religiosa»

Más de 1.700 jóvenes inscritos junto con un buen puñado de espontáneos que se fueron dejando caer a lo largo del fin de semana aprovechando que el evento era gratuito, jóvenes sacerdotes y religiosas, algunas de congregaciones de muy reciente creación. Así transcurrió, entre momentos de fiesta y baile, música, pero también oración, silencio y formación, la segunda edición de la Jornada Eucarística Mariana Juvenil (JEMJ) en Covadonga.

Pensada desde sus inicios como un instrumento de ayuda a los jóvenes para profundizar en la presencia real de Cristo en la eucaristía, la JEMJ, que este año tenía como lema «Os daré un corazón nuevo», contó con novedades como la presencia, durante los tres días, de una reliquia del corazón de Carlo Acutis traída expresamente desde Asís por el Rector del Santuario del Despojo, o el estreno del musical sobre la vida de la hermana Clare, fallecida en el año 2016 en un terremoto en Ecuador.

Seguía el esquema del año anterior, con la celebración de una gran Vigilia de Oración el sábado por la noche y también la oferta de distintos talleres formativos con temas muy variados como los Milagros eucarísticos, los Mártires o la Evangelización en el cine, entre otras actividades. Hubo tiempo también para los testimonios, como el de Salvador Romero, párroco de Paiporta, una de las localidades levantinas más afectadas por la Dana, o el de un matrimonio de católicos procedentes de China que describieron ante los presentes, él, el milagro de su nacimiento en una época de política de Hijos Únicos en el país, y ella, su conversión al catolicismo tras vivir toda su vida en una familia atea y comunista.

Hasta 19 nacionalidades diferentes se dieron cita en el encuentro, donde fueron muy visibles las banderas norteamericana, italiana, francesa e irlandesa. El Obispo de Vitoria, Mons. Juan Carlos Elizalde, presidió la eucaristía del primer día, el viernes, mientras que el Abad del Santuario, D. David Cueto lo hacía el sábado y el Arzobispo de Oviedo, Mons. Jesús Sanz, lo hacía el último día, el domingo. En esa eucaristía final, bajo un potente sol que estuvo presente en casi todo momento de este encuentro, Mons. Sanz recordó que en esta JEMJ se hacía un llamamiento a «reconquistar todo aquello que vale la pena», y a pesar que que «estamos ante un inmenso desafío, como aquellos primeros cristianos con un Imperio decadente o los que aquí en Covadonga respondieron a la invasión musulmana. Las corrupciones y decadencias pueden ser otras, como otros son hoy los turbantes que nos turban, pero siempre estaremos ante el reto de anunciar a Cristo como hizo María e hicieron los santos de cada época. Queremos ser hijos de Dios, hijos de la Iglesia e hijos de nuestra época. Así hemos aprendido de ese joven beato que próximamente será canonizado: Carlo Acutis. Impresiona verle con zapatillas deportivas, chandal y gorra con visera. Metido en los caminos de internet, con los rizos de sus cabellos al viento y a la espalda su mochila. Pero impresiona mucho más la madurez cristiana en su amor a la Eucaristía y a nuestra Señora, que le permitió afrontar una leucemia en la que testimonió rendidamente su abandono en las manos providentes de Dios que le creó, le esperó y le amó inmensamente». «Somos enviados –dijo– desde un encuentro con Jesús que se ha hecho vocación concreta en la Iglesia. Familias cristianas que se forman desde el amor fiel y duradero entre hombre y mujer, abiertos a la vida con la que Dios bendice ese hogar. Sacerdotes que desde el sí al Buen Pastor se hacen padres del pueblo que la Iglesia les confía anunciando la Palabra del Señor de la que son los primeros oyentes y santificando con los sacramentos que reparten sus pequeñas manos sabiéndose los primeros mendigos de esa gracia. Religiosas que siguen al Señor desde el carisma de una comunidad expresando con su entrega y amor lo que significan preciosamente sus votos consagrados. De esta JEMJ nacerán familias cristianas, vocaciones sacerdotales y a la vida religiosa». Y recordó que «como misioneros de la esperanza, con un corazón nuevo, seremos el fermento en la masa de un mundo que nos espera. Frente a la violencia que desangra a la humanidad, seremos instrumentos de la Paz que no engaña. Con la bondad que aprendemos del Corazón de Dios, seremos bienaventuranza en medio de la perfidia que envilece el alma. Frente al mensaje zafio y bronco de tanta fealdad testimoniaremos la belleza que purifica la mirada y llena el corazón de la armonía de las cosas santas. Un imperio decadente y una reconquista pendiente en donde Jesús cuenta con nosotros porque Él nos creó, nos esperó, nos ama y nos envía. Por eso, al término de esta segunda JEMJ no estamos simplemente clausurando una hermosa vivencia de tres días, sino poniéndonos en camino como testigos de la esperanza cristiana preparando ya la siguiente cita». Homilía completa.

La JEMJ se clausuró al finalizar esta eucaristía, con el anuncio de que la tercera edición volverá a tener lugar en el Santuario de Covadonga, los días 10 al 12 de julio de 2026, con el lema «Haced lo que Él os diga». Fuente: Noticias de la Archidiócesis de Oviedo.