“Os daré un corazón nuevo”: La Eucaristía, regalo para los jóvenes en la JEMJ de Covadonga. Artículo.

La JEMJ 2025 en Covadonga ha sido un encuentro transformador: jóvenes de todo el mundo descubren en Jesús Eucaristía la fuente de amor y felicidad que tanto anhelan.

Por más que lo repitamos, nunca dejará de estremecernos: Jesús está vivo. No como idea, ni como símbolo, está vivo. ¿Cómo puede no estremecerse uno ante esta locura? ¿Cómo no quedarse de rodillas, sin palabras, ante el Amor hecho Pan?

La Jornada Eucarística Mariana Juvenil (JEMJ) que acaba de celebrarse en Covadonga del 4 al 6 de julio de 2025 ha sido un regalo de amor, una irrupción de lo divino en el desconcierto de este siglo y una sacudida de gracia que nos recuerda a todos que la Eucaristía es un regalo vivo, presente, palpitante y ardiente.

Y sí, podríamos quedarnos con las cifras: 1.700 jóvenes, 19 nacionalidades, 200 voluntarios, más inscritos que el año pasado. Pero sería tan pobre como describir un atardecer nombrando solo los colores.

La JEMJ no se mide en datos. Se mide en corazones ardientes en la adoración, en confesiones multitudinarias, en miradas encendidas al volver a casa con la certeza de haber encontrado al Amor con mayúscula.

La Eucaristía

“La Eucaristía es la locura del amor de Jesús por ti.” Una locura que no se explica fácilmente con palabras.

La JEMJ ha ofrecido a los jóvenes algo muy valioso: silencio, verdad y eternidad.

La adoración en la explanada de Basílica de Covadonga fue testigo de una juventud que rebosa amor por Jesús Eucaristía.

Jóvenes de rodillas, en silencio, enamorados de Dios que nos ama infinitamente y que se entrega por cada uno de nosotros.

¿Puede haber un milagro mayor?

Tempestad y calma

Y sin embargo, no empezó fácil. La víspera, una tormenta inesperada desbarató los ensayos del festival.

El mismo día de apertura, el Santuario de Covadonga sufrió un apagón digital: internet cayó por completo, amenazando la retransmisión de los actos.

Como si el cielo hubiera permitido poner a prueba la determinación de los suyos, para luego derramarse sin medida.

En la explanada, durante la llegada solemne de la reliquia del corazón de Carlo Acutis, se escuchó el mensaje enviado por su madre, Antonia Salzano. Fue como si el propio Carlo —ese joven italiano que convirtió su vida y su ordenador en un testimonio eucarístico— caminara entre los jóvenes y les susurrara lo que él mismo repetía: “La Eucaristía es mi autopista al cielo.”

Clare, la monja famosa

El festival de la noche del viernes trajo consigo una joya que solo puede entender quien ha amado a Dios en medio de la lucha: el musical “Una monja famosa”, sobre la vida de la hermana Clare Crockett.

Una chica que tenía todo para triunfar según el mundo —belleza, talento, ambición— y que lo entregó todo por Jesús.

Los jóvenes vieron su propio combate interior hecho carne. Miedos, ilusiones, caídas, renuncias, gozo… y una gracia que transforma. En palabras de Eva Guiteras, coreógrafa del espectáculo, se trataba de mostrar el paso “de las tinieblas a la dulzura”. Y eso es exactamente lo que vivieron muchos: una dulce rendición al Amor verdadero.

Mártires, talleres y ejemplos de carne y hueso

El sábado fue una cumbre. La charla de Fray Marco Gaballo, custodio de la reliquia de Carlo, recordó que la santidad no es un sueño inalcanzable, sino una vida eucarística y normal vivida a lo grande. Después, los jóvenes se dispersaron en seis talleres, todos cargados de contenido, fe y pasión.

Uno de los más impactantes fue el del sacerdote y postulador Jorge López Teulón, que habló sobre “la epopeya de los mártires”.

En la Basílica de Covadonga resonaron los nombres de aquellos jóvenes —niños, seminaristas, laicos— que dieron su vida por Cristo en la persecución religiosa del siglo XX español. Y uno no puede evitar preguntarse: si ellos pudieron entregar su sangre, ¿cómo no vamos a entregar al menos un poco de nuestra comodidad?

Desborde de gracia

Y luego llegó la noche. La vigilia de adoración, las almas abiertas de par en par y las lágrimas y las confesiones y el desborde de gracia.

La vigilia de adoración el sábado por la noche fue en la explanada de Covadonga. Después, el Santísimo fue trasladado en una solemne procesión hasta la Santa Cueva donde quedó expuesto en el altar, junto a la Santina.

La cola era muy larga, en el túnel de acceso a la Santa Cueva, y los que estaban dentro no tenían intención de salir en un buen rato. Por lo que se expuso el Santísimo, en otra custodia, en la capilla de adoración que hay en la explanada del Santuario.

Esto no termina

El domingo, después de un último rato de oración dirigido por el P. Rafael Alonso, llegó la Misa de clausura, presidida por el arzobispo de Oviedo, Mons. Jesús Sanz Montes. Saludó en varios idiomas, sonrió al mencionar a los checos y chinos presentes, y anunció —con un toque de humor celestial— que “la Santina ya se ha inscrito” para la próxima edición.

Sí, la JEMJ volverá del 10 al 12 de julio de 2026, bajo el lema “Haced lo que Él os diga”. Una consigna mariana, sencilla y radical, que encierra el secreto de la felicidad.

¿Y ahora qué?

Ahora comienza lo verdaderamente importante: la vida cotidiana. Porque lo que han vivido los jóvenes en Covadonga es un inicio. Pero también un lugar al que siempre podrán volver con el corazón.

Ahora estos jóvenes saben que la sed que llevaban dentro tiene un nombre: Jesús Eucaristía. Que su hambre no era de likes, ni de modas, ni de aceptación: era hambre de Dios.

Y lo más bello es esto: Dios les espera. Les espera cada día, cada segundo… Dios les espera en cada Sagrario, en cada Misa, en cada pedazo de Pan consagrado.

Bendito seas, Jesús Eucaristía. Porque no te cansas de llamarnos, de amarnos y de esperarnos. Porque te quedaste con nosotros para que no nos sintamos nunca más solos.

Covadonga ha sido un regalo para todos estos jóvenes. Un anticipo del Cielo. Pero lo mejor está por venir. Porque el Corazón que allí se entregó no se apaga, arde, arde por cada joven, por ti y por mí.

Nos vemos en julio de 2026. Pero sobre todo… nos vemos cada día, en la comunión de los santos y en cada Eucaristía

 Persigo todo aquello que me emociona y me permite caer en la cuenta de la continuidad y belleza del tiempo presente. Fuente: forumlibertas / Otros artículo de Miriam Esteban.