Sintió gran pesar, más que por el valor en sí de la joya, por lo que significaba, pues era un bien de familia, vinculado en cabeza de Mayorazgo. Hizo al punto vivas diligencias para que buzos y diestros pescadores lo buscasen. Pero todo en vano.Haz click aquí para ver la imagen
Se acordó entonces de San Antonio, y a la mañana siguiente fue temprano al convento de los franciscanos y encargó al hermano portero que algún fraile celebrara una Misa en el altar de San Antonio, por la pérdida de su anillo. Asistió con devoción el caballero y se fue después a la lonja en busca de pescado fresco para, en agradecimiento o estipendio, regalar aquel día a los religiosos.
Compró pescados en abundancia para la comunidad, pero eligiendo uno que entre los demás era el mayor quiso mandárselo al hermano portero. Cuando, después, en la cocina del convento abren el pescado para limpiarlo, hallan en su interior el preciado anillo.
Prestos avisan al caballero y le entregan la valiosa joya. Todos quedan absortos y llenos de devoción ante tan gran maravilla.
¡San Antonio no se deja vencer en generosidad! Y para admiración de todos, así premió a este devoto suyo, de corazón generoso, que como Abel, eligió la mejor de sus ofrendas, el pescado más hermoso que encontró.
Frases y curiosidades de Santos y de la Iglesia #41
Recopilación de frases, curiosidades, lemas,
dichos y pequeñas inspiraciones espirituales.
Parroquia del Corazón de María de Oviedo.