De repente, la Santísima Virgen Me Pareció hermosa, Tan hermosa, Que yo Nunca Había visto Nada tan bello. Su rostro respiraba una bondad y
una ternura inefables. Pero lo que me caló hasta el fondo del alma fue la encantadora sonrisa de la Santísima Virgen
Historia de una Alma. Stª Teresita del Niño Jesús.