"María, ayúdanos a ser testigos creíbles de su mensaje
de paz y de amor, para que los hombres y las mujeres de
nuestro tiempo, caracterizado aún por
tensos contrastes e inauditas
violencias, reconozcan en el Niño que
está en tus brazos al único Salvador del mundo,
fuente inagotable de la paz verdadera, a la que todos aspiran en lo más
profundo del corazón.