El maestro de
novicios de un monasterio reunió a sus alumnos para la lección de
hoy.
- Voy a presentarles un problema - dijo el Maestro- a ver quién es el más
habilidoso entre ustedes. Terminado su corto discurso, colocó un banquito
en el centro de la sala. Encima, puso un florero de porcelana, seguramente
carísimo, con una rosa roja que lo decoraba.
- Este es el problema - dice el Maestro -resuélvanlo-.
Los novicios contemplaron perplejos el "problema", por lo que veían los diseños sofisticados y raros de la porcelana, la frescura y la elegancia de la flor. ¿Qué representaba aquello? ¿Qué hacer? ¿Cuál sería el enigma?
- Este es el problema - dice el Maestro -resuélvanlo-.
Los novicios contemplaron perplejos el "problema", por lo que veían los diseños sofisticados y raros de la porcelana, la frescura y la elegancia de la flor. ¿Qué representaba aquello? ¿Qué hacer? ¿Cuál sería el enigma?
Pasó el tiempo
sin que nadie atinase a hacer nada salvo contemplar el "problema",
hasta que uno de los novicios se levantó, miró al maestro y a los alumnos,
caminó resolutamente hasta el florero y lo tiró al suelo, destruyéndolo.
- ¡¡Al fin alguien que lo hizo !! - exclamó el Maestro- Empezaba a dudar de la formación que les estamos proporcionando este año!! .
Al volver a su lugar el alumno, el Maestro explicó:
- Yo fui bien claro: dije que ustedes estaban delante de un "problema". No importa cuán bello y fascinante sea un problema, tiene que ser eliminado. Un problema es un problema; puede ser un florero de porcelana muy caro, un lindo amor que ya no tiene sentido, un camino que precisa ser abandonado, por más que insistimos en recorrerlo porque nos trae confort... "
- ¡¡Al fin alguien que lo hizo !! - exclamó el Maestro- Empezaba a dudar de la formación que les estamos proporcionando este año!! .
Al volver a su lugar el alumno, el Maestro explicó:
- Yo fui bien claro: dije que ustedes estaban delante de un "problema". No importa cuán bello y fascinante sea un problema, tiene que ser eliminado. Un problema es un problema; puede ser un florero de porcelana muy caro, un lindo amor que ya no tiene sentido, un camino que precisa ser abandonado, por más que insistimos en recorrerlo porque nos trae confort... "
Solo existe una
manera de lidiar con un problema: atacándolo de frente. En esas horas, no se
puede tener piedad, ni ser tentado por el lado fascinante que cualquier
conflicto acarrea consigo. Recuerden que un problema, es un problema. No tiene
caso tratar de "acomodarlo" y darle vueltas, si al fin y al cabo ya
no es otra cosa más que "un problema". Déjalo, hazlo a un lado y
continúa disfrutando de lo hermoso y lo que vale la pena en la vida. No huyas
de él... acaba con él.
Pídele a Dios que
te de sabiduría para enfrentarte a los problemas y para saber resolverlos
adecuadamente. Fuente