"Este mes tengamos en nuestra oración el cuidado pastoral de los enfermos.
La Unción de los Enfermos no es un sacramento solo para aquellos que están a punto de morir. No. Es importante tener esto claro.
Cuando el sacerdote se acerca a una persona para darle la Unción de los Enfermos, no está necesariamente ayudándole a despedirse de la vida. Pensar así es renunciar a toda esperanza.
Es dar por sentado que después del cura llega el enterrador.
Recordemos que la Unción de los Enfermos es uno de los “sacramentos de sanación”, de “curación”, que sana el espíritu.
Y cuando una persona está muy enferma conviene darle la Unción de los Enfermos. Y cuando una persona ya está anciana, conviene que reciba la Unción de los Enfermos.
Oremos para que el sacramento de la Unción de los Enfermos dé a las personas que lo reciben y a sus seres queridos la fuerza del Señor, y se convierta cada vez más para todos en un signo visible de compasión y de esperanza".