Dios es Santo, pero también Juguetón, Ingenioso y Erótico. Artículo.

Dios es el objeto de todo deseo, aunque a veces nuestros deseos parezcan demasiado terrenales o incluso poco santos. Todo lo que deseamos está, en realidad, dentro de Dios. Tanto Jesús como los Salmos nos lo recuerdan.

Dios es el centro de todo anhelo, y solo en Él se colman nuestras más profundas aspiraciones. Lo decimos en nuestras oraciones, aunque muchas veces no seamos plenamente conscientes de lo que estamos diciendo: “Mi alma te desea en la noche”; “Solo tú, Señor, puedes llenar mi corazón”. Pero, ¿realmente es a Dios a quien deseamos por las noches, cuando sentimos esa necesidad profunda? ¿De verdad creemos que Dios es el objeto último de nuestros deseos?

Cuando vemos algo hermoso, lleno de vida, atractivo, sensual o placentero en este mundo, ¿creemos de verdad que todo eso existe de manera aún más intensa y plena dentro de Dios, y en la vida a la que Él nos llama? ¿De verdad creemos que las alegrías del cielo superarán los placeres de la tierra, y que incluso aquí, en esta vida, la alegría de vivir con virtud es más profunda que las emociones que nos da el pecado?

No es fácil creerlo, porque nos cuesta —casi desde siempre— volver nuestra atención de verdad hacia Dios. Muchas veces, la oración o la práctica religiosa nos parecen más bien una interrupción de la vida que una forma de entrar en ella; más una obligación que un gozo; más una especie de sacrificio que algo placentero; algo que nos aleja de la vida real en vez de ayudarnos a vivirla con más profundidad.

Y si somos sinceros, tenemos que reconocer que muchas veces sentimos una especie de envidia secreta por quienes viven sin freno, buscando solo su propio placer con una energía que en el fondo es sagrada. Muchos de nosotros cumplimos con nuestro deber, intentando ser fieles a algo más grande, pero —como el hermano mayor del hijo pródigo— lo hacemos por obligación, y en el fondo nos molesta que otros no lo hagan. En esta vida, la virtud a veces envidia al pecado, especialmente (siendo honestos) cuando se trata de la sexualidad.

En parte, esto es natural y hasta sano. Nuestro cuerpo y el peso del momento presente se imponen con fuerza. Eso puede hacer que las cosas de Dios o del espíritu nos parezcan lejanas o poco reales. Es parte de la condición humana, y Dios, sin duda, lo comprende. Solo en momentos especiales de gracia o experiencia mística podemos elevarnos por encima de eso.

Por eso, puede ayudarnos recordar con más claridad algo que decimos creer, pero que muchas veces nos cuesta sentir de verdad: todo lo que aquí en la tierra nos atrae, nos parece bello, irresistible, erótico o placentero… todo eso está de forma más plena en Dios, que es quien lo ha creado.

Si creemos que Dios es el autor de todo lo bueno, entonces también tenemos que creer que Dios es más hermoso que cualquier estrella de cine, más inteligente que el científico o filósofo más brillante, más gracioso que el mejor comediante, más creativo que cualquier artista, escritor o inventor, más sabio que cualquier erudito, más alegre y juguetón que cualquier niño, más dinámico que cualquier estrella de rock y, sí, también más erótico y sexualmente atractivo que cualquier persona en la tierra.

No solemos pensar en Dios así, pero la verdad está en la Escritura y también en la enseñanza oficial de la Iglesia. Se nos enseña que Dios es Uno, Verdadero, Bueno y Bello, y que es la fuente última de todo lo que es uno, bueno, verdadero y bello. Eso significa también que Dios tiene ingenio, es juguetón, y hay en Él una dimensión erótica. Todo lo que nos seduce en este mundo ya está, en realidad, dentro de Dios.

Ahora bien, saber esto no hace que los atractivos de este mundo pierdan fuerza, ni tendría por qué hacerlo. Hay muchas cosas que pueden conmovernos profundamente: una persona bella, una puesta de sol, una pieza de música, una obra de arte, la alegría de los jóvenes, el juego de un niño, la inocencia de un bebé, la chispa en el humor de alguien, la intimidad compartida, la nostalgia, una copa de vino en el momento justo, el despertar de nuestra sexualidad, o —más aún— ese sentimiento profundo de que la vida humana es algo único y valioso.

Todo eso merece nuestro aprecio. Son regalos de Dios, y deberíamos dar gracias por ellos. Al mismo tiempo, es bueno recordar que todo eso está, en mayor plenitud, dentro de Dios. Y que no perdemos nada cuando la virtud, la fe o un compromiso más grande nos piden renunciar a algo por algo más alto. El mismo Jesús lo prometió: todo lo que dejemos por Él, nos será devuelto multiplicado por cien.

Sabiendo esto, podemos vivir disfrutando plenamente de lo que es terrenal y humano. Las bellezas y placeres de esta vida son un regalo de Dios, pensados para que los gocemos. Y si reconocemos su origen, también seremos libres para aceptar los límites que la vida pone a nuestros deseos. Mejor aún: no necesitaremos tener miedo a la muerte, porque todo lo que perdamos será superado, y con creces, por lo que recibiremos.  Ron Rolheiser OMI / Tradujo al Español para CiudadRedonda Bejamín Elcano, cmf / Artículo original en inglés / Imágen Depostitphotos

Hora Santa en la Catedral el jueves 3 de Julio a las 20 h. con la reliquia del corazón de Carlo Acutis

 

Con motivo de la JEMJ (Jornada Eucarística Mariana Juvenil) en Covadonga, fray Marco Gaballo, rector del santuario del Despojo en Asís, donde está enterrado el beato y futuro santo Carlo Acutis, traerá la reliquia de un tejido de corazón de Carlo. 

Se hará una Hora Santa en la Catedral el jueves 3 de Julio a las 20:00 h.

El corazón de Carlo Acutis, presente en la JEMJ de Covadonga este verano




La JEMJ 2025 reunirá a miles de jóvenes en Covadonga. Artículo.

Del 4 al 6 de julio de 2025, el Santuario de Covadonga acogerá la segunda edición de la Jornada Eucarística Mariana Juvenil (JEMJ), una iniciativa de nueva evangelización dirigida a jóvenes a partir de 14 años. En este año jubilar, la JEMJ ofrecerá actividades de adoración, formación, música y testimonio. Se contará con una reliquia del Beato Carlo Acutis, quien próximamente será canonizado.

La JEMJ 2025 se celebrará en el marco del Jubileo de la Esperanza convocado por la Iglesia católica y que ha designado el Santuario de Covadonga (Asturias, España) como uno de los templos jubilares. Este evento está especialmente orientado a los jóvenes, a quienes se les ofrece la posibilidad de vivir una experiencia de encuentro con Jesucristo en la Eucaristía, acompañados por la Virgen María.

Una de las novedades más destacadas de esta edición es la llegada de la reliquia del corazón del beato Carlo Acutis, que será presentada en la ceremonia inaugural el viernes 4 de julio. Esta reliquia, custodiada por Fray Marco Gaballo y perteneciente al obispo de Asís, será venerada por los participantes como signo del lema de este año: «Os daré un corazón nuevo». La presencia de Carlo Acutis se verá reforzada con una charla sobre su legado eucarístico, impartida por el propio custodio de la reliquia, quien también advertirá sobre la proliferación de reliquias falsas.

La programación incluye la representación del musical «¡Una monja famosa!» sobre la vida de la Hna. Clare Crockett, que tendrá lugar la noche del viernes. A través de esta obra, los jóvenes conocerán la historia de conversión y entrega total de una joven que pasó de aspirar a la fama en Hollywood a morir como misionera en Ecuador. El espectáculo será dirigido por el equipo de Catholic Stuff, conocido por su labor evangelizadora en redes.

El sábado por la mañana se desarrollarán seis talleres simultáneos centrados en la Eucaristía, abordando temáticas como ciencia y milagros, cine y evangelización, martirio, discernimiento espiritual y promesas del Corazón de Jesús. Estos talleres permitirán una participación activa de los jóvenes en un ambiente de diálogo y cercanía con expertos.

Entre los ponentes destacan el P. Brian Jackson, la Dra. Helena Marcos, D. Jorge López Teulón, Jesús Díaz-Ropero, Mª José Arranz y Andrés Brito. También participará el P. Salvador Romero, conocido por su testimonio durante la DANA de 2024, quien dirigirá una oración con los jóvenes el sábado por la mañana, centrada en la presencia viva de Cristo en medio de las dificultades.

La primera edición de la JEMJ en 2024 dejó importantes frutos vocacionales y de conversión personal, como testimonian Ilda Fagundez, Mateo Gratacós y Deborah Sajous, entre otros. Ilda pasó de no practicar su fe a comulgar diariamente y hoy regresa como voluntaria. Mateo inició su discernimiento religioso tras experimentar la fuerza de la fe juvenil. Deborah, por su parte, ingresó en un monasterio de Carmelitas Descalzas tras recibir claridad en su vocación durante la JEMJ.

Los organizadores esperan que esta segunda edición reafirme aún más la utilidad de la JEMJ como instrumento de evangelización juvenil en un entorno natural y mariano.

Entrevista a Mons. D. Jesús Sanz Montes

Mons. D. Jesús Sanz Montes, arzobispo de Oviedo, fue el hombre providencial que permitió que el proyecto de la JEMJ pudiera hacerse realidad. Participó junto a los jóvenes de la JEMJ del año pasado, que le vieron como un padre que acogía con ternura y que guiaba con la autoridad que Cristo le ha dado, dando rostro a una Iglesia preocupada por la evangelización de la juventud. A pocos días de comenzar la JEMJ del 2025, Nacho Leal, presentador de la JEMJ 2025, le entrevistó para el Canal YouTube «En Marcha JEMJ».

D. Jesús, ¿cuál fue su impresión de la primera JEMJ en Covadonga?

La impresión fue la de sentir la frescura de una Iglesia que, como decía el Papa Benedicto XVI, en su primera homilía, en el inicio de su pontificado, «está viva y es joven». Lo palpabas allí, en medio de esos casi dos mil jóvenes que estuvieron hace un año visitando Covadonga, en ese lugar tan emblemático y especial como es el sitio de la Santina, Nuestra Madre de Covadonga. Es la constatación de una juventud que quita años de vejez, no de ancianidad, que la ancianidad es sabia siempre, pero sí quita años de vejez a una Iglesia que está viva. Lo veía en tantos momentos, en la manera con la que se rezaba, en cómo se convivía, cómo se ayudaban unos a otros y cómo se estaba atento a lo que Dios pudiera regalarles.

¿Tiene alguna anécdota que recuerda con especial cariño?

Cuando organizas cosas con jóvenes, incluso desde una perspectiva eclesial y cristiana, a veces se plantea un desenfado sano, pero desenfado que corre el riesgo de terminar en superficialidad. Por eso, a mí me conmovía ver a ese plantel de jóvenes de rodillas, ante la presencia de Jesús en la Eucaristía. Ver allí a casi dos mil jóvenes arrodillados ante Jesús, en silencio, durante un rato largo de adoración, es algo que te conmueve, porque lamentablemente no es un escenario al que estamos tan habituados. Y los veías allí, toda la explanada, o toda la basílica, o encontrabas los accesos a la Santa Cueva –donde está la imagen de la Santina– llenos de jóvenes que sabían guardar silencio. No que sabían estar mudos, sino que guardaban silencio.  Porque el mudo es el que no habla, el que guarda silencio es quien quiere escuchar. Y tú veías, palpabas, que esa juventud silenciosa, que no muda, estaba atenta a lo que Dios pudiera indicar, a lo que pudiera decir en el corazón o a través de su Palabra. A mí es una imagen que me tocó mucho el corazón y que tanto agradecí, porque era una imagen de profunda belleza de lo que Dios puede hacer a cualquier edad.

Hablando así de los jóvenes, usted sabe que vamos a poder contar con la reliquia del corazón de Carlos Acutis. ¿Qué espera del encuentro entre este joven santo italiano y los jóvenes participantes de la JEMJ?

Carlo Acutis era un joven de la edad que tienen los que van a participar en esta segunda Jornada Eucarística Mariana Juvenil. Era joven y tenía una especial devoción a la Eucaristía y a la Santísima Virgen. Tenía una gran facilidad para el tema de la informática, lo cual fue cauce para poder comunicar a su generación el amor por Jesucristo en la Santa Eucaristía, el amor por la Madre de Dios. La reliquia del corazón de Carlo Acutis será un reclamo, una remembranza, que se puede ser santo sin dejar de ser joven, un llamamiento para ser santos mirando a María y mirando a Jesús resucitado en la Eucaristía.

Usted estará de nuevo presente en la JEMJ de este año y presidirá la Misa de clausura. No pretendemos que destripe su homilía, pero ¿qué le va a decir a los jóvenes?

Mi deseo es no eclipsar, pero tampoco enmudecer lo que Dios quiera hacer a través de mi ministerio, de mi pobre palabra, de mi humilde presencia. Espero que Dios pueda comunicar algo a los jóvenes que les ayude a crecer como creyentes, como cristianos, como jóvenes santos. Yo, estando, celebrando y viviendo esta gracia de la JEMJ, también recibo ese regalo. Y, cuando me toque hablar, lo que quiero es ser un portavoz de las palabras de Dios y un portador de su divina gracia. Quiero ser transmisor y buen cauce de este regalo del Señor, siendo instrumento de lo que Dios quiera decir o hacer a través de mi pobreza.

Finalmente, ¿qué consejo tiene para los jóvenes que estaremos en Covadonga del 4 al 6 de julio de 2025?

En primer lugar, estar atentos al lugar. Covadonga es un enclave natural de enorme belleza natural que tiene por doquier la firma del Creador, del Señor que nos lo ha regalado. Pero Covadonga es también una cita con la historia, porque allí nace un pueblo cristiano que quiere reconquistar lo que vale la pena, y se hace rebelde, sanamente rebelde ante aquello que nos secuestra. Y además, Covadonga es un corazón espiritual, no solamente para los cristianos asturianos, sino para todo el mundo, porque por Covadonga anualmente pasan casi dos millones de peregrinos.

Esta es la clave: ir a Covadonga como peregrino. A Covadonga, como a tantos otros sitios se puede ir como turista, es decir, con curiosidad, donde tú simplemente te asomas, te admiras, haces cuatro fotos y te vas. El turista, normalmente, no se deja sorprender porque lo tiene todo previsto anticipadamente. El peregrino es el que se deja sorprender, porque está abierto ante este Dios que nunca aburre. Sorprendernos por lo que Dios nos diga en el corazón, en una celebración litúrgica, en un canto, en cualquier momento de la convivencia con tantos jóvenes cristianos. Ese es el peregrino: el que se deja sorprender por un Dios que nunca nos aburre y que, aunque nos diga lo mismo, jamás se repite.

 Fuente: (InfoCatólica)

Estreno, en la JEMJ, del musical «Una monja famosa. Clare Crockett, una vida puesta en escena»


El corazón de Carlo Acutis, presente en la JEMJ de Covadonga este verano

Por quién doblan las campanas. Artículo.

Sonaron con aire de fiesta esperada largamente. Pero ¿por quién doblan las campanas? No estamos ante la novela lejana de 1940 de Ernest Hemingway con su relato trágico en la sierra del Guadarrama durante la guerra civil. El escenario es otro y otro también el motivo. Tantas iglesias de la capital asturiana echaron al vuelo sus tañidos más gozosos desde sus campanarios para unirse a la euforia deportiva de la ciudad por un triunfo futbolero. Extensamente esperado, finalmente llegó el ascenso a la categoría “premium” de la Primera División en la liga del fútbol español, que es, sin duda, una de las mejores competiciones del mundo. Así el Real Oviedo está de fiesta merecida tras 24 años de andadura en las bajuras de otras divisiones durante demasiado tiempo. Al día siguiente, tras muchas horas de algazara y alirón, bien reflejaba el ambiente las palabras con las que nuestro Clarín comenzaba tan bellamente otra novela, La Regenta: «La heroica ciudad dormía la siesta. El viento Sur, caliente y perezoso, empujaba las nubes blanquecinas que se rasgaban al correr hacia el Norte».

Otros equipos asturianos miran comedidos el triunfo carbayón. De veras deseamos que puedan competir y lograr también su merecido ascenso los amigos gijoneses con su Real Sporting en Primera División. Sería una alegría grande ver a estos dos equipos hermanos astures haciendo su mejor fútbol en la misma tabla deportiva. Que sea el año que viene, como desea la afición. Mientras tanto, los ovetenses se relamen de alegría con toda una ciudad revestida de azul que ha empezado a soñar las gestas de antaño cuando le llega esta buena noticia precisamente a las puertas del año centenario de su fundación 1926-2026. Ya está pedida la audiencia con el Papa León, y acompañaré con gusto al Real Oviedo para recibir la bendición de este Papa deportista.

Precisamente hace unos días el Santo Padre se dirigía al mundo del deporte con estas importantes palabras: «con alegría dirijo mi saludo a todos vosotros, deportistas de diversas las edades y procedencias. Os exhorto a vivir la actividad deportiva, incluso a nivel competitivo, siempre con espíritu de gratuidad, con espíritu “lúdico” en el sentido noble de este término, porque en el juego y en la sana diversión el ser humano se asemeja a su Creador. Quiero subrayar que el deporte es un camino para construir la paz, porque es una escuela de respeto y lealtad, que hace crecer la cultura del encuentro y la fraternidad. Hermanas y hermanos, os animo a practicar este estilo de manera consciente, oponiéndose a toda forma de violencia y opresión. ¡El mundo actual lo necesita tanto!».

Hermosas palabras que bien traducen los valores humanos y cristianos que albergan los deportes diversos cuando se practican en esa clave que apuntaba el Papa León. El deporte tiene muchos valores. En primer lugar, toda actividad deportiva supone el esfuerzo de quien se prepara a conciencia incluso renunciando a tantas cosas por el noble motivo de estar en forma física y anímicamente. Pero también se cultiva una sana competición que no se traduce en adversidad que pretende ganar al contrario destruyendo su dignidad y su legítima aspiración, porque hay muchas maneras de competir y cuando se excluye cualquier forma de violencia, entonces emerge ese valor que llamamos deportividad. Y también en el ejercicio del deporte se da la fraterna camaradería de saber jugar sin abuso narcisista y sin anónima inhibición, sino sabiendo cuál es tu puesto y tu función dentro de un equipo del que formas parte de modo complementario.

Hace unos días una representación del Real Oviedo ha ido a Covadonga para ofrecer a la Virgen el ascenso a Primera División. Es un gesto precioso. La Santina sabe vestir las camisetas de todos sus hijos porque con todos comparte su anhelo y su ilusión. Fuente: Por quién doblan las campanas - Arzobispado Oviedo Publicado el 29/06/2025. Foto RTPA: Diego Cervero y Esteban. Los actos de celebración del ascenso finalizan con la ofrenda del logro a la Santina.

Fr. Jesús Sanz Montes, ofmArzobispo de Oviedo

Escrutando nuestras motivaciones. Artículo.

El protagonista de la obra Murder in the Cathedral de T.S. Eliot es Tomás Becket, un arzobispo que, a simple vista, parece un santo. Es honesto en extremo, generoso sin medida y defensor de la fe, y muere como mártir. Sin embargo, antes de su martirio, se da cuenta de que tal vez no está distinguiendo bien entre tentación y gracia.

Muchas personas recuerdan su famosa reflexión:

La última tentación es la traición más grande:
Hacer lo correcto por la razón equivocada. …
Porque quienes sirven a una causa mayor
Pueden terminar sirviéndose a sí mismos.

¿En qué consiste esa tentación que puede parecer gracia?

La esencia es esta: podemos hacer muchas cosas buenas con motivos equivocados. Y esa confusión puede ser muy sutil, sobre todo para quienes sentimos que servimos a algo más grande, porque es fácil que la causa que defendemos termine sirviendo a nuestros propios intereses.

¿Cómo puede ocurrir esto? ¿Cómo hacemos el bien por las razones equivocadas?

Pongamos un ejemplo: yo puedo dedicarme a ayudar a los demás y cumplir lo que Dios quiere en la tierra. Puedo ser tan generoso que incluso estaría dispuesto a dar la vida si fuera necesario. Pero, ¿qué pasa si, en realidad, hago todo esto principalmente porque me hace quedar bien ante los demás, me hace sentir justo, me gana respeto, me vale halagos y, al final, me deja un buen nombre?

Estas preguntas nos llevan a diferenciar entre tentación y gracia. Puedo estar haciendo cosas buenas que, en apariencia, ayudan a la causa de Dios, pero si lo hago para sentirme bien conmigo mismo, estoy sirviendo mis propios intereses más que a la causa. Estoy usando la causa para servir mis deseos.

El jesuita Michael J. Buckley, uno de mis grandes referentes espirituales, nos anima a hacernos un examen de conciencia muy honesto: ¿me muevo para servir a Dios y a los demás o para sentirme bien, ganar prestigio y un buen nombre?

En su libro ¿Qué buscas? Las preguntas de Jesús como desafío y promesa, Buckley señala:

“De mil maneras, quien cree servir a una causa mayor puede terminar sirviendo sus propios intereses. Esto es muy sutil. A veces, un pequeño matiz en cómo empezamos una acción puede provocar un giro profundo que, sin darnos cuenta, mezcla el valor de la obra con el deseo de recibir reconocimiento. Así, el celo por la causa puede encubrir una ambición personal; al principio, parecen igual de nobles, pero no lo son.”

Como sacerdote con más de cincuenta años de ministerio, entiendo lo difícil que es mirar atrás y distinguir cuánto realmente serví a Dios y cuánto busqué mi propia fama. ¿Quién salió ganando de verdad: Dios y la Iglesia, o yo con mi buena reputación?

Claro que explorar las motivaciones es complicado y, en esta vida, rara vez somos totalmente puros. Todos tenemos motivos mezclados: algunos realmente buscan el bien de los demás, y otros tienen que ver con nuestra propia satisfacción. Y, como dice Buckley, al inicio pueden parecer iguales. Además, Jesús mismo enseña que, a veces, más que nuestras razones, importa hacer lo correcto.

Por ejemplo, en Mateo 7, 21, Jesús dice que no son quienes gritan “Señor, Señor” los que entrarán en el reino de los cielos, sino quienes hacen la voluntad del Padre. Y en la parábola de Mateo 25, donde se nos juzga por cómo tratamos a los pobres (“Todo lo que hicisteis a uno de estos más pequeños, a mí me lo hicisteis”), vemos que ni los buenos ni los malos sabían exactamente a quién estaban ayudando. Fueron juzgados sólo por sus acciones, no por sus intenciones.

Entonces, ¿podemos hacer lo correcto por motivos equivocados? Y si no somos totalmente desinteresados (si buscamos aprobación, respeto o sentirnos bien), ¿desvirtúa eso el bien que hacemos? ¿Se contradice el deseo de respeto o un buen nombre con el altruismo? ¿Puede Dios fijarse más en nuestras motivaciones que en lo que hacemos?

Preguntémonos: ¿estoy sirviendo a la causa mayor o la causa me está sirviendo a mí? Es una pregunta clave para reflexionar, porque es fácil no ver nuestra propia hipocresía, aunque también es fácil castigarnos demasiado.   Ron Rolheiser OMI / Tradujo al Español para CiudadRedonda Bejamín Elcano, cmf /Artículo original en inglés / Imágen Depostitphotos

Feliz verano: dondequiera que vayas busca siempre la belleza y la inmensa bondad de Dios...


Madre Teresa de Calcuta.

Frases y curiosidades de Santos y de la Iglesia #42
Recopilación de frases, curiosidades, lemas, dichos y pequeñas inspiraciones espirituales.
Parroquia del Corazón de María de Oviedo.

Jesús: Comprobando nuestras emociones. Artículo.

Hay una emocionante escena en la serie The Chosen que, al margen de nuestra reacción a ella, requiere una reflexión.

Esta es la escena: Justo antes de curar de fiebre a la suegra de Pedro, Jesús tiene una conversación privada con la esposa del apóstol. Empieza diciéndole que él sabe lo unidos que viven como marido y mujer, y entonces expresa a ella su sentimiento ante el hecho de que su llamada ha tenido como consecuencia que Pedro abandone su casa. Entonces, con delicadeza, le pregunta cómo se siente ante tal decisión. Su respuesta le garantiza que, aun sintiendo dolor, ella (como también su marido) asumirá voluntariamente ese sacrificio.

Entre otras cosas, esto aclara el hecho de que, cuando alguien (como Pedro) abandona todo para seguir a Cristo, no solo él paga el coste. Sus allegados también pagan un precio. ¿Qué coste supuso a las esposas de los apóstoles la llamada que Jesús hizo a sus respectivos maridos?

Además, este incidente (aunque aquí sea expresado en ficción) ofrece cierta luz necesaria para ver que Jesús no es indiferente a las crucifixiones emocionales que en ocasiones sobrellevamos con el fin de responder a su llamada. Nos certifica que Jesús comprende y nos da permiso divino para no sentirnos culpables del dolor que experimentamos.

No hay duda de que muchos condicionarán el valor de esta escena de The Chosen, dado que no se ajusta a la historia (en tanto en cuanto sabemos) sino que es meramente una creación ficticia. ¿Tuvo en alguna ocasión el Jesús histórico esta especie de conversación con la esposa de Pedro o con la esposa de alguno de sus apóstoles?

Con todo, si es o no histórica esta escena, no viene a cuento en nuestro caso. La cuestión es que Jesús no habría sido insensible ni indiferente al dolor de las esposas y de otros a los que los apóstoles abandonaron para seguirlo.

Por lo general, evitamos indagar esta cuestión porque tendemos a interpretar demasiado literalmente los dichos de Jesús sobre el hecho de abandonar al padre, madre, esposa e hijos por seguirlo. Por ejemplo. En cierto momento, Jesús dice esto: “Si vienes a mí sin dejar a tu familia, no puedes ser discípulo mío. Debes amarme más que a tu padre, madre, esposa, hijos, hermanos y hermanas, e incluso más que tu propia vida”  (Luc. 14, 25-27). Tal vez, incluso más frío y más insensible en su expresión literal, es este texto del Evangelio: “Dijo a otro: ‘Sígueme’. Él replicó: ‘Señor, déjame primero ir a enterrar a mi padre’. Pero Jesús le dijo: ‘Deja a los muertos que entierren a sus propios muertos. Tú vete a proclamar el reino de Dios’. Y también otro dijo: ‘Te seguiré, Señor, pero antes déjame despedirme de mi familia’. Jesús replicó: ‘Nadie que pone una mano sobre el arado y mira hacia atrás es apto para el servicio del reino de Dios’” (Luc. 9, 60-62).

Es fácil malentender lo que Jesús dice aquí sobre no volver la vista atrás mientras se le sigue. Las imágenes que emplea son rígidas, frías y emocionalmente brutales. Pero son imágenes, no consejos espirituales literales. Las duras y salvajes opciones emocionales que a veces uno tiene que hacer en fidelidad a los Evangelios podrían ser llamadas con razón crucifixión emocional. Al elegir a Jesús, elegimos también la cruz y hay verdadera muerte; y el dolor involucrado aquí no puede ser mitigado ni justificado.

Sin embargo -y es crucial comprender esto- las opciones que realizamos para renunciar a nosotros mismos y entregarnos en genuino autosacrificio, no son hechas a nivel psicológico ni emocional. Esas opciones son realizadas a nivel más profundo, a nivel moral, donde algo más hondo que nuestras emociones y sentimientos regula y puede contrarrestar, a causa de un significado y felicidad con más hondura, lo emocional y lo psicológico. En consecuencia, cuando Jesús dice si vienes a mí pero sin dejar a tu familia, no puedes ser discípulo mío, se dirige a nuestro más recóndito centro moral, ese lugar de nuestro interior donde en definitiva escogemos el bien del mal, y el contenido de la vaciedad. No se dirige a nuestras emociones. No nos desafía a un malsano estoicismo emocional.

Cuando nos desafía a renunciar a todo para llegar a ser discípulos suyos, Jesús no desecha el dolor emocional y psicológico que esto nos ocasionará. Cuando nos invita a cargar con su cruz y seguirlo, entiende que esto será una crucifixión emocional. Pero, al ofrecernos el desafío, al mismo tiempo, nos da permiso para sentir sin culpa el brutal dolor afectivo de esa opción sobre nuestras emociones. No nos desafía a un estoicismo frío e inhumano en el que, por el amor de Dios, se suponga que no sentimos el dolor de perder relaciones y libertades de gran valor. Como el Jesús de The Chosen, analizando compasivamente con la esposa de Pedro hasta dónde sus emociones estaban en contra de lo que Jesús les pedía, Jesús ofrece a cada uno de nosotros el desafío de la autorrenunciación y, al mismo tiempo, comprueba cómo lo estamos gestionando emocionalmente.  Ron Rolheiser OMI / Tradujo al Español para CiudadRedonda Bejamín Elcano, cmf / Artículo original en inglés / Imágen Depostitphotos

Tú eres Pedro, y te daré las llaves del Reino de los cielos

 



San Pedro y San Pablo


La confesión de Pedro es un texto de gran importancia para la vida del cristianismo y se compone de dos partes: la respuesta de Pedro sobre el mesiazgo de Jesús, Hijo de Dios (vv. 13-16), y la promesa del primado que Jesús confiere a Pedro (vv. 17-19). Por lo que respecta a la pregunta que dirige Jesús a sus discípulos, podemos subrayar dos puntos de vista: el de los hombres (v. 13: "Quién dice la gente que es el Hijo del hombre?"), con su apreciación humana, y el de Dios (v. 15: "Y vosotros quién decís que soy yo?", con el correspondiente conocimiento sobrenatural.

La opinión de la gente del tiempo de Jesús reconocía en él a un profeta y a una personalidad extraordinaria (v. 14). La opinión de los Doce, en cambio, es la expresada por la confesión de fe de Pedro: Jesús es el Mesías, el Hijo de Dios (cf. v. 16). Ahora bien, esa revelación es fruto exclusivo de la acción del Espíritu Santo, "porque eso no te lo ha revelado ningún mortal, sino mi Padre, que está en los cielos" (v. 17).

A causa de esta confesión, Pedro será la roca sobre la que edificará Jesús su Iglesia. A Pedro y a sus sucesores les ha sido confiada una misión única en la Iglesia: son el fundamento visible de esa realidad invisible que es Cristo resucitado. Ambos constituyen la garantía de la indefectibilidad de la Iglesia a lo largo de los siglos.

Por otra parte, el poder especial otorgado por Jesús a Pedro, expresado por las metáforas de las llaves, del "atar" y del "desatar" (v. 19), indica que tendrá autoridad para prohibir y permitir en la Iglesia.




Al Corazón de la Divina Madre. Inmaculado Corazón de María.

Solemnidad del Inmaculado Corazón de María.
Sábado posterior al Corpus Christi
Te saludo de lo íntimo de mi alma,
Corazón virginal de la Santísima Madre de Cristo, 
por la afluencia de todos los bienes,
con los cuales fuiste gratísimo a Dios y beneficioso a los hombres.
 Te saludo, Corazón Purísimo de la niña,
que fue la primera en hacer voto a su virginidad.
Te saludo, Corazón humildísimo de aquella
que más que nadie mereció concebir del Espíritu Santo.
Te saludo, Corazón devotísimo y deseosísimo,
que llevaste a Cristo en las entrañas de María.
Te saludo, Corazón llenísimo de caridad,
ardentísimo en el amor de Dios y a los hombres.
Te saludo, Corazón fidelísimo,
que conservaste diligentemente todas las palabras y las obras de Jesús.
Te saludo, Corazón pacientísimo,
llagado continuamente con la espada de la pasión de Cristo.
Te saludo, Corazón excelentísimo de la piadosa Madre,
que quiso y hasta prefirió
que su Hijo único fuese inmolado por la redención del mundo.
Te saludo, Corazón grandemente solícito en las oraciones,
intercediendo continuamente por la joven Iglesia.
Te saludo, Corazón diligentísimo en la contemplación,
que con tus méritos alcanzas la gracia de los hombres».

Jesús enseñó a Santa Matilde esta oración.




Fiesta del Sagrado Corazón de Jesús.

Viernes posterior al segundo domingo después de Pentecostés, Solemnidad del Sacratísimo Corazón de Jesús, que, siendo manso y humilde de corazón, exaltado en la cruz fue hecho fuente de vida y de amor, del que se sacian todos los hombres...
Imagen del Sagrado Corazón de Jesús bendiciendo Oviedo

 

10 consejos de Santa Margarita María de Alacoque para amar al Corazón de Jesús
1. “El adorable Corazón de Jesús (…) promete grandes ganancias a los que de buena voluntad tomen parte en esta empresa, según los medios y luces que les comunique” .
2. “Este Divino Corazón os pagará, no solamente en vuestra persona, sino en la de vuestros parientes y de todos aquellos por quienes os interesáis, a los cuales mirará con ojos propicios y misericordiosos, para socorrerlos y protegerlos en todo, con tal que acudan a Él con confianza, porque tendrá eterna memoria de lo que hacen por su gloria”.
3. “Me prometió, si no me engaño, que los que se hayan dedicado y consagrado a Él no perecerán jamás; que por ser Él la fuente de todas las bendiciones, las repartirá con afluencia en todos los lugares donde se ponga y venere la imagen de su Divino Corazón; que juntará las familias divididas y protegerá y asistirá a las que se vean en alguna necesidad y que acudan a Él con confianza".
4. “Si veis en vosotros un sinnúmero de impaciencias y enojos, arrojadlos en la fragua de la mansedumbre del amable Corazón de Jesús, para que os haga mansos y humildes”.
5. “Si nadáis en un mar de distracciones, sumidlas en el fondo de tranquilidad del Sagrado Corazón, que os alcanzará indefectible victoria”.
6. “¿No podéis hacer nada en la oración? Contentaos con ofrecer la que este divino Salvador hace por nosotros en el Sacramento del altar, ofreciendo sus afectos en reparación de vuestra tibieza, y decid en cada acción: ‘Dios mío, yo quiero hacer o padecer esto en el Sagrado Corazón de vuestro Hijo, y según sus santas intenciones, las cuales os ofrezco para resarcir las miserias e imperfecciones de las mías’”.
7. “Procurad ante todo conservar la paz del corazón, que vale más que todos los tesoros del mundo. El modo de conservarla es negar vuestra voluntad y poner en su lugar la de este adorable Corazón, para que Él quiera por nosotros lo que sea más para su gloria, contentándonos con someternos y abandonarnos a Él. En una palabra, este Divino Corazón suplirá todo lo que falte; Él amará a Dios por vos, y vos le amaréis en Él y por Él”.
8. “No os espanten los muchos contratiempos que se os ofrecerán en el establecer el reinado de este amable Corazón; las contrariedades son prendas seguras de ser de Dios la cosa, pues que sus obras se llevan a ejecución, por lo común, entre contradicciones y trabajos”.
10. “Este divino Corazón es pura dulzura, humildad y paciencia, por lo tanto, debemos esperar... Él sabe cuándo actuar”. Fuente.
Gracias a: Rezando Voy
.


El domingo 29 de junio 2025,
Jira al Monumento del Sagrado Corazón
del Monte Naranco (Oviedo)

Esta es ya la Jira número 44 desde que, en el año 1981, tuviera lugar la primera. El monumento al Sagrado Corazón del Monte Naranco de Oviedo comenzó a construirse en el año 1963, y fue sufragado principalmente gracias a las donaciones de los fieles. Está construido para todos los asturianos ya que, bajo sus pies, hay enterrada tierra de todos los concejos de Asturias, simbolizando así la protección que el Sagrado Corazón extiende a todo el territorio del Principado.