Manual Católico para Semana Santa (qué hacer en cada día de la semana)

HISTORIA Y SIGNIFICADOS DE LA PASCUA
Es la Fiesta anual que conmemora la muerte y resurrección de Jesucristo, y la fiesta principal del año cristiano.
Se celebra un domingo en fechas distintas, entre el 22 de marzo y el 25 de abril, y por lo tanto, extendiéndose desde el domingo de Septuagésima (el noveno domingo antes de la Pascua) y el primer domingo de Adviento que se ajustan en relación con la fecha de la Pascua.
La Semana Santa que comienza en Domingo de Ramos, incluye el Viernes Santo, el día de la crucifixión y termina con el Sábado Santo.
Y la Octava de “Pascua” se extiende desde el Domingo de “Pascua” hasta el domingo siguiente.
Durante la Octava de “Pascua” en los primeros tiempos cristianos, los recién bautizados llevaban ropas blancas, que era el color litúrgico de “Pascua”, que significaban luz, pureza y gozo.
El agua bendecida en la Vigilia Pascual se usa para los bautismos en toda la temporada de pascua.
Puedes seguir aprendiendo sobre: 
LA FIESTA DE LA PASCUA VINCULA EL ANTIGUO Y EL NUEVO TESTAMENTO
LA PASCUA DE CRISTO
LA ESTRUCTURA DE LA PASCUA CRISTIANA
QUE ELEMENTOS DEVOCIONALES TIENE LA SEMANA SANTA
10 MANERAS DE CONTEMPLAR LA PASIÓN DE CRISTO
QUE DEBE HACER UN CATÓLICO CADA DIA DE SEMANA SANTA
COMO SE GANAN INDULGENCIAS DURANTE LA SEMANA SANTA

Nuestra necesidad de orar

Si no tienes de alguna manera un pie fuera de tu cultura, la cultura te engullirá por completo. Daniel Berrigan escribió eso, y es verdad también en este sentido: Si no puedes beber de una fuente fuera de ti mismo, tu natural proclividad a la paranoia, amargura y odio te engullirá invariablemente por completo.
En el Evangelio de Lucas, vemos que los discípulos entendieron esto. Se acercaron a Jesús y le pidieron que les enseñara cómo orar, porque le veían hacer cosas que no veían hacer a ningún otro. Era capaz de responder al odio con el amor, perdonar de corazón a otros, soportar malentendidos y oposición sin ceder a la auto-compasión y amargura, y guardar en sí un centro de paz y no-violencia. Ellos sabían que esto era tan extraordinario como andar sobre las aguas, y sentían que sacaba la fuerza para hacer esto de una fuente exterior a él, por medio de la oración.
Sabían también que ellos eran incapaces de resistir a la amargura y al odio, y que querían ser tan fuertes como Jesús, y así le pidieron: Señor, enséñanos a orar. Sin duda se imaginaban que esto sería simplemente cuestión de aprender una cierta técnica; pero, como los Evangelios aclaran, la vinculación a una fuente divina fuera de nosotros no siempre es fácil ni automática, incluso para Jesús, como vemos de su lucha en el Huerto de Getsemaní, su “agonía en el huerto”.
Jesús mismo tuvo que luchar a veces poderosamente para apoyarse en Dios, como deducimos de su oración en Getsemaní. La lucha que tuvo allí es descrita como una “agonía”, y esto necesita ser entendido cuidadosamente. “Agonía” era un término técnico usado entonces para los atletas. Antes de entrar al estadio o ruedo para un combate, los atletas primero tenían que trabajar sus cuerpos en sudor, en una espuma cálida, una agonía, para  calentar sus músculos y disponerlos para la contienda. Los Evangelios nos dicen que Jesús también entró en sudor, menos cuando sudó sangre mientras se preparaba en su interior para el combate, la prueba a la que trataba de entrar, su pasión.
¿Y qué era ese combate? La prueba para la que se estaba preparando no era, como normalmente se ha creído, una lucha por la decisión de si permitir que lo crucificaran o si invocar el poder divino y salvarse de esta  humillación y muerte. Esa nunca fue la razón de su lucha en Getsemaní. Mucho antes, él había aceptado que iba a morir. La cuestión era cómo, cómo moriría: ¿amorosa o amargamente?
Al fin, fue una lucha para fortalecer su voluntad, de modo que moriría con un corazón lleno de amor, ternura y perdón. Y fue una lucha; un resultado positivo estaba en duda. En medio de toda la oscuridad, odio, amargura, injusticia y malentendidos que le rodearon, en medio de todo que se situó injustamente contra él y fue antitético a su persona y mensaje, Jesús luchó poderosamente por recurrir a una fuente que podía darle la fuerza para resistir el odio y la violencia que había alrededor de él, que podía darle el corazón para perdonar a sus enemigos, que podía darle la gracia de perdonar al buen ladrón, y que podía darle la fuerza interior para cambiar la humillación, dolor e injusticia en compasión en vez de amargura.
Los Evangelios dicen esto metafóricamente como una lucha por “permanecer despierto”, esto es, permanecer despierto a su identidad interior como el Amado de Dios, una identidad que hizo propia en su bautismo y que modeló su total conciencia durante todos los años de su ministerio. En Getsemaní, en medio de todo lo que le (y nos) invita a una amnesia moral, Jesús consigue permanecer despierto a su realidad más profunda y a su identidad como el Amado de Dios. Sus discípulos, no. Como los Evangelios nos dicen, durante la gran lucha de Jesús, ellos cayeron dormidos, y su sueño (“por pura pena”) era más que fatiga física. Esto resulta evidente cuando, inmediatamente después de que Jesús ha conseguido situarse contra el odio y la no-violencia, Pedro sucumbe a ambas y corta la oreja del criado del sumo sacerdote. Pedro estaba cargado de sueño en más de un sentido, en un sueño que significa la ausencia de oración en la vida de uno.
La oración debe mantenernos despiertos, lo que quiere decir que debe mantenernos conectados a una fuente fuera de nuestros instintos y proclividades naturales que pueda situarnos en el amor, perdón, no-venganza y no-violencia cuando todo dentro y alrededor de nosotros nos grita a favor de la amargura, odio y represalia. Y si Jesús tenía que sudar  sangre al tratar de permanecer conectado a la fuente cuando fue probado, nosotros podemos esperar que nos costará  lo mismo: lucha, agonía, queriendo con todas fibras de nuestro ser darnos por vencidos adhiriéndonos al amor precariamente por la piel de nuestros dientes, y entonces tener al ángel de Dios que nos dé fuerza sólo cuando hayamos estado angustiándonos durante bastante tiempo en la lucha, de modo que podamos dejar a la fuerza de Dios hacer por nosotros lo que nuestra fuerza no puede. ¡Señor, enséñanos a orar!


Lunes Santo: Personajes en los relatos de la Pasión del Señor: Nicodemo

San Gregorio Nacianceno, en uno de sus sermones, nos invita a asumir uno de los papeles de los distintos personajes de los relatos de la Pasión, en concreto de Nicodemo y de José de Arimatea. En el Cuarto Evangelio aparece varias veces Nicodemo. Hay dos momentos importantes relacionados con él: al principio del Evangelio, cuando va a visitar de noche a Jesús, y al final de la vida del Señor, cuando ayuda a enterrar su cuerpo.
Los textos son muy significativos. En el primero se narra la escena en la que el fariseo busca a Jesús: “Había entre los fariseos un hombre llamado Nicodemo, magistrado judío. Fue éste donde Jesús de noche y le dijo: «Rabbí, sabemos que has venido de Dios como maestro, porque nadie puede realizar las señales que tú realizas si Dios no está con él» (Jn 3, 1-2).
Ir de noche puede significar caminar a oscuras, sin ver, e ir a encontrarse con Jesús, quien va a decir: “Yo soy la luz del mundo”. Implica el deseo de alcanzar la iluminación. El texto evangélico de Jn 3, cita siete veces el verbo creer, y en cinco ocasiones emplea la palabra “luz”. Quien cree recupera la vista, comprende las Escrituras, reconoce al Señor, no camina en tinieblas, avanza sin tropezar.
Nicodemo nos enseña a buscar, a acercarnos a la Luz, aunque sea en un momento vergonzante, en el que nos da pudor que nos vean acudir al Maestro y a su misericordia. El poeta dice: “De noche iremos, de noche, que para encontrar la fuente, solo la sed nos alumbra”. Si hay necesidad se busca, aunque sea de noche. Nicodemo nos enseña su sed de verdad.
Estos días son propicios para estar en oración de noche, y dejarnos instruir en el corazón por quien ha venido en nombre de Dios -más aún, es el Hijo de Dios- como luz, como verdad y como vida.
En el texto evangélico hay un paralelismo entre tinieblas y obras malas, y luz y caminar en la verdad.
Pero es la actuación de Nicodemo en los relatos de la Pasión la que nos invita más especialmente estos días a ser generosos. “Fue también Nicodemo - aquel que anteriormente había ido a verle de noche - con una mezcla de mirra y áloe de unas cien libras. Tomaron el cuerpo de Jesús y lo envolvieron en vendas con los aromas, conforme a la costumbre judía de sepultar” (Jn 19, 39-40).
¿Te sumas a la ofrenda de los aromas? La oración es aroma de incienso, y el perfume caro, ofrenda de amor.. Fuente: Ciudad Redonda

Fotos del Domingo de Ramos y del día del padre

En la Misa de la Familia, el domingo, día 18, Día del Padre, los padres, con sus hijos, celebraron gozosamente este día. Los niños mostraron el cariño a sus papás con un beso y la entrega de un clavel y rezaron por ellos en torno al altar. Que los niños y los hijos sigan queriendo a sus papás y podéis seguir rezando esta oración.


DOMINGO DE RAMOS: La lluvia impidió la procesión de ramos alrededor de la plaza de América. Los niños leyeron la pasión, cada uno encarnando un personaje de la misma. y rezaron a través de los signos de la pasión: la bolsa de Judas, la corona de espinas, los clavos y la cruz. Al final de la misa de niños, a las 12,15, como estaba programado, se bendijeron los ramos y se tuvo un breve procesión dentro del templo.


Oración de un niño por su padre 
Querido Jesús.
Hoy te pido por mi papá.
Que nunca le falte el trabajo,
ni tenga problemas de salud.
Que esté feliz en nuestra familia
y cada día estemos más unidos,
para que esté orgulloso de todos nosotros.
Ayúdame a confiar mucho en él,
a escuchar sus consejos
y a obedecer en todo lo que me pida.
Te pido que él esté contento
y no se canse mucho trabajando por nosotros.
Acompáñalo en todo momento,
cuando sale a trabajar, cuando viaja,
cuando está con nosotros.
Dale paciencia,
mucho ánimo y mucha alegría.
Lo quiero mucho
y te pido que tú lo cuides
y lo quieras también.
Gracias por mi papá. Amén.



Decide: ¿Qué morirá y resucitará en ti durante esta semana?



https://odresnuevos.es/2018/02/08/calendario-cuaresma-2018/

Calendario parroquial de la Semana Santa 2018

SÁBADO SANTO
11,00 LAUDES
12,30 Oración con María
22,00 VIGILIA PASCUAL
DOMINGO DE RESURRECCIÓN
Misas de Domingo

Horario general de Misas

25 marzo DOMINGO DE RAMOS12,15 Bendición y Procesión
En las otras Misas, bendición de ramos al principio. No hay procesión
LUNES a MIÉRCOLES Misas normales
JUEVES SANTO
11,00 LAUDES
17,00 EUCARISTÍA
18,30 CENA DEL SEÑOR
22,00 HORA SANTA
VIERNES SANTO
11,00 LAUDES
12,30 Vía Crucis
17,30 LA PASIÓN DEL SEÑOR

20,00 Oración junto a la Cruz

Cambia el hábito que no te haga bien, corrígelo,



https://odresnuevos.es/2018/02/08/calendario-cuaresma-2018/
Viernes 23 de marzo. Día 38º de cuaresma #odresnuevos #CalendarioCuaresma2018

Los altibajos de la fe

El poeta Rumi insinúa que vivimos con un profundo secreto que a veces conocemos, luego no, y después conocemos de nuevo. Es una buena descripción de la fe. La fe no es algo que sujetas y posees de una vez para siempre. Lleva este camino: A veces andas sobre el agua, y a veces te hundes como una piedra.
Los Evangelios testifican esto, lo más gráficamente, en el pasaje de Pedro andando sobre el agua: Jesús pide a Pedro que baje de una barca y vaya a él andando sobre el agua. Al principio, eso funciona: Pedro, sin pensar, camina sobre el agua; después, volviéndose más consciente de lo que está haciendo, se hunde como una piedra. Vemos esto también en las masivas fluctuaciones en la creencia que los discípulos de Jesús experimentaron durante los “cuarenta días” después de la resurrección. Jesús se les aparecería, ellos se fiarían de que estaba vivo, luego desaparecería de nuevo y ellos perderían su confianza y volverían a las vidas que habían tenido antes de encontrarse con él, pescando en el mar. Las narraciones de la post-resurrección ilustran bastante claramente la dinámica de la fe: Creéis. Luego, desconfiáis. Después, lo creéis de nuevo. Al menos, así lo parece superficialmente.
Vemos otro ejemplo de esto en el relato de Pedro traicionando a Jesús. En el Evangelio de Marcos, Jesús nos dice que hay un secreto que separa a aquellos que tienen fe de aquellos que no: A vosotros se os da el secreto del Reino, pero a los demás todo se les da en parábolas. Esto suena a gnosticismo, esto es, la idea de que hay un código secreto en algún sitio (por ej., el Código Da Vinci) que algunos conocen y otros no, y tú estás en ello o no, según lo conozcas o no. Pero eso no es lo que Jesús está diciendo aquí. Su secreto es abierto, accesible a todos: el significado de la cruz. Cualquiera que entiende eso entenderá el resto de lo que Jesús quiere decir, y vice versa. Nosotros estamos dentro o fuera, dependiendo de si o no, podemos comprender y aceptar el significado de la muerte de Jesús.
Pero, estar dentro o fuera no es de una vez para siempre. Más bien, ¡nos movemos dentro y fuera!  Después de negar Pedro a Jesús, se nos dijo: salió a fuera. Esto se entiende literal y metafóricamente. Después de su negación, Pedro salió fuera, a la noche, para estar lejos de la multitud, pero estuvo también fuera del significado de su fe.
Nuestra fe también se eleva y se abaja por otra razón; comprendemos mal cómo funciona: Toma como ejemplo al joven rico  que se acerca a Jesús con esta pregunta: “Maestro bueno, ¿qué debo hacer para poseer la vida eterna?” Interesante elección de un verbo: poseer. ¿La vida eterna como una posesión? La amable corrección de Jesús por el verbo del joven nos enseña algo vital sobre la fe. Jesús le dice: “Bien, si quieres recibir la vida eterna”, queriendo decir que la fe y la vida eterna no son algo que posees para que pueda ser almacenado y guardado como el grano en el granero, el dinero en el banco o las joyas en un cofre. Sólo pueden ser recibidas, como el aire que respiramos. El aire es libre, está dondequiera, y nuestra salud no depende de su presencia, porque siempre está ahí, sino más bien del estado de nuestros pulmones (y humor) en un momento dado. A veces respiramos profunda y agradecidamente; pero otras veces, por diversas razones, respiramos mal, jadeamos en vez de respirar, estamos sin aliento o asfixiados por el aire. Como el respirar, la fe tiene sus modalidades.
Y así, necesitamos entender nuestra fe no como una posesión o como algo que obtenemos de una vez para siempre, que puede perderse sólo por algún enorme y dramático cambio de vida que se dé en nosotros, donde nos movamos de la creencia al ateísmo. “La fe no es cierto estado constante de creencia” -insinúa Abraham Heschel- sino más bien una suerte de fidelidad, una lealtad a los momentos en que hemos tenido fe”.
Y eso aclara algo más: Para ser auténtica, la fe no necesita ser explícitamente religiosa, sino que puede expresarse simplemente en la fidelidad, lealtad y confianza. Por ejemplo, en una poderosa biografía, La clara luz, escrita cuando estaba muriendo de cáncer, Annie Riggs cuenta su poderosa pero implícita fe mientras mientras afronta con calma su muerte. Sin ser dada a explicitar la fe religiosa, le desafía en un punto una enfermera que le dice: “La fe, debes tenerla y la vas a necesitar”. La observación dispara una reflexión de su parte sobre aquello en lo que ella cree o no. Ella viene a la paz con la pregunta y su propio asidero en ella con estas palabras: “Para mí, la fe envuelve clavar la vista en el abismo, ver que es oscuro y lleno de lo desconocido, y estar de acuerdo con eso”.
Necesitamos tener confianza en lo desconocido, saber que estaremos de acuerdo, aunque en un día dado podríamos sentir como que estamos andando sobre el agua o nos hundimos como una piedra. La fe es más profunda que nuestros sentimientos.

¿Dónde buscas a Dios? ¿Dónde lo descubres?



https://odresnuevos.es/2018/02/08/calendario-cuaresma-2018/
martes 20 de marzo. Día 35º de cuaresma #odresnuevos #CalendarioCuaresma2018

San José: Patrón de la Iglesia universal; Guardián de la pureza; Patrón de los moribundos...


Es difícil sintetizar la persona de alguien tan humilde y a la vez tan importante y querido como San José. Es ejemplo de:
Buena muerte
Ejemplo de los perseguidos, desterrados, migrantes y refugiados
El esposo más amado
El padre más amado
El santo más grande
Guardián de la pureza
Patrono de la Iglesia Universal
Santificador del trabajo

Dejó este mundo entre los brazos de Jesús y María a quienes custodió en el cuerpo y en el espíritu. Su vida callada, sacrificada y continuamente adaptada a la voluntad de Dios, sirvió para convertirse en "Padre Mesiánico de Nuestro Señor Jesucristo". Ningún mortal recibió y dio tanto y tan puro amor.