Lecturas y comentario de la festividad de todos los Santos


Primera lectura: del libro del Apocalipsis (7,2-4.9-14):

Yo, Juan, vi a otro Ángel que subía del Oriente y tenía el sello de Dios vivo; y gritó con fuerte voz a los cuatro Ángeles a quienes había encomendado causar daño a la tierra y al mar: «No causéis daño ni a la tierra ni al mar ni a los árboles, hasta que marquemos con el sello la frente de los siervos de nuestro Dios.»
Y oí el número de los marcados con el sello: ciento cuarenta y cuatro mil sellados, de todas las tribus de los hijos de Israel. Después miré y había una muchedumbre inmensa, que nadie podría contar, de toda nación, razas, pueblos y lenguas, de pie delante del trono y el Cordero, vestidos con vestiduras blancas y con palmas en sus manos.
Y gritan con fuerte voz: «La salvación es de nuestro Dios, que está sentado en el trono, y del Cordero.»
Y todos los Ángeles que estaban en pie alrededor del trono de los Ancianos y de los cuatro Vivientes, se postraron delante del trono, rostro en tierra, y adoraron a Dios diciendo: «Amén, alabanza, gloria, sabiduría, acción de gracias, honor, poder y fuerza, a nuestro Dios por los siglos de los siglos, amén.»
Uno de los Ancianos tomó la palabra y me dijo: «Esos que están vestidos con vestiduras blancas quiénes son y de dónde han venido?»
Yo le respondí: «Señor mío, tú lo sabrás.»
Me respondió: «Esos son los que vienen de la gran tribulación; han lavado sus vestiduras y las han blanqueado con la Sangre del Cordero.» Palabra de Dios

Salmo: 23,1-2.3-4ab.5-6

R/. Este es el grupo que viene a tu presencia, Señor
Del Señor es la tierra y cuanto la llena,
el orbe y todos sus habitantes:
él la fundó sobre los mares,
él la afianzó sobre los ríos. R/.
Quién puede subir al monte del Señor?
Quién puede estar en el recinto sacro?
El hombre de manos inocentes y puro corazón,
que no confía en los ídolos. R/.
Ése recibirá la bendición del Señor,
le hará justicia el Dios de salvación.
Éste es el grupo que busca al Señor,
que viene a tu presencia, Dios de Jacob. R/.

Segunda lectura: la primera carta del apóstol san Juan (3,1-3)

Mirad qué amor nos ha tenido el Padre para llamarnos hijos de Dios, pues ¡lo somos! El mundo no nos conoce porque no le conoció a él. Queridos, ahora somos hijos de Dios y aún no se ha manifestado lo que seremos. Sabemos que, cuando se manifieste, seremos semejantes a él porque le veremos tal cual es. Todo el que tiene esta esperanza en él se purificará a sí mismo, como él es puro. Palabra de Dios

Evangelio: San Mateo (5,1-12)

Viendo la muchedumbre, subió al monte, se sentó, y sus discípulos se le acercaron. Y tomando la palabra, les enseñaba diciendo: «Bienaventurados los pobres de espíritu, porque de ellos es el Reino de los Cielos. Bienaventurados los mansos, porque ellos poseerán en herencia la tierra. Bienaventurados los que lloran, porque ellos serán consolados. Bienaventurados los que tienen hambre y sed de justicia, porque ellos serán saciados. Bienaventurados los misericordiosos, porque ellos alcanzarán misericordia. Bienaventurados los limpios de corazón, porque ellos verán a Dios. Bienaventurados los que trabajan por la paz, porque ellos serán llamados hijos de Dios. Bienaventurados los perseguidos por causa de la justicia, porque de ellos es el Reino de los Cielos. Bienaventurados seréis cuando os injurien, y os persigan y digan con mentira toda clase de mal contra vosotros por mi causa. Alegraos y regocijaos, porque vuestra recompensa será grande en los cielos; pues de la misma manera persiguieron a los profetas anteriores a vosotros.» 

Comentario: Queridos hermanos:

Hoy celebramos la gran fiesta de la comunidad cristiana y, por extensión, de la humanidad entera. En la Iglesia hemos hablado mucho de los santos en sentido canónico. Son aquellas personas que han sido declaradas tales una vez que se ha probado a lo largo de un complicado proceso que han vivido una vida realmente santa. Tanto hemos hablado de esos santos que se nos ha olvidado que santos lo somos todos por la gracia de Dios, que “santo” era una forma común de denominarse los creyentes unos a otros en los primeros años de la Iglesia.
Santos son los 144.000 marcados de todas las tribus de Israel, pero santos son también todos los que forman esa muchedumbre inmensa, que nadie puede contar, venidos de todas partes, de toda clase y condición. Santos son todos los que reconocen en su corazón que Dios es el que nos da la vida y le alaban y le dan gracias. Santos son los que han pasado por las tribulaciones de la vida, han puesto su esperanza más allá de sus propias fuerzas y han dejado que sea el amor de Dios el que les salve. Santos somos los que vamos caminando en la esperanza de que Dios nos dará la vida en plenitud. Y, viviendo en esa esperanza, como dice la primera carta de Juan, nos hacemos ya puros como él, como Dios.
Santos son todos los que se alegran en su corazón con el mensaje de las bienaventuranzas, las palabras más revolucionarias de Jesús. Porque sólo los sencillos de corazón, los humildes y los pequeños entienden de verdad ese mensaje que dice que son dichosos (no dice que “serán” sino que “son”) los pobres, los sufridos, los que lloran, los hambrientos, los que trabajan por la justicia, los misericordiosos, los limpios de corazón, los que trabajan por la paz... Porque sienten en su corazón que esos son de verdad los preferidos de Dios y que él no los va a dejar de su mano. Porque saben que esos son santos de verdad.
Hoy celebramos nuestra fiesta. La fiesta de los sencillos y los humildes. La fiesta del pueblo, de la comunidad, de la humanidad. Sentimos el amor de Dios que se ha derramado sobre nosotros y nos llena de esperanza y de gozo. Porque somos “santos” y es nuestra fiesta.  ¡Feliz día a todos!
http://www.ciudadredonda.org/
Imagen: PERE-SERRA.-RETABLO-DE-TODOS-LOS-SANTOS.-MONASTERIO-DE-SAN-CUGAT.-
Foto-Josep-Renalias.-PINTURA-MEDIEVAL.-SIGLO-XIV.-SCIAPODA

Todos Los Santos.Reflexiones sobre la celebración de Halloween

El significado de Halloween es "All hallow's eve", un término que proviene del idioma inglés antiguo, y que significa "víspera de todos los santos". Se refiere a la noche del 31 de octubre, víspera de la Fiesta de Todos los Santos. Sin embargo, la costumbre antigua anglosajona le ha robado su estricto sentido religioso para celebrar en su lugar la noche del miedo, del terror, de las brujas y los fantasmas. Halloween marca una triste vuelta al antiguo paganismo, tendencia que lamentablemente se ha propagado también entre los pueblos hispanos.

Halloween es una festejo pagano con intereses consumistas. La cultura de consumo propicia y aprovecha las oportunidades para hacer negocios, sin importar cómo. Hollywood ha contribuido a la difusión del Halloween con una serie de películas en las cuales la violencia gráfica y los asesinatos crean en el espectador un estado morboso de angustia y ansiedad. Estas películas son vistas por adultos y niños, creando en estos últimos miedo y una idea errónea de la realidad. El Halloween hoy es, sobre todo, un gran negocio. Máscaras, disfraces, dulces, maquillaje y demás artículos necesarios son un motor más que suficiente para que algunos empresarios fomenten el "consumo del terror".

Sin embargo, para los creyentes es la fiesta de todos los Santos la que verdaderamente tiene relevancia y refleja la fe en el futuro para quienes esperan y viven según el Evangelio predicado por Jesús. El respeto a los restos mortales de quienes murieron en la fe y su recuerdo, se inscribe en la veneración de quienes han sido "templos del Espíritu Santo".

Ante todos estos elementos que componen hoy el Halloween, vale la pena reflexionar y hacerse las siguientes preguntas:

¿Qué experiencia (moral o religiosa) queda en el niño que para "divertirse" ha usado disfraces de diablos, brujas, muertos, monstruos, vampiros y demás personajes relacionados principalmente con el mal y el ocultismo, sobre todo cuando la televisión y el cine identifican estos disfraces con personajes contrarios a la sana moral, a la fe y a los valores del Evangelio.? Veamos qué dice Nuestro Señor Jesucristo del mal y lo malo en Mt. 7,17. Mt. 6,13. La Palabra de Dios nos habla de esto también en 1ª Pe. 3, 8-12.

¿Cómo podemos justificar como padres de una familia cristiana que nuestros hijos celebren el día de Halloween como una fiesta pagana ¿No seríamos incongruentes?

Con los disfraces y la identificación que existe con los personajes del cine ... ¿no estamos promoviendo en la conciencia de los pequeños que el mal y el demonio son solo fantasías,  un mundo irreal que nada tiene que ver con nuestras vidas y que por lo tanto no nos afectan? La Palabra de Dios afirma la existencia del diablo, del enemigo de Dios en St. 4,7  1ª Pe 5,18  Ef. 6,11  Lc. 4,2  Lc. 25, 41

¿No es Halloween otra forma de relativismo religioso con la cual vamos permitiendo que nuestra fe y nuestra vida cristianas se vean debilitadas?

Si aceptamos todas estas ideas y las tomamos a la ligera en "aras de la diversión de los niños" ¿Qué diremos a los jóvenes (a quienes durante su infancia les permitimos jugar al Halloween) cuando acudan a los brujos, médiums, echadores de cartas y todas esas actividades contrarias a lo que nos enseña la Sagrada Escritura?

Es que nosotros, como cristianos, mensajeros de la paz, el amor, la justicia, portadores de la luz para el mundo ¿podemos identificarnos con una actividad en donde todos sus elementos hablan de temor, injusticia, miedo y oscuridad? Sobre el tema de la paz podemos leer Fil. 4,9  Gál. 5,22. Ver qué dice Jesús sobre esto en Mt. 5,14  Jn. 8,12

Si somos sinceros con nosotros mismos y buscamos ser fieles a los valores de la Iglesia Católica, llegaremos a la conclusión de que el halloween no tiene nada que ver con nuestro recuerdo cristiano de los Fieles Difuntos, y que todas sus connotaciones son nocivas y contrarias a los principios elementales de nuestra fe.


Fuente y artículo completo

Kathleen Dowling Singh, RIP.

Ninguna comunidad debería arruinar sus muertes. Esa es una sabia declaración de Mircea Eliade, a propósito de la muerte, hace dos semanas, de Kathleen Dowling Singh. Kathleen trabajaba en un centro de cuidados paliativos, era psicoterapeuta y escritora espiritual muy profunda e influyente.
Es conocida y profundamente respetada entre los que escriben y enseñan en el área de espiritualidad en razón de tres libros mayores: La gracia del vivir, La gracia del envejecimiento La gracia del morir.  Curiosamente, trabajó hacia atrás al escribir su trilogía, empezando con el morir, continuando con el envejecer y finalmente ofreciendo una reflexión sobre el vivir. Hizo esto porque sus observaciones de fondo fueron tomadas de su experiencia como trabajadora de un centro de cuidados paliativos que atendía a pacientes terminales. Según lo que aprendió estando y observando, los moribundos le enseñaron mucho sobre lo que significa envejecer y, finalmente, lo que significa vivir. Sus libros tratan de destacar la profunda gracia que está inherente en cada una de estas etapas de nuestra vida: vivir, envejecer, morir.
Quiero destacar aquí particularmente las observaciones de su primer libro, La gracia de morir. Fuera de la Escritura y de algunos místicos clásicos, no he encontrado una comprensión espiritual tan profunda de lo que Dios y la naturaleza intentan en el proceso a través del cual entramos en la muerte, particularmente como es visto en alguno que muere a edad avanzada o de enfermedad terminal.
Singh concentra su tesis en una aguda frase: El proceso de la muerte está exquisitamente calibrado para introducirnos en el reino del espíritu. Hay sabiduría en el proceso de la muerte. Aquí está cómo funciona:
Durante toda nuestra vida, nuestra auto-conciencia limita de raíz nuestra consciencia, cerrando efectivamente de nuestra consciencia mucho del reino del espíritu. Pero ese no es el modo como nacimos. Como bebé, estamos maravillosamente abiertos y conscientes, pero, al faltar la auto-conciencia, un ego, no nos damos cuenta de lo que somos conscientes. Un niño es luminoso, pero un niño no puede pensar. Para pensar necesita formar un ego, venir a ser auto-consciente; y, según Singh, la formación de ese ego, la condición de auto-consciente, se afirma de cada uno de nosotros haciendo cuatro contracciones mentales masivas, cada una de las cuales cierra algo de nuestra consciencia del mundo del espíritu.
Nosotros formamos nuestros egos así: Primero, al comienzo de la vida del bebé, éste hace una distinción entre lo que es uno mismo y lo que es otro. Esa es la primera contracción mayor. Poco después, el bebé hace una  distinción entre el vivir y el no-vivir; un perrito tiene vida; una piedra, no. Algún tiempo después de eso, un bebé hace una distinción entre la mente y el cuerpo; un cuerpo es sólido y físico de una manera que la mente no es. Finalmente, al principio también de nuestras vidas, hacemos una distinción entre lo que podemos afrontar dentro de nosotros y aquello que nos da demasiado miedo afrontar. Separamos nuestra propia luminosidad y complejidad desde nuestra consciente consciencia, formando lo que con frecuencia es denominado nuestra sombra. Cada uno de estos movimientos cierra efectivamente todos reinos de la realidad desde nuestra consciencia. Haciendo eso -dice Singh- creamos el propio temor a la muerte.
Ahora, y ésta es la fecunda observación de Singh, el proceso de envejecimiento y muerte destruye efectivamente estas contracciones, haciéndolo en orden contrario a como nosotros las formamos, y con cada destrucción, estamos de nuevo más conscientes de un reino de la realidad más amplio, particularmente el reino del espíritu. Y esto culmina en los últimos momentos o segundos antes de nuestra muerte en la experiencia de éxtasis, observable en muchos pacientes terminales mientras mueren. Cuando la última contracción que formó nuestro ego se rompe, el espíritu se abre camino y rompemos en éxtasis. Como trabajadora de un centro de cuidados paliativos, Singh afirma haber visto esto muchas veces en sus pacientes.
Elizabeth Kubler Ross, en lo que ahora ha venido a ser virtualmente el canon sobre cómo entendemos las etapas del morir, sugirió que alguien al que diagnostiquen una enfermedad terminal atravesará cinco etapas antes de su muerte: Negación, Ira, Negociación, Depresión, Aceptación. Singh estaría de acuerdo con eso, pero añadiría tres etapas más: Una caída en la oscuridad que llega casi al desespero; una resignación que empequeñece nuestra inicial acogida una irrupción en éxtasis. Ella señala que Jesús pasó por esas exactas etapas en la cruz: un grito de abandono que suena como desespero, la encomienda de su espíritu y el éxtasis que le fue dado en su muerte.
La observación de Singh es muy consoladora. El proceso de morir nos proporcionará que una profunda vida de oración y abnegación deba hacernos romper especialmente nuestro egoísmo y abrirnos al reino del  espíritu. Dios nos acogerá, de una manera u otra.
Hemos perdido a una gran mujer y una gran escritora espiritual. Sus hijos, escribiendo en facebook después de su muerte, dijeron simplemente que su madre querría que todos nosotros supiéramos que “ella fue un persona ordinaria que tuvo una muerte ordinaria”. Pero el legado espiritual que ella nos dejó está lejos de ser ordinario.

Amarás a tu prójimo como a ti mismo.



30º Domingo Tiempo Ordinario


A toda la tierra alcanza su pregón. Salmo 18

El cielo proclama la gloria de Dios, 
el firmamento pregona la obra de sus manos: 
el día al día le pasa el mensaje, 
la noche a la noche se lo susurra. R/.

Sin que hablen, sin que pronuncien, 
sin que resuene su voz, 
a toda la tierra alcanza su pregón 
y hasta los límites del orbe su lenguaje.


Fiesta de San Judas Tadeo, primo carnal de Jesucristo. 28 de octubre.

San Judas Tadeo, apóstol de Jesucristo, descendía de la estirpe real de David y, por tanto, era consanguíneo de Jesucristo. En efecto, el padre de San Judas, llamado Cleofás, era hermano de San José, Esposo de la Santísima Virgen; la madre, llamada María de Cleofás, era prima de la Santísima Virgen: por tanto, San Judas Tadeo, que fue uno de los doce apóstoles, era primo carnal de Jesús.
Su fiesta se celebra el 28 de Octubre, junto al apóstol San Simón.
"Judas" es una palabra hebrea que significa: "alabanzas sean dadas a Dios". Tadeo quiere decir: "valiente para proclamar su fe"Después de la Última Cena, cuando Cristo prometió que se manifestaría a quienes le escuchasen, Judas Tadeo le preguntó por qué no se manifestaba a todos. (Gran sensibilidad la de este Santo).  Cristo le contestó que Él y su Padre visitarían a todos los que le amasen: "Vendremos a él y haremos en él nuestra morada" (Juan, 14, 22-23).Se atribuye a San Judas una de las epístolas canónicas, que tiene muchos rasgos comunes con la segunda epístola de San Pedro. No está dirigida a ninguna persona ni iglesia particular y exhorta a los cristianos a "luchar valientemente por la fe que ha sido dada a los santos. Porque algunos en el secreto de su corazón son (...) hombres impíos, que convierten la gracia de nuestro Señor Dios en ocasión de riña y niegan al único soberano regulador, nuestro Señor Jesucristo". Es una severa amonestación contra los falsos maestros y una invitación a conservar la pureza de la fe. Termina su carta con esta bella oración: "Sea gloria eterna a Nuestro Señor Jesucristo, que es capaz de conservarnos libres de pecados, y sin mancha en el alma y con gran alegría".El campo de acción apostólica de San Judas fue amplísimo; evangelizó primero la Judea, después Mesopotamia y, finalmente, Persia, llevando por todas partes la luz de la verdad, transmitiendo La Palabra del Señor y obrando, en su nombre, los más preclaros milagros: el número de los discípulos aumentaba de día en día, atraía a sí muchísimos cristianos, nombraba Diáconos, Sacerdotes y Obispos, fundando Iglesias Cristianas en todas las regiones que atravesaba.Regresando a Persia, se reunió con el Apóstol San Simón y ambos combatieron fuertemente las herejías de Zaroes y Arfexat, sacerdotes idólatras que habían confundido la conciencia de aquel pueblo, llevándolo a revolverse en contra de la palabra y las obras de los dos Santos Apóstoles.San Judas sabía que su misión terrena llegaba a su fin y el martirio, para gloria de Dios, estaba cerca.Llegaron a Suamyr, gran ciudad de Persia. Los dos Apóstoles se alojaron en casa de un discípulo llamado Semme. A la mañana siguiente a su llegada, los sacerdotes idólatras de aquella ciudad, seguidos por una gran multitud del pueblo azuzados por las venenosas presiones de Zaroes y de Artexat, rodearon la casa de Semme pidiendo a gritos la entrega de los dos Apóstoles."Entréganos, oh Semme, inmediatamente a los enemigos de nuestros dioses, o si no te quemaremos la casa".Ante estas amenazas que no admitían réplica, San Judas y San Simón se pusieron en manos de aquellos malvados que los obligaron inútilmente a adorar a sus falsos dioses; golpeados hasta la sangre, encontraron aún fuerzas para mirarse a los ojos y San Judas, dirigiéndose a su compañero de martirio le dijo: "Hermano, veo a Ntro. Señor Jesucristo que nos llama".La turba de los idólatras, ignorando estos coloquios celestiales, movida por un insano furor, se arrojó con mayor encarnizamiento sobre los cuerpos ya sangrantes de los dos Santos Apóstoles hasta destrozarlos: ¡la corona del martirio brillaba sobre sus cabezas gloriosas! A San Simón lo mataron aserrándolo por el medio, y a San Judas Tadeo le cortaron la cabeza con una hacha y por eso lo representan con una hacha en la mano. Se cree que el martirio ocurrió en el año 70 de la era cristiana, es decir, 36 años después de la Ascensión de Jesucristo al Cielo. Como fueron martirizados juntos, la Iglesia celebra la festividad el mismo día de su martirio para ambos: 28 de octubre.Mientras sus santas almas eran acogidas en la Patria celestial y colocadas a la derecha del Padre, por el que habían ofrecido su vida en holocausto, el cielo de Suamyr, escenario de aquel bárbaro martirio, se quebraba con terribles fulgores, el templo idólatra se derrumbó y los dos sacerdotes, Zaroes y Arfexat, autores del hecho, fueron fulminados por la justicia divina.Los cuerpos de los dos Santos Apóstoles se veneraron en Babilonia en un templo cristiano que se construyó por orden de algún rey cristiano, después de años de trabajo; el sepulcro se convierte inmediatamente en glorioso por la frecuencia de los milagros obrados por el Santo.Las reliquias se trasladaron de Babilonia a Roma, siendo colocadas en la Basílica Vaticana, a los pies de un altar dedicado a los dos Santos Mártires.Desde este sepulcro, el Santo, que tan solícitamente responde a las invocaciones de socorro del género humano, otorga al mundo las gracias y favores que la misericordia del Señor concede a sus potentísimas súplicas.San Judas Tadeo es uno de los santos más populares a causa de los numerosos favores celestiales que consigue a sus devotos que le rezan con fe.
Fuente

...el querer lo bueno lo tengo a mano, pero el hacerlo, no. El bien que quiero hacer no lo hago; el mal que no quiero hacer, eso es lo que hago....


Viernes de la 29ª semana del Tiempo Ordinario

Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Romanos (7,18-25a):

Sé muy bien que no es bueno eso que habita en mí, es decir, en mi carne; porque el querer lo bueno lo tengo a mano, pero el hacerlo, no. El bien que quiero hacer no lo hago; el mal que no quiero hacer, eso es lo que hago. Entonces, si hago precisamente lo que no quiero, señal que no soy yo el que actúa, sino el pecado que habita en mí. Cuando quiero hacer lo bueno, me encuentro inevitablemente con lo malo en las manos. En mi interior me complazco en la ley de Dios, pero percibo en mi cuerpo un principio diferente que guerrea contra la ley que aprueba mi razón, y me hace prisionero de la ley del pecado que está en mi cuerpo. ¡Desgraciado de mí! ¿Quién me librará de este cuerpo presa de la muerte? Dios, por medio de nuestro Señor Jesucristo, y le doy gracias.


Rezando Voy


Sacramento de la Confirmación a 55 jóvenes y 2 adultos

Este sábado, día 28 de octubre, a las 20,00 horas tiene lugar en la parroquia la celebración del sacramento de la Confirmación a 55 jóvenes y a 2 adultos.

Adjuntamos portada y contraportada del folleto, donde viene el anuncio y la lista de los confirmandos con sus respectivos catequistas.

San Antonio María Claret, obispo y fundador.

San Antonio María Claret, obispo, que, ordenado presbítero, durante varios años se dedicó a predicar al pueblo por las comarcas de Cataluña, en España. Fundó la Congregación de Misioneros Hijos del Inmaculado Corazón de María y, ordenado obispo de Santiago de Cuba, trabajó de modo admirable por el bien de las almas.
Habiendo regresado a España, tuvo que soportar muchas pruebas por causa de la Iglesia, y murió desterrado en el monasterio de monjes cistercienses de Fontfroide, cerca de Narbona, en el mediodía de Francia.
A pesar de su nombre rimbombante, Antonio María Claret y Clara fue un arzobispo de origen relativamente humilde. Nació en 1807, en Sallent, España. En su juventud trabajó con su padre como tejedor y, en sus ratos libres, aprendía el latín y el oficio de impresor. A los veintidós años ingresó en el seminario de Vich, donde se ordenó sacerdote en 1835. Algunos años más tarde pensó en hacerse cartujo, pero, como no tenía salud suficiente para resistir la dura vida de los monjes, se trasladó a Roma y entró en el noviciado de la Compañía de Jesús, con el propósito de-partir a las misiones extranjeras. Su mala salud no resistió el noviciado y el padre general de la Compañía le aconsejó que volviese a España a trabajar en la evangelización de sus compatriotas. Así lo hizo el P. Antonio y durante diez años predicó misiones y retiros en toda Cataluña. Por entonces ayudó a santa Joaquina de Mas a fundar la congregación de las Carmelitas de la Caridad. El celo del santo movió a otros sacerdotes a seguir su ejemplo.
En 1849, gracias al P. Claret principalmente, se fundó la congregación de los Misioneros Hijos del Inmaculado Corazón de María. Actualmente los «claretianos», como suele llamárselos, se hallan extendidos no sólo en España, sino también en América y otras partes. Poco después de la fundación de esa gran obra, el P. Claret fue elegido obispo de Santiago de Cuba. La tarea era excepcionalmente difícil, ya que una organización de fanáticos y turbulentos anticristianos combatieron sistemáticamente todas las reformas emprendidas por el santo. Como si ello no fuese suficiente, atentaron varias veces contra su vida. En cierta ocasión, un hombre, furioso de que el santo hubiese convertido a su amante, le hirió gravemente. El propio san Antonio intercedió por el agresor y logró que se le conmutase la pena de muerte.
En 1857 volvió San Antonio a España como confesor de la reina Isabel II, después de renunciar al gobierno de su diócesis. En la corte sólo residía el tiempo estrictamente necesario para el cumplimiento de sus funciones, el resto lo consagraba a predicar misiones y a difundir los buenos libros, especialmente en catalán. A él debe España la fundación de la Librería Religiosa de Barcelona, que ha ejercido una influencia enorme en el renacimiento religioso del país. Se dice que san Antonio predicó durante su vida 10.000 sermones y escribió cerca de 200 libros y folletos para instrucción y edificación del clero y el pueblo. Como rector del Escorial, estableció un laboratorio científico, un museo de historia natural, una escuela de música, otra de lenguas, etc. El santo vivía en perpetua unión con Dios; entre las gracias sobrenaturales más notables que el Señor le concedió, se contaban, además de los éxtasis, los dones de profecía y de curación.
Las condiciones políticas de España y la actitud de la reina para con la Santa Sede hicieron muy difícil la posición de san Antonio. Durante la revolución de 1868, fue desterrado junto con la reina. Entonces pasó a Roma, donde empleó su influencia en promover la definición de la infalibilidad pontificia. Sus amigos de España quisieron hacerle volver a su patria, pero el intento fracasó. San Antonio cayó gravemente enfermo en Francia y murió en el monasterio cisterciense de Fontfroide, cerca de Narbona, el 24 de octubre de 1870. Es beatificado por Pío XI el 25 de febrero de 1934, y Pío XII lo canoniza el 7 de mayo de 1950.
Fuente: «Vidas de los santos de A. Butler», Herbert Thurston, SI. Oremos: Dios nuestro, que infundiste en San Antonio María Claret una gran fortaleza y una admirable caridad para llevar à cabo la evangelización de los pueblos, concédenos, por su intercesión, que busquemos siempre tu reino en todo lo que hagamos y que nos dediquemos, con empeño, à ganar à nuestros hermanos para Cristo. Que vive y reina contigo. Fuente: http://evangeliodeldia.org/

...Y si viniera Jesús, nunca permitiríamos que durmiera en el suelo...

Acabábamos de llegar a San Miguel, de misiones. Calles y personas nos hablaban de pobreza. Casas construídas con hojalata se veían por doquier. Niños sucios y de suéter roto, remendado hasta la saciedad, de caras mal lavadas, nos acompañaron todo el camino.
Pero anchas sonrisas iluminaban esas caras. Bromas y chistes acompañaban sus juegos, a la vez que un gran respeto por las misioneras.

Sus papás no eran menos. Nos acogieron con toda solemnidad, con la mayor solemnidad de la que fueron capaces. Nos llevaron a conocer el lugar: la escuela, la parroquia, sus casas... Sorprendía ver con cuánta pobreza vivían. Un cuarto era todo su hogar: cocina, dormitorio, sala, todo en uno. Jergones en el suelo hablaban del lugar donde descansaban del trabajo del día. Unos pocos trastos eran toda su riqueza. Y la imagen de la Virgen de Guadalupe, por supuesto, con unas flores y entre cortinas.

Dios nos había traído al palacio de la de la pobreza y estábamos dispuestas a compartirla con Él.

Los señores nos llevaron a conocer nuestra casa, la que nos alojaría esa semana. Un poco más grande que las demás, nos estaba esperando. Al entrar, una visión sorprende nuestras mentes: en el suelo, en lugar de jergones, camas. Las únicas camas de todo el pueblo, encerradas todas en esa casa.

Nosotras tenemos sacos de dormir, en los que pensábamos pasar la noche. Como por un resorte, nos acercamos a los señores que tan bien nos habían tratado, para decirles:

- ¿Pero cómo nos han dejado sus camas? Llévenselas. Nosotras tenemos sacos, podemos dormir perfectamente en ellos.

- No, señorita, estas camas son para las misioneras.

- Pero si podemos dormir perfectamente en nuestros sacos...

Al final, un señor bigotudo, mucho más decidido, nos dio la explicación.

- Señorita, no depende de si tienen saco o no. Lo que importa es que ahora ustedes representan a Jesús. Y si viniera Jesús, nunca permitiríamos que durmiera en el suelo.

Dormimos en sus camas esa semana. Nos dieron lo mejor que tenían, como si se lo dieran a Dios. Su fe nos dejó aún más que esas mismas camas. Pero estoy segura de que también Dios se lo recompensó, como dice en el Evangelio: Lo que hicísteis a uno de estos mis pequeños... 

Cerrad la distancia, no la puerta

Toni Morrison, autora que ganó un Premio Nobel, valorando los tiempos que corren, se hace esta pregunta: “¿Por qué deberíamos querer hacernos cargo de un extraño cuando es más fácil alejar al otro? ¿Por qué deberíamos querer acercarnos cuando podemos cerrar la puerta?” Esto no es una pregunta, es un juicio.
Es un juicio negativo, tanto en nuestra sociedad como en nuestras iglesias. ¿En dónde están, de hecho, nuestros corazones? ¿Tratamos de acercar la distancia entre nosotros y lo extranjero, o de cerrar puertas para mantener a los extraños alejados?
En justicia, se podría señalar que esto siempre ha resultado un conflicto. No ha habido una edad de oro en la que la gente acogiera de corazón al extranjero. Ha habido excelentes personas y aun excelentes comunidades que fueron acogedoras, pero nunca la sociedad ni las iglesias en conjunto.
Muchas cosas como este problema son el frente y  el centro de nuestra política hoy, mientras los países luchan por doquier con sus programas políticos de inmigración y con lo que hacer con millones de refugiados e inmigrantes que quieren entrar en su país. Quiero aceptar el desafío que Morrison presenta a nuestras iglesias para acercar la distancia más bien que cerrar las puertas: ¿Estamos invitando a entrar a los extranjeros, o estamos contentos de dejar a los extraños permanecer fuera?
Hay un motivo de desafío en la parábola de Jesús que nos habla del super-generoso dueño de la viña, que puede perderse fácilmente a causa de la lección global de la historia. Se refiere a la pregunta que el dueño de la viña hace al último grupo de trabajadores, aquellos que sólo trabajarán durante una hora. A diferencia del primer grupo, no les pregunta: “¿Queréis trabajar en mi viña?” Más bien les pregunta: “¿Por qué no estáis trabajando?” Su respuesta: “Porque nadie nos ha contratado”.  Notad que no responden diciendo que su falta de empleo es porque son perezosos, incompetentes o desinteresados. Tampoco la pregunta del dueño de la viña implica eso. Simplemente, no están trabajando porque nadie les ha invitado a trabajar.
Tristemente, creo que este es el caso de tanta gente que es aparentemente fría o indiferente con la religión y nuestras iglesias. Nadie les ha invitado a entrar. Y esto sucedió también en tiempos de Jesús. Grupos enteros de gente fueron vistos como indiferentes y hostiles a la religión y fueron considerados simplemente como pecadores. Esto incluyó a prostitutas, recaudadores de impuestos, forasteros y criminales. Jesús los invitó a entrar, y muchos de ellos respondieron con una sinceridad, contrición y devoción que avergonzó a aquellos que se consideraban verdaderos creyentes. Para los así llamados pecadores, todo lo que se situó entre ellos y la entrada en el reino fue una genuina invitación.
¿Por qué no practicáis una fe? ¡Nadie nos ha invitado!
Precisamente en mi propia y limitada experiencia pastoral, que reconozco, he visto algunos a individuos que, desde la niñez hasta la mediana edad temprana o tardía, fueron indiferentes -e incluso de alguna manera paranoides- a la religión y la iglesia. Fue un mundo del que siempre se habían sentido excluidos. Pero gracias a alguna persona bondadosa o circunstancia afortunada, en un momento, se sintieron invitados a entrar y se entregaron a su nueva familia religiosa con apaciguante entusiasmo, fervor y gratitud, tomando frecuentemente un apasionado orgullo en su nueva identidad. Siendo testigo de esto varias veces, ahora entiendo por qué las prostitutas y los recaudadores de impuestos, más que la gente de iglesia en el momento, creyeron en Jesús. Fue la primera persona religiosa que los invitó de verdad a entrar.
Tristemente, también,  hay un lado contrario a éste, donde -todo demasiado frecuente- en toda sinceridad religiosa, no sólo no invitamos a algunos otros a entrar sino que positivamente les cerramos las puertas. Vemos eso, por ejemplo, algunas veces en los Evangelios, donde los que están alrededor de Jesús bloquean a otros de tener acceso a él, como se da el caso en esa más bien colorida historia donde algunos tratan de traer a un paralítico a Jesús pero están bloqueados por la muchedumbre que hay a su alrededor, y consecuentemente tienen que hacer un agujero en el tejado con el fin de bajar al paralítico a la presencia de Jesús.
Demasiado frecuentemente, ignorante, sincera pero a ciegas, somos esa multitud que está alrededor de Jesús bloqueando el acceso a él a causa de nuestra presencia. Este es un peligro ocupacional especialmente para todos nosotros que estamos en ministerio. Tan fácilmente, con toda sinceridad, en el nombre de Cristo, en el nombre de la teología ortodoxa y en el nombre de una sana práctica pastoral, nos colocamos como guardianes de la puerta, como guardianes de nuestras iglesias, por las que otros deben pasar a fin de tener acceso a Dios. Necesitamos recordar más claramente que Cristo es el guardián de la puerta -y el único guardián de la puerta- y nosotros necesitamos renovarnos en lo que eso significa, fijándonos en por qué, en el Evangelio de Juan, expulsó a los cambistas fuera del templo. Ellos, los cambistas, se habían colocado como un medio a través del cual la gente tenía que pasar para ofrecer culto a Dios. Jesús no haría nada de eso.
Nuestra misión como discípulos de Jesús no es ser guardianes de la puerta. En vez de eso, necesitamos trabajar cerrando la distancia más bien que cerrando la puerta.

DOMUND: Germás Fresán, tras las huellas de Damián de Molokai.

Germán Fresán

La vida del Padre Damián de Molokai, miembro de la congregación de los Sagrados Corazones, que fue canonizado el 11 de octubre de 2009 en Roma, ha inspirado la vocación de un buen número de misioneros y misioneras en todo el mundo. El P. Germán Fresán, que trabaja en África desde hace 38 años, se sintió atraído por el apóstol de los enfermos de lepra, cuya entrega influye en el día a día de su vida misionera junto a los más desfavorecidos.
Una gran alegría ha despertado, dentro y fuera de la Iglesia, la canonización del Padre Damián de Molokai. Sin embargo, este acontecimiento resuena especialmente en el P. Germán Fresán, misionero de los Sagrados Corazones, nacido en 1945 en Beire, un pequeño pueblo de la ribera de Navarra (España).
Casualidades de la vida, resulta que en Beire poseía una casa palacio una hermana de San Francisco Javier, patrón de los misioneros y de Navarra. En 1896, la congregación de los Sagrados Corazones compró dicha propiedad, que sirvió como Casa de Formación.
Y sucedió, además, que durante el tiempo en que los misioneros de los Sagrados Corazones permanecieron en el pueblo, dos hermanos de la abuela paterna del P. Germán (Zoilo y Juliana) ingresaron en esta familia religiosa. La Hna. Juliana trabajó durante 17 años en el orfanato de Hawai, donde también lo hiciera el Padre Damián. Esto llena de orgullo al P. Germán.

Los sueños de un niño

El P. Germán admiró desde niño al P. Damián y con la película Molokai, la isla maldita soñó con ser misionero como él. Fue durante mi noviciado donde se confirmó mi vocación. Conocí más profundamente la espiritualidad, la historia y la vida de la congregación de los Sagrados Corazones de Jesús y de María. Dediqué muchas horas a leer los 'Anales de la Congregación', donde pude leer las historias de nuestros misioneros y, particularmente, la vida del Padre Damián", confiesa.
El P. Germán lleva 38 años trabajando en África. "Siempre con los más pobres", remarca. De ellos, 28 años en la República Democrática de Congo (RDC) y diez en Mozambique, donde se encuentra en la actualidad.
Durante 20 años ha servido en diferentes parroquias de los suburbios de Kinshasa (RDC). Pero su vida cambió al convertirse en maestro de novicios durante 14 años, aunque no perdió el contacto con los barrios muy pobres de los suburbios y continuó colaborando en la parroquia junto a los formandos. Desde hace cuatro años desarrolla su labor pastoral en Chupanga (Mozambique), donde vive con dos misioneros congoleños, antiguos novicios suyos.
"En toda mi vida de religioso y como sacerdote, Damián ha sido para mí el modelo de misionero de los Sagrados Corazones. Él comprendió y vivió profundamente los rasgos fundamentales de nuestra espiritualidad. La celebración de la Eucaristía diaria y los momentos de adoración fueron el soporte de su vida", explica el P. Germán.
Damián llegó a Molokai y encontró la desolación en aquella auténtica cárcel natural, donde años más tarde moriría víctima de la terrible enfermedad. Al echar la vista atrás, el P. Germán señala que cuando nosotros llegamos a Chupanga encontramos una misión en ruinas". Esta misión está ubicada en la diócesis de Beira.
Se trata de una realidad muy antigua. Es el lugar donde se construyó la primera iglesia en el interior de Mozambique (1927). Contaba con dos grandes internados de chicos y de chicas, junto con una maternidad. Cuando llegó el P. Geimán toda la misión estaba en ruinas a causa de la guerra civil (1975 1992). Las hierbas y arbustos crecían sobre los muros de los internados y de la iglesia.

La aventura de la fraternidad

Aunque los primeros meses no fueron fáciles, por la escasez y la incomunicación con el exterior, el P. Germán esboza una sonrisa al recordar cómo todas las noches nos sentábamos los seis miembros de la comunidad alrededor de un neumático, con los pies encima del mismo, pues nos mordían las hormigas. Hablábamos de nuestras aventuras cotidianas, de nuestras vivencias, de nuestros planes para el día siguiente... Fueron momentos bonitos que el Padre Damián no tuvo, pues durante muchos años fue el único sacerdote de la isla. La soledad fue su gran sufrimiento, más que el de la propia enfermedad". Los misioneros iban al río Zambeze a buscar agua para beber, cocinar y asearse. El río está cerca pero se halla habitado por cocodrilos e hipopótamos. El generador que tenían era muy viejo, tampoco contaban con frigorífico para guardar los alimentos y eso les hacía vivir al día. Pasaron varios meses hasta que fueron mejorando con la instalación del agua que canalizaron desde el pozo junto al río. Compraron un pequeño generador con el que subían agua desde el pozo, lo que también les permitía unas horas de luz. Más tarde, consiguieron un frigorífico de gas que enfriaba un poco y, de este modo, lograron beber, después de meses, un vaso de agua fresca. Debajo de un árbol montaron con troncos de cocotero el "cine de Chupanga", donde tres veces por semana los niños y jóvenes pueden ver películas, vídeos musicales y, últimamente, incluso televisión con una antena parabólica que les instaló el propietario de un safari de caza.
Si el Padre Damián es conocido como el hombre de los 36 oficios, porque le tocó llevar a cabo los más variados trabajos en Molokai, Germán ha ejercido en la misión de arquitecto, constructor, albañil, fontanero y, sobre todo, de agricultor y catequista.

La catequesis del campo

El 90 % de los habitantes de la parroquia de Chupanga vive de la agricultura y de la pesca. "Por eso, gran parte de mi tiempo lo dedico a trabajar con los agricultores y pescadores. Mi lema es 'luchar contra la pobreza', poder alimentarse mejor, vivir en casas dignas de material duradero y poder estudiar", explica Germán.
Hijo de campesino, como el Padre Damián, al P. Germán le gusta la agricultura y en todos los lugares donde ha estado ha criado animales y cultivado grandes huertas. En la misión ha creado ya varias asociaciones de campesinos y pescadores. Les instruye continuamente y los inicia en los entresijos de una agricultura más desarrollada, con medios como el tractor, mulas mecánicas grandes y bombas para regar desde el río.
Ha comprado varias canoas, redes, cuerdas y otros materiales para cuatro asociaciones de pescadores que están en funcionamiento. Pescan en las islas del río Zambeze y preparan pescado salado que luego secan al sol y más tarde venden en los mercados y en los internados de la zona. Del ingreso de las ventas guardan una cantidad que servirá después para reponer las redes y otros materiales.

Un gallinero modelo

"He construido un 'gallinero modelo' que sirve para el consumo de la comunidad y para iniciar a la gente en la cría de animales y así poder mejorar su alimentación. Salimos de Boane Maputo en coche y recorrimos una distancia de 1.500 kilómetros para llegar a Chupanga. En el mismo coche venían un grupo de pollitos de pavo, de pintadas y varias conejas preñadas que parieron una semana después de llegar. Compramos alguna gallina y una pareja de patos y en poco tiempo ya teníamos carne para comer", cuenta Germán al referirse al inicio de uno de sus proyectos más queridos. Seguramente serán casualidades, pero el Padre Damián también mimó a sus aves.
Germán no para. Otra de sus actividades es escribir cartas a amigos y colaboradores pidiendo ayuda para construir casas de ladrillos para ancianos, viudas e inválidos. Con este fin ha formado a un grupo de albañiles, carpinteros y pintores. Ofrece un albañil, cemento, maderas y chapas para el tejado de aquellos cuya vivienda está en malas condiciones.
Anteriormente no existía la población de Chupanga, sólo funcionaba la misión con sus internados. Los nuevos pobladores han salido de las islas y de la ribera del Zambeze a causa de las persistentes inundaciones (2001, 2007, 2008 y la sequía de 2009). Viven en una situación miserable.
Cada día los misioneros ofrecen un "desayuno rico en calorías" a unos 300 niños y niñas. Es su manera de luchar contra la malnutrición y el hambre. Las papillas que dan a los pequeños están compuestas de harina de maíz, leche, aceite y azúcar. Al principio el programa del "desayuno rico en calorías" fue para los niños malnutridos que el enfermero del centro de salud les enviaba. En 2007 y 2008, cuando se vieron asolados por las inundaciones, todos los niños de Chupanga acudían al desayuno a causa del hambre. De momento siguen viniendo, pues en 2009 han sufrido la sequía y la gente está atravesando una situación de enorme precariedad.
Con la ayuda de amigos y colaboradores, el P. Germán ha enviado a un grupo de jóvenes a estudiar y a aprender un oficio a internados de fuera de Chupanga. En la parroquia sólo hay una escuela primaria completa. En 2006 mandaron a un pequeño grupo de chicas a Inhaminga, al internado de las religiosas de los Sagrados Corazones. Este año están estudiando 44 chicos y chicas. Todos se encuentran en internados de religiosos y religiosas.

Atentos a las personas

El P. Germán reconoce que el obispo fue muy sabio cuando les envió a esta misión. Les pidió que no se preocuparan demasiado de las ruinas sino que dedicaran prioritariamente el tiempo a atender a las comunidades cristianas abandonadas y sin la presencia de un sacerdote desde 1975. El obispo se ocuparía de las ruinas.
Pasados los meses de lluvia comenzaron a visitar las comunidades del interior. La parroquia tiene 14 comunidades, 2 en Chupanga y 12 en las diferentes aldeas en una extensión de 80 kilómetros junto al Zambeze. Comunidades mantenidas por los "bravos catequistas" durante los años de guerra civil. El 70 % de la población es analfabeta y sólo hablan la lengua local, el chisena.
"He tenido que aprender el chisena y no resulta fácil a los 60 años. Cuando tenía 25 años y llegué a Congo tuve que aprender francés y lingala, luego vino el portugués y la iniciación en el ronga. Para nuestro trabajo pastoral es imprescindible hablar la lengua de la gente, de otra forma no puedes hacer nada"     declara convencido el P. Germán. Antes de llegar a Chupanga un religioso de los Sagrados Corazones, que vivía en Inhaminga, a 180 kilómetros, consiguió poner el techo de la iglesia. Poco a poco la pintaron, colocaron las ventanas y las puertas, e incluso fabricaron algunos bancos. Pasados algunos meses, el templo estaba reconstruido.
Así rememora el P. Germán la inauguración: "El día 13 de mayo de 2006 todas las comunidades vinieron a pie y en bicicletas a Chupanga, hicimos una gran procesión con la imagen de la Inmaculada, patrona de la parroquia, por toda la aldea. Celebramos una Misa solemne y recolocamos la estatua de la Virgen recién pintada en su lugar. La imagen es de hierro fundido y pesa más de 300 kilos. Estaba oxidada, pues estuvo guardada por los cristianos durante los años de la guerra civil". Ahora cuentan con una iglesia y con la capilla del Santísimo, donde se reúnen para rezar. Como el Padre Damián, nuestra vida está fundamentada en la celebración de la Eucaristía cotidiana, en la adoración personal y comunitaria, así como en el rezo de Laudes y de Vísperas", subraya el P. Germán. Y el resto del día lo dedican a trabajar con y para la gente.

Un 'abuelo' querido

Entre las variadas tareas pastorales, el P. Germán se encarga principalmente del área catequética de la parroquia. Dedica muchas horas a preparar material para la catequesis y la formación de catequistas. La Iglesia de Mozambique carece de recursos pastorales y de catecismos. Por eso, el P. Germán está traduciendo los libros de catequesis en lingala que utilizaba en Congo al chisena de la diócesis de Beira.
"Muchas veces la gente me dice: 'Llevas ya muchos años en África, ¿no has pensado volver un día a Europa?'. Nunca me he planteado este asunto. Como el Padre Damián, puedo decir que me siento feliz y contento con el trabajo que estoy haciendo por mis queridos chupangueses. En mi congregación me siento en paz y querido por mis hermanos. Casi todos, desde el superior provincial, son antiguos novicios míos. Los nuevos novicios me llaman con cariño "bobo" (abuelo). ¿Qué más puedo pedir?".
Autor del reportaje: P. Fernando Cordero, misionero de los Sagrados Corazones. Artículo de la revista Mundo negro, de los Misioneros Combonianos.

Karol Józef Wojtyla. San Juan Pablo II. Papa

Karol Józef Wojtyla, conocido como Juan Pablo II desde su elección al papado en octubre de 1978, nació en Wadowice, una pequeña ciudad a 50 kms. de Cracovia, el 18 de mayo de 1920.
Era el más pequeño de los tres hijos de Karol Wojtyla y Emilia Kaczorowska. Su madre falleció en 1929. Su hermano mayor Edmund (médico) murió en 1932 y su padre (suboficial del ejército) en 1941. Su hermana Olga murió antes de que naciera él.
Fue bautizado por el sacerdote Franciszek Zak el 20 de junio de 1920 en la Iglesia parroquial de Wadowice; a los 9 años hizo la Primera Comunión, y a los 18 recibió la Confirmación. Terminados los estudios de enseñanza media en la escuela Marcin Wadowita de Wadowice, se matriculó en 1938 en la Universidad Jagellónica de Cracovia y en una escuela de teatro.
Cuando las fuerzas de ocupación nazi cerraron la Universidad, en 1939, el joven Karol tuvo que trabajar en una cantera y luego en una fábrica química (Solvay), para ganarse la vida y evitar la deportación a Alemania.
A partir de 1942, al sentir la vocación al sacerdocio, siguió las clases de formación del seminario clandestino de Cracovia, dirigido por el Arzobispo de Cracovia, Cardenal Adam Stefan Sapieha. Al mismo tiempo, fue uno de los promotores del ”Teatro Rapsódico”, también clandestino.
Tras la segunda guerra mundial, continuó sus estudios en el seminario mayor de Cracovia, nuevamente abierto, y en la Facultad de Teología de la Universidad Jagellónica, hasta su ordenación sacerdotal en Cracovia el 1 de noviembre de 1946 de manos del Arzobispo Sapieha.
Seguidamente fue enviado a Roma, donde, bajo la dirección del dominico francés Garrigou-Lagrange, se doctoró en 1948 en teología, con una tesis sobre el tema de la fe en las obras de San Juan de la Cruz (Doctrina de fide apud Sanctum Ioannem a Cruce). En aquel período aprovechó sus vacaciones para ejercer el ministerio pastoral entre los emigrantes polacos de Francia, Bélgica y Holanda.
En 1948 volvió a Polonia, y fue vicario en diversas parroquias de Cracovia y capellán de los universitarios hasta 1951, cuando reanudó sus estudios filosóficos y teológicos. En 1953 presentó en la Universidad Católica de Lublin una tesis titulada ”Valoración de la posibilidad de fundar una ética católica sobre la base del sistema ético de Max Scheler”. Después pasó a ser profesor de Teología Moral y Etica Social en el seminario mayor de Cracovia y en la facultad de Teología de Lublin.
El 4 de julio de 1958 fue nombrado por Pío XII Obispo titular de Olmi y Auxiliar de Cracovia. Recibió la ordenación episcopal el 28 de septiembre de 1958 en la catedral del Wawel (Cracovia), de manos del Arzobispo Eugeniusz Baziak.
El 13 de enero de 1964 fue nombrado Arzobispo de Cracovia por Pablo VI, quien le hizo cardenal el 26 de junio de 1967, con el título de San Cesareo en Palatio, Diaconía elevada pro illa vice a título presbiteral.
Además de participar en el Concilio Vaticano II (1962-1965), con una contribución importante en la elaboración de la constitución Gaudium et spes, el Cardenal Wojty?a tomó parte en las cinco asambleas del Sínodo de los Obispos anteriores a su pontificado.
Los cardenales reunidos en Cónclave le eligieron Papa el 16 de octubre de 1978. Tomó el nombre de Juan Pablo II y el 22 de octubre comenzó solemnemente su ministerio petrino como 263 sucesor del Apóstol Pedro. Su pontificado ha sido uno de los más largos de la historia de la Iglesia y ha durado casi 27 años
Juan Pablo II ejerció su ministerio petrino con incansable espíritu misionero, dedicando todas sus energías, movido por la ”sollicitudo omnium Ecclesiarum” y por la caridad abierta a toda la humanidad. Realizó 104 viajes apostólicos fuera de Italia, y 146 por el interior de este país. Además, como Obispo de Roma, visitó 317 de las 333 parroquias romanas.
Más que todos sus predecesores se encontró con el pueblo de Dios y con los responsables de las naciones: más de 17.600.000 peregrinos participaron en las 1166 Audiencias Generales que se celebran los miércoles. Ese numero no incluye las otras audiencias especiales y las ceremonias religiosas [más de 8 millones de peregrinos durante el Gran Jubileo del año 2000] y los millones de fieles que el Papa encontró durante las visitas pastorales efectuadas en Italia y en el resto del mundo. Hay que recordar también las numerosas personalidades de gobierno con las que se entrevistó durante las 38 visitas oficiales y las 738 audiencias o encuentros con jefes de Estado y 246 audiencias y encuentros con Primeros Ministros.
Su amor a los jóvenes le impulsó a iniciar en 1985 las Jornadas Mundiales de la Juventud. En las 19 ediciones de la JMJ celebradas a lo largo de su pontificado se reunieron millones de jóvenes de todo el mundo. Además, su atención hacia la familia se puso de manifiesto con los encuentros mundiales de las familias, inaugurados por él en 1994.
Juan Pablo II promovió el diálogo con los judíos y con los representantes de las demás religiones, convocándolos en varias ocasiones a encuentros de oración por la paz, especialmente en Asís.
Bajo su guía, la Iglesia se acercó al tercer milenio y celebró el Gran Jubileo del año 2000, según las líneas indicadas por él en la carta apostólica Tertio millennio adveniente; y se asomó después a la nueva época, recibiendo sus indicaciones en la carta apostólica Novo millennio ineunte, en la que mostraba a los fieles el camino del tiempo futuro.
Con el Año de la Redención, el Año Mariano y el Año de la Eucaristía, promovió la renovación espiritual de la Iglesia.
Realizó numerosas canonizaciones y beatificaciones para mostrar innumerables ejemplos de santidad de hoy, que sirvieran de estímulo a los hombres de nuestro tiempo: celebró 147 ceremonias de beatificación -en las que proclamó 1338 beatos- y 51 canonizaciones, con un total de 482 santos. Proclamó a santa Teresa del Niño Jesús Doctora de la Iglesia.
Amplió notablemente el Colegio cardenalicio, creando 231 cardenales (más uno ”in pectore”, cuyo nombre no se hizo público antes de su muerte) en 9 consistorios. Además, convocó 6 reuniones plenarias del colegio cardenalicio.
Presidió 15 Asambleas del Sínodo de los obispos: 6 generales ordinarias (1980, 1983, 1987, 1990, 1994 y 2001), 1 general extraordinaria (1985) y 8 especiales (1980, 1991, 1994, 1995, 1997, 1998 (2) y 1999).
Entre sus documentos principales se incluyen: 14 Encíclicas, 15 Exhortaciones apostólicas,11 Constituciones apostólicas y 45 Cartas apostólicas.
Promulgó el Catecismo de la Iglesia Católica, a la luz de la Revelación, autorizadamente interpretada por el Concilio Vaticano II. Reformó el Código de Derecho Canónico y el Código de Cánones de las Iglesias Orientales; y reorganizó la Curia Romana.
Publicó también cinco libros como doctor privado: ”Cruzando el umbral de la esperanza” (octubre de 1994);”Don y misterio: en el quincuagésimo aniversario de mi ordenación sacerdotal” (noviembre de 1996); ”Tríptico romano – Meditaciones”, libro de poesías (marzo de 2003); ?¡Levantaos! ¡Vamos!? (mayo de 2004) y ?Memoria e identidad? (febrero de 2005).
Juan Pablo II falleció el 2 de abril de 2005, a las 21.37, mientras concluía el sábado, y ya habíamos entrado en la octava de Pascua y domingo de la Misericordia Divina.
Desde aquella noche hasta el 8 de abril, día en que se celebraron las exequias del difunto pontífice, más de tres millones de peregrinos rindieron homenaje a Juan Pablo II, haciendo incluso 24 horas de cola para poder acceder a la basílica de San Pedro.
El 28 de abril, el Santo Padre Benedicto XVI dispensó del tiempo de cinco años de espera tras la muerte para iniciar la causa de beatificación y canonización de Juan Pablo II. La causa la abrió oficialmente el cardenal Camillo Ruini, vicario general para la diócesis de Roma, el 28 de junio de 2005.
Fue beatificado por Benedicto XVI el 1 de mayo de 2011, que en su homilía lo recordó así:
”Hoy resplandece ante nuestros ojos, bajo la plena luz espiritual de Cristo resucitado, la figura amada y venerada de Juan Pablo II. Hoy, su nombre se añade a la multitud de santos y beatos que él proclamó durante sus casi 27 años de pontificado, recordando con fuerza la vocación universal a la medida alta de la vida cristiana, a la santidad, como afirma la Constitución conciliar sobre la Iglesia Lumen gentium”.
”El nuevo Beato escribió en su testamento: ”Cuando, en el día 16 de octubre de 1978, el cónclave de los cardenales escogió a Juan Pablo II, el primado de Polonia, cardenal Stefan Wyszy½ski, me dijo: ”La tarea del nuevo Papa consistirá en introducir a la Iglesia en el tercer milenio”. Y añadía: ”Deseo expresar una vez más gratitud al Espíritu Santo por el gran don del Concilio Vaticano II, con respecto al cual, junto con la Iglesia entera, y en especial con todo el Episcopado, me siento en deuda. Estoy convencido de que durante mucho tiempo aún las nuevas generaciones podrán recurrir a las riquezas que este Concilio del siglo XX nos ha regalado. Como obispo que participó en el acontecimiento conciliar desde el primer día hasta el último, deseo confiar este gran patrimonio a todos los que están y estarán llamados a aplicarlo. Por mi parte, doy las gracias al eterno Pastor, que me ha permitido estar al servicio de esta grandísima causa a lo largo de todos los años de mi pontificado”. ¿Y cuál es esta ”causa”? Es la misma que Juan Pablo II anunció en su primera Misa solemne en la Plaza de San Pedro, con las memorables palabras: ”(No temáis! ¡Abrid, más todavía, abrid de par en par las puertas a Cristo!”. Aquello que el Papa recién elegido pedía a todos, él mismo lo llevó a cabo en primera persona: abrió a Cristo la sociedad, la cultura, los sistemas políticos y económicos, invirtiendo con la fuerza de un gigante, fuerza que le venía de Dios, una tendencia que podía parecer irreversible. Con su testimonio de fe, de amor y de valor apostólico, acompañado de una gran humanidad, este hijo ejemplar de la Nación polaca ayudó a los cristianos de todo el mundo a no tener miedo de llamarse cristianos, de pertenecer a la Iglesia, de hablar del Evangelio. En una palabra: ayudó a no tener miedo de la verdad, porque la verdad es garantía de libertad. Más en síntesis todavía: nos devolvió la fuerza de creer en Cristo, porque Cristo es Redemptor hominis, Redentor del hombre: el tema de su primera Encíclica e hilo conductor de todas las demás”.
”Karol Wojtyla subió al solio de Pedro llevando consigo la profunda reflexión sobre la confrontación entre el marxismo y el cristianismo, centrada en el hombre. Su mensaje fue éste: el hombre es el camino de la Iglesia, y Cristo es el camino del hombre. Con este mensaje, que es la gran herencia del Concilio Vaticano II y de su ”timonel”, el Siervo de Dios el Papa Pablo VI, Juan Pablo II condujo al Pueblo de Dios a atravesar el umbral del Tercer Milenio, que gracias precisamente a Cristo él pudo llamar ”umbral de la esperanza”. Sí, él, a través del largo camino de preparación para el Gran Jubileo, dio al cristianismo una renovada orientación hacia el futuro, el futuro de Dios, trascendente respecto a la historia, pero que incide también en la historia. Aquella carga de esperanza que en cierta manera se le dio al marxismo y a la ideología del progreso, él la reivindicó legítimamente para el cristianismo, restituyéndole la fisonomía auténtica de la esperanza, de vivir en la historia con un espíritu de ”adviento”, con una existencia personal y comunitaria orientada a Cristo, plenitud del hombre y cumplimiento de su anhelo de justicia y de paz”.
Juan Pablo II fue canonizado, junto con Juan XXIII, por el Papa Francisco en una ceremonia histórica a la que asistió el Papa emérito, Benedicto XVI, el 27 de abril de 2014.
Vatican Information Service. ©Evangelizo.org 2001-2016. http://evangeliodeldia.org/