San Pedro y San Pablo. Tan diferentes en su origen, en su camino, en su manera de ver las cosas... y los dos son pilares de la Iglesia

Lectura del libro de los Hechos de los apóstoles (12,1-11):


En aquellos días, el rey Herodes se puso a perseguir a algunos miembros de la Iglesia. Hizo pasar a cuchillo a Santiago, hermano de Juan. Al ver que esto agradaba a los judíos, decidió detener a Pedro. Era la semana de Pascua. Mandó prenderlo y meterlo en la cárcel, encargando su custodia a cuatro piquetes de cuatro soldados cada uno; tenía intención de presentarlo al pueblo pasadas las fiestas de Pascua. Mientras Pedro estaba en la cárcel bien custodiado, la Iglesia oraba insistentemente a Dios por él.
La noche antes de que lo sacara Herodes, estaba Pedro durmiendo entre dos soldados, atado con cadenas. Los centinelas hacían guardia a la puerta de la cárcel. De repente, se presentó el ángel del Señor y se iluminó la celda.
Tocó a Pedro en el hombro, lo despertó y le dijo: «Date prisa, levántate.»
Las cadenas se le cayeron de las manos y el ángel añadió: «Ponte el cinturón y las sandalias.»
Obedeció y el ángel le dijo: «Échate el manto y sígueme.»
Pedro salió detrás, creyendo que lo que hacía el ángel era una visión y no realidad. Atravesaron la primera y la segunda guardia, llegaron al portón de hierro que daba a la calle, y se abrió solo. Salieron, y al final de la calle se marchó el ángel.
Pedro recapacitó y dijo: «Pues era verdad: el Señor ha enviado a su ángel para librarme de las manos de Herodes y de la expectación de los judíos.»

Palabra de Dios

Salmo

Sal 33,2-3.4-5.6-7.8-9

R/.
 El Señor me libró de todas mis ansias

Bendigo al Señor en todo momento,
su alabanza está siempre en mi boca;
mi alma se gloría en el Señor:
que los humildes lo escuchen y se alegren. R/.

Proclamad conmigo la grandeza del Señor,
ensalcemos juntos su nombre.
Yo consulté al Señor, y me respondió,
me libró de todas mis ansias. R/.

Contempladlo, y quedaréis radiantes,
vuestro rostro no se avergonzará.
Si el afligido invoca al Señor,
él lo escucha y lo salva de sus angustias. R/.

El ángel del Señor acampa
en torno a sus fieles y los protege.
Gustad y ved qué bueno es el Señor,
dichoso el que se acoge a él. R/.

Segunda lectura

Lectura de la segunda carta del apóstol san Pablo a Timoteo (4,6-8.17-18):

Yo estoy a punto de ser sacrificado y el momento de mi partida es inminente. He combatido bien mi combate, he corrido hasta la meta, he mantenido la fe. Ahora me aguarda la corona merecida, con la que el Señor, juez justo, me premiará en aquel día; y no sólo a mí, sino a todos los que tienen amor a su venida. El Señor me ayudó y me dio fuerzas para anunciar íntegro el mensaje, de modo que lo oyeran todos los gentiles. Él me libró de la boca del león. El Señor seguirá librándome de todo mal, me salvará y me llevará a su reino del cielo. A él la gloria por los siglos de los siglos. Amén.

Palabra de Dios

Evangelio

Lectura del santo evangelio según san Mateo (16,13-19):

En aquel tiempo, al llegar a la región de Cesarea de Filipo, Jesús preguntó a sus discípulos: «¿Quién dice la gente que es el Hijo del hombre?» 
Ellos contestaron: «Unos que Juan Bautista, otros que Elías, otros que Jeremías o uno de los profetas.»
Él les preguntó: «Y vosotros, ¿quién decís que soy yo?» 
Simón Pedro tomó la palabra y dijo: «Tú eres el Mesías, el Hijo de Dios vivo.» 
Jesús le respondió: «¡Dichoso tú, Simón, hijo de Jonás! porque eso no te lo ha revelado nadie de carne y hueso, sino mi Padre que está en el cielo. Ahora te digo yo: tú eres Pedro, y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia, y el poder del infierno no la derrotará. Te daré las llaves del reino de los cielos; lo que ates en la tierra quedará atado en el cielo, y lo que desates en la tierra quedará desatado en el cielo.»
Jueves, 29 de junio de 2017
Gracias a Ciudad Redonda (texto) y ACI Prensa (imagen)

Feliz verano: dondequiera que vayas busca siempre la belleza y la inmensa bondad de Dios...


Madre Teresa de Calcuta.

Frases y curiosidades de Santos y de la Iglesia #42
Recopilación de frases, curiosidades, lemas, dichos y pequeñas inspiraciones espirituales.
Parroquia del Corazón de María de Oviedo.

Ser de buen corazón no es suficiente. Artículo de Ron Rolheiser OMI.

La caridad consiste en ser de buen corazón, pero la justicia consiste en algo más... 
La capacidad individual de compartir los sentimientos de otros es buena y virtuosa, pero no cambia necesariamente las estructuras sociales, económicas y políticas, que inmolan injustamente a ciertas personas y privilegian indebidamente a otras. Necesitamos ser justos y buenos de corazón, pero necesitamos también tener una política justa y buena.
Jim Wallis, hablando más específicamente sobre el racismo, lo dice así: Cuando protestamos de que no estamos implicados en sistemas injustos diciendo cosas como “tengo amigos negros”, necesitamos desafiarnos a nosotros mismos: No es solamente lo que hay en nuestros corazones lo que está en disputa; es también lo que está en el corazón de la política pública. Podemos tener amigos negros; pero, si nuestras políticas son racistas, no hay aún justicia en la tierra. La sola buena voluntad individual no siempre contribuye a que un sistema les resulte justo a todos.
Y eso está precisamente en este punto donde vemos la crucial distinción entre caridad y justicia, entre ser de buen corazón como individuos e intentar asegurar, como comunidad, que nuestros mismos sistemas sociales, económicos y políticos no sean la causa de las mismas cosas a las que tratamos de responder en caridad. ¿Qué es lo que causa la pobreza, el racismo, la disparidad económica, la falta de acceso justo a la educación y al cuidado de la salud, y la irresponsabilidad con la que frecuentemente tratamos la naturaleza? Las actitudes individuales, cierto. Pero la injusticia es también el resultado de las políticas sociales, económicas y políticas que, cualesquiera que sean sus otros méritos, ayudan a producir las condiciones que causan abundante pobreza, desigualdad, racismo, privilegio y falta de serio compromiso por el aire que respiramos.
A la mayoría de nosotros -sospecho yo- le es familiar una historia que es usada frecuentemente para distinguir entre caridad y justicia. Ocurre de esta manera: Había una ciudad edificada a lo largo de un río, pero situada alrededor de un recodo, de modo que la gente del pueblo podía ver sólo esa parte del río que bordeaba su ciudad. Un día, unos pocos niños estaban jugando junto al río cuando vieron cinco cuerpos flotando sobre el agua. Fueron rápidamente a ayudar, y la gente de la ciudad a la que alertaron hizo lo que cualquier persona responsable haría en esa situación. Se ocuparon de los cuerpos. Sacándolos del río, encontraron que dos estaban muertos, y los enterraron. Tres estaban aún vivos. Uno era un niño, al que rápidamente encontraron un hogar adoptivo; otro era una mujer seriamente enferma, a la que ingresaron en un hospital; el último era un joven, y le encontraron un empleo y un lugar donde vivir.
Pero la historia no acabó ahí. Al siguiente día, aparecieron más cuerpos y, de nuevo, la gente del pueblo respondió como anteriormente. Se ocuparon de los cuerpos. Enterraron a los muertos, colocaron a los enfermos en los hospitales, encontraron hogares adoptivos para los niños, y empleos y lugares donde vivir para los adultos. Y así continuó eso durante años, de modo que ocuparse de los cuerpos que encontraban cada día llegó a ser el rasgo normal de sus vidas y se convirtió en parte de la vida de sus iglesias y su comunidad. Unos pocos motivaron altruistamente a la gente, incluso lo hicieron el trabajo de su vida para cuidar de esos cuerpos.
Pero… -y este es el punto- nadie fue nunca al río para ver de dónde y por qué razones continuaban apareciendo cada día esos cuerpos en el río. Simplemente, continuaron de buen corazón y generosos en su respuesta a los cuerpos que encontraban su camino a su ciudad.
La lección es suficientemente clara: Una cosa (necesaria, buena y cristiana) es ocuparse de los indigentes cuerpos que encontramos a la puerta de nuestra casa, y otra cosa (también necesaria, buena y cristiana) es ir contra corriente para intentar cambiar las cosas que están causando que esos cuerpos estén en el río. Esa es la diferencia entre la caridad de buen corazón y actuar en favor de la justicia social.
Pero tristemente, buenos cristianos como somos asistiendo a la iglesia, hemos sido demasiado lentos en acoger esto, y consecuentemente no hemos recogido las demandas de Jesús y la fe para sobrellevar tan fuertemente la cuestión de la justicia social como hemos estado para traerlas con el fin de mantener la caridad. Demasiados hombres y mujeres, buenos, de buen corazón, asistentes a la iglesia, caritativos, simplemente no ven las demandas de justicia hasta estar algo más allá de las demandas de la caridad privada y bondad de corazón. Y así, con frecuencia somos de suficiente buen corazón y entregamos, literalmente, a una persona necesitada la camisa que nos quitamos de nuestra espalda, aun cuando rehusamos mirar por qué nuestros armarios están repletos mientras otros no tienen una camisa.
Pero esto no debería ser malentendido. La demanda del evangelio de que actuemos en favor de la justicia de ningún modo desmerece la virtud de la caridad. La caridad es aún la suma virtud y, a veces, la única influencia positiva que podemos hacer en nuestro mundo es precisamente el amor, uno a uno, y el respeto que nos damos unos a otros. Nuestra propia bondad individual es a veces la única candela que tenemos para encender.

Pero esa bondad y luz deben alumbrar públicamente también, a saber, en la manera como votamos y qué políticas públicas promovemos o combatimos.
Ron Rolheiser (Trad. Benjamin Elcano, cmf) - Lunes, 26 de junio de 2017
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26 de junio: San Pelayo. Martir

San Pelayo para niños, de las benedictinas de Rengo (Chile), monasterio fundado por el de San Pelayo de Oviedo, lugar donde se guardan las reliquias del santo.
San Pelayo, mártir y titular del Monasterio de Oviedo ______________________________
Nacido en Albeos (Crecente, Pontevedra), en el año 911 o 912, Pelayo era sobrino del Obispo de Tui, Hermoigio – quien también es contado como santo -. Cuentan los hagiógrafos que en la escuela de la catedral aprendió gramática y se inició en la Liturgia, actuando como monaguillo.

España sentía sobre sí el peso de la dominación musulmana. El que se proclamaría, en 929, primer califa de Córdoba, Abderramán III, unificador del al-Andalus, venció en el 920 a los leoneses y navarros en la batalla de Valdejunquera.

Un éxito militar que repercutió directamente en la vida del joven Pelayo. Su tío, el obispo, fue apresado y llevado a Córdoba. Pelayo era su rescate. En un principio, se trataba de un rescate provisional: el niño, como rehén, ocuparía la plaza del anciano, mientras éste conseguiría el oro necesario para, a su vez, liberarlo. Pero esta liberación no tuvo lugar, ya que el obispo, enfermo, murió antes de lograr su propósito.

En Córdoba, a Pelayo le tocó compartir, desde 921, el destino de otros cautivos: la prisión y los trabajos en aquella ciudad enorme. Dicen que en la prisión fue tratado con relativa benevolencia, e incluso aprovechó el tiempo dejándose instruir por clérigos reclusos.

Debía gozar de cierta reputación, por su inteligencia y hasta por su prestancia física. El caso es que fue llevado ante Abderramán III, quien se sintió atraído por el muchacho. Todo el poder de un califa frente a la debilidad de un adolescente. La pretensión del soberano era doble: Comprar el alma y el cuerpo de Pelayo, pero éste, libre pese a la cautividad, no quiso venderse, ni en un sentido ni en otro.

Se negó a renunciar a la fe cristiana para convertirse al Islam. Ponen en su boca palabras como éstas: “Soy cristiano y lo seré. Tus riquezas no valen nada. No voy a renegar de Cristo que es mi Señor y el tuyo, aunque tú no lo quieras”. Igualmente rechazó convertirse en un mancebo del emir, a quien no permitió que le tocase.

Abderramán no se anduvo con contemplaciones y Pelayo pagó su fidelidad a Cristo con la muerte, el 26 de junio de 925. Dicen algunos que una catapulta de guerra lo lanzó desde un patio del alcázar hasta la otra orilla del Guadalquivir; casi muerto, fue degollado por un guardia.

Pero, en algún retablo, como en el mismo “Martirologio”, se alude a otro modo de martirio: siendo desgarrada su carne con tenazas.

El cuerpo del joven santo fue trasladado a León y, más tarde, a Oviedo, donde es venerado en un monasterio de benedictinas. San Pelayo es el patrono del Seminario Menor de Tui.

El “Martirologio” nos proporciona este pequeño resumen: “En Córdoba, en la región hispánica de Andalucía, san Pelayo, mártir, que a los trece años, por querer conservar su fe en Cristo y su castidad ante las costumbres deshonestas de Abd al-Rahmán III, califa de los musulmanes, consumó su martirio glorioso al ser despedazado con tenazas (925)”.

Texto de Guillermo Juan Morado.

26 de junio: San Josemaría Escrivá de Balaguer, presbítero y fundador

Josemaría Escrivá de Balaguer nace en Barbastro (España), el 9 de enero de 1902, segundo de los seis hijos que tuvieron José Escrivá y María Dolores Albás. Sus padres, fervientes católicos, le llevaron a la pila bautismal el día 13 del mismo mes y año, y le transmitieron -en primer lugar, con su vida ejemplar- los fundamentos de la fe y las virtudes cristianas: el amor a la Confesión y a la Comunión frecuentes, el recurso confiado a la oración, la devoción a la Virgen Santísima, la ayuda a los más necesitados.
El San Josemaría crece como un niño alegre, despierto y sencillo, travieso, buen estudiante, inteligente y observador. Tenía mucho cariño a su madre y una gran confianza y amistad con su padre, quien le invitaba a que con libertad le abriese el corazón y le contase sus preocupaciones, estando siempre disponible para responder a sus consultas con afecto y prudencia. Muy pronto, el Señor comienza a templar su alma en la forja del dolor: entre 1910 y 1913 mueren sus tres hermanas más pequeñas, y en 1914 la familia experimenta, además, la ruina económica. En 1915, los Escrivá se trasladan a Logroño, donde el padre ha encontrado un empleo que le permitirá sostener modestamente a los suyos.
En el invierno de 1917-18 tiene lugar un hecho que influirá decisivamente en el futuro de Josemaría Escrivá: durante las Navidades, cae una intensa nevada sobre la ciudad, y un día ve en el suelo las huellas heladas de unos pies sobre la nieve; son las pisadas de un religioso carmelita que caminaba descalzo. Entonces, se pregunta: -Si otros hacen tantos sacrificios por Dios y por el prójimo, ¿no voy a ser yo capaz de ofrecerle algo? De este modo, surge en su alma una inquietud divina: Comencé a barruntar el Amor, a darme cuenta de que el corazón me pedía algo grande y que fuese amor. Sin saber aún con precisión qué le pide el Señor, decide hacerse sacerdote, porque piensa que de ese modo estará más disponible para cumplir la voluntad divina.
Terminado el Bachillerato, comienza los estudios eclesiásticos en el Seminario de Logroño y, en 1920, se incorpora al de Zaragoza, en cuya Universidad Pontificia completará su formación previa al sacerdocio. En la capital aragonesa cursa también -por sugerencia de su padre y con permiso de los superiores eclesiásticos- la carrera universitaria de Derecho. Su carácter generoso y alegre, su sencillez y serenidad hacen que sea muy querido entre sus compañeros. Su esmero en la vida de piedad, en la disciplina y en el estudio sirve de ejemplo a todos los seminaristas, y en 1922, cuando sólo tenía veinte años, el Arzobispo de Zaragoza le nombra Inspector del Seminario.
Durante aquel periodo transcurre muchas horas rezando ante el Señor Sacramentado -enraizando hondamente su vida interior en la Eucaristía- y acude diariamente a la Basílica del Pilar, para pedir a la Virgen que Dios le muestre qué quiere de él: Desde que sentí aquellos barruntos de amor de Dios -afirmaba el 2 de octubre de 1968-, dentro de mi poquedad busqué realizar lo que El esperaba de este pobre instrumento. (...) Y, entre aquellas ansias, rezaba, rezaba, rezaba en oración continua. No cesaba de repetir: Domine, ut sit!, Domine, ut videam!, como el pobrecito del Evangelio, que clama porque Dios lo puede todo. ¡Señor, que vea! ¡Señor, que sea! Y también repetía, (...) lleno de confianza hacia mi Madre del Cielo: Domina, ut sit!, Domina, ut videam! La Santísima Virgen siempre me ha ayudado a descubrir los deseos de su Hijo.
El 27 de noviembre de 1924 fallece don José Escrivá, víctima de un síncope repentino. El 28 de marzo de 1925, Josemaría es ordenado sacerdote por Mons. Miguel de los Santos Díaz Gómara, en la iglesia del Seminario de San Carlos de Zaragoza, y dos días después celebra su primera Misa solemne en la Santa Capilla de la Basílica del Pilar; el 31 de ese mismo mes, se traslada a Perdiguera, un pequeño pueblo de campesinos, donde ha sido nombrado regente auxiliar en la parroquia.
El 2 de octubre de 1928 nace el Opus Dei. San Josemaría está realizando unos días de retiro espiritual, y mientras medita los apuntes de las mociones interiores recibidas de Dios en los últimos años, de repente ve -es el término con que describirá siempre la experiencia fundacional- la misión que el Señor quiere confiarle: abrir en la Iglesia un nuevo camino vocacional, dirigido a difundir la búsqueda de la santidad y la realización del apostolado mediante la santificación del trabajo ordinario en medio del mundo sin cambiar de estado. Pocos meses después, el 14 de febrero de 1930, el Señor le hace entender que el Opus Dei debe extenderse también entre las mujeres.
Desde este momento, San Josemaría se entrega en cuerpo y alma al cumplimiento de su misión fundacional: promover entre hombres y mujeres de todos los ámbitos de la sociedad un compromiso personal de seguimiento de Cristo, de amor al prójimo, de búsqueda de la santidad en la vida cotidiana. No se considera un innovador ni un reformador, pues está convencido de que Jesucristo es la eterna novedad y de que el Espíritu Santo rejuvenece continuamente la Iglesia, a cuyo servicio ha suscitado Dios el Opus Dei. Sabedor de que la tarea que le ha sido encomendada es de carácter sobrenatural, hunde los cimientos de su labor en la oración, en la penitencia, en la conciencia gozosa de la filiación divina, en el trabajo infatigable. Comienzan a seguirle personas de todas las condiciones sociales y, en particular, grupos de universitarios, en quienes despierta un afán sincero de servir a sus hermanos los hombres, encendiéndolos en el deseo de poner a Cristo en la entraña de todas las actividades humanas mediante un trabajo santificado, santificante y santificador. Éste es el fin que asignará a las iniciativas de los fieles del Opus Dei: elevar hacia Dios, con la ayuda de la gracia, cada una de las realidades creadas, para que Cristo reine en todos y en todo; conocer a Jesucristo; hacerlo conocer; llevarlo a todos los sitios. Se comprende así que pudiera exclamar: Se han abierto los caminos divinos de la tierra.
El Opus Dei está dando sus primeros pasos cuando, en 1936, estalla la guerra civil española. En Madrid arrecia la violencia antirreligiosa, pero don Josemaría, a pesar de los riesgos, se prodiga heroicamente en la oración, en la penitencia y en el apostolado. Es una época de sufrimiento para la Iglesia; pero también son años de crecimiento espiritual y apostólico y de fortalecimiento de la esperanza. En 1939, terminado el conflicto, el Fundador del Opus Dei puede dar nuevo impulso a su labor apostólica por toda la geografía peninsular, y moviliza especialmente a muchos jóvenes universitarios para que lleven a Cristo a todos los ambientes y descubran la grandeza de su vocación cristiana. Al mismo tiempo se extiende su fama de santidad: muchos Obispos le invitan a predicar cursos de retiro al clero y a los laicos de las organizaciones católicas. Análogas peticiones le llegan de los superiores de diversas órdenes religiosas, y él accede siempre.
En 1943, por una nueva gracia fundacional que recibe durante la celebración de la Misa, nace -dentro del Opus Dei- la Sociedad Sacerdotal de la Santa Cruz, en la que se podrán incardinar los sacerdotes que proceden de los fieles laicos del Opus Dei. La plena pertenencia de fieles laicos y de sacerdotes al Opus Dei, así como la orgánica cooperación de unos y otros en sus apostolados, es un rasgo propio del carisma fundacional, que la Iglesia ha confirmado en 1982, al determinar su definitiva configuración jurídica como Prelatura personal. El 25 de junio de 1944 tres ingenieros -entre ellos Álvaro del Portillo, futuro sucesor del Fundador en la dirección del Opus Dei- reciben la ordenación sacerdotal. En lo sucesivo, serán casi un millar los laicos del Opus Dei que San Josemaría llevará al sacerdocio.
Apenas vislumbró el fin de la guerra mundial, San Josemaría comienza a preparar el trabajo apostólico en otros países, porque -insistía- quiere Jesús su Obra desde el primer momento con entraña universal, católica. En 1946 se traslada a Roma, con el fin de preparar el reconocimiento pontificio del Opus Dei. El 24 de febrero de 1947, Pío XII concede el decretum laudis; y el 16 de junio de 1950, la aprobación definitiva. A partir de esta fecha, también pueden ser admitidos como Cooperadores del Opus Dei hombres y mujeres no católicos y aun no cristianos, que ayuden con su trabajo, su limosna y su oración a las labores apostólicas.
Estaba profundamente convencido de que para alcanzar la santidad en el trabajo cotidiano, es preciso esforzarse para ser alma de oración, alma de profunda vida interior. Cuando se vive de este modo, todo es oración, todo puede y debe llevarnos a Dios, alimentando ese trato continuo con Él, de la mañana a la noche. Todo trabajo puede ser oración, y todo trabajo, que es oración, es apostolado.
La raíz de la prodigiosa fecundidad de su ministerio se encuentra precisamente en la ardiente vida interior que hace dSan Josemaría un contemplativo en medio del mundo: una vida interior alimentada por la oración y los sacramentos, que se manifiesta en el amor apasionado a la Eucaristía, en la profundidad con que vive la Misa como el centro y la raíz de su propia vida, en la tierna devoción a la Virgen María, a San José y a los Ángeles Custodios; en la fidelidad a la Iglesia y al Papa.
El 26 de junio de 1975, a mediodía, San Josemaría muere en su habitación de trabajo, a consecuencia de un paro cardiaco, a los pies de un cuadro de la Santísima Virgen a la que dirige su última mirada. Las obras de espiritualidad de Mons. Escrivá de Balaguer (Camino, Santo Rosario, Conversaciones con Monseñor Escrivá de Balaguer, Es Cristo que pasa, Amigos de Dios, La Iglesia, nuestra Madre, Via Crucis, Surco, Forja) se han difundido en millones de ejemplares.

Fuente: Vaticano. Oremos: Señor Dios todopoderoso, que de entre tus fieles elegiste a San Josemaría Escrivá Balaguer, para que manifestara a sus hermanos el camino que conduce a ti, concédenos que su ejemplo nos ayude a seguir a Jesucristo, nuestro maestro, para que logremos así alcanzar un día, juntos con nuestros hermanos, la gloria de tu reino eterno. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo.

“No tengáis miedo”


Domingo 12º del Tiempo Ordinario


Solemindad de la Natividad de san Juan Bautista

Hoy, sábado, 24 de junio de 2017

Primera lectura

Lectura del libro de Isaías (49,1-6):

Escuchadme, islas; atended, pueblos lejanos: Estaba yo en el vientre, y el Señor me llamó; en las entrañas maternas, y pronunció mi nombre. Hizo de mi boca una espada afilada, me escondió en la sombra de su mano; me hizo flecha bruñida, me guardó en su aljaba y me dijo: «Tú eres mi siervo, de quien estoy orgulloso.» Mientras yo pensaba: «En vano me he cansado, en viento y en nada he gastado mis fuerzas», en realidad mi derecho lo llevaba el Señor, mi salario lo tenía mi Dios. Y ahora habla el Señor, que desde el vientre me formó siervo suyo, para que le trajese a Jacob, para que le reuniese a Israel –tanto me honró el Señor, y mi Dios fue mi fuerza–: «Es poco que seas mi siervo y restablezcas las tribus de Jacob y conviertas a los supervivientes de Israel; te hago luz de las naciones, para que mi salvación alcance hasta el confín de la tierra.»

Palabra de Dios

Salmo

Sal 138,1-3.13-14.15

R/.
 Te doy gracias, porque me has escogido portentosamente

Señor, tú me sondeas y me conoces;
me conoces cuando me siento o me levanto,
de lejos penetras mis pensamientos;
distingues mi camino y mi descanso,
todas mis sendas te son familiares. R/.

Tú has creado mis entrañas,
me has tejido en el seno materno.
Te doy gracias, porque me has escogido portentosamente,
porque son admirables tus obras;
conocías hasta el fondo de mi alma. R/.

No desconocías mis huesos,
cuando, en lo oculto, me iba formando,
y entretejiendo en lo profundo de la tierra. R/.

Segunda lectura

Lectura del libro de los Hechos de los apóstoles (13,22-26):

En aquellos días, dijo Pablo: «Dios nombró rey a David, de quien hizo esta alabanza: “Encontré a David, hijo de Jesé, hombre conforme a mi corazón, que cumplirá todos mis preceptos.” Según lo prometido, Dios sacó de su descendencia un salvador para Israel: Jesús. Antes de que llegara, Juan predicó a todo Israel un bautismo de conversión; y, cuando estaba para acabar su vida, decía: “Yo no soy quien pensáis; viene uno detrás de mí a quien no merezco desatarle las sandalias.” Hermanos, descendientes de Abrahán y todos los que teméis a Dios: A vosotros se os ha enviado este mensaje de salvación.»

Palabra de Dios

Evangelio de hoy

Lectura del santo evangelio según san Lucas (1,57-66.80):

A Isabel se le cumplió el tiempo del parto y dio a luz un hijo. Se enteraron sus vecinos y parientes de que el Señor le había hecho una gran misericordia, y la felicitaban. A los ocho días fueron a circuncidar al niño, y lo llamaban Zacarías, como a su padre.
La madre intervino diciendo: «¡No! Se va a llamar Juan.»
Le replicaron: «Ninguno de tus parientes se llama así.»
Entonces preguntaban por señas al padre cómo quería que se llamase. Él pidió una tablilla y escribió: «Juan es su nombre.» Todos se quedaron extrañados. Inmediatamente se le soltó la boca y la lengua, y empezó a hablar bendiciendo a Dios.
Los vecinos quedaron sobrecogidos, y corrió la noticia por toda la montaña de Judea. Y todos los que lo oían reflexionaban diciendo: «¿Qué va a ser este niño?» Porque la mano del Señor estaba con él. El niño iba creciendo, y su carácter se afianzaba; vivió en el desierto hasta que se presentó a Israel.

Palabra del Señor

Jira al Sagrado Corazón de Jesús en el monte Naranco de Oviedo.


El próximo domingo 25 de junio se celebrará la tradicional jira al Sagrado Corazón de Jesús en el monte Naranco de Oviedo. A las 12 horas tendrá lugar la celebración de la Eucaristía y que este año estará presidida por el Director Diocesano del Apostolado de la Oración,(Red Mundial de Oración del Papa), P. José Manuel Peco SJ.
Este año se cumple el XXXVI Aniversario de la inauguración del monumento y de la primera jira. Se invita a todos los ovetenses y asturianos a participar en este acto en honor del Sagrado Corazón de Jesús, de gran tradición en la ciudad. Salen autobuses desde la plaza de América de Oviedo (lado de la Iglesia del Corazón de María) a las 10,30 h. y a las 11,10 h. El regreso a partir de las 13,30 h.
Gracias a http://redignacianadeasturias.blogspot.com.es/

Solemnidad del Sagrado Corazón de Jesús


Solemnidad del Sagrado Corazón de Jesús


CORAZON DE JESUS (Roberto Carlos)

El corazón de un niño...

Mañana por la mañana abriré tu corazón, le explicaba el cirujano a un niño. Y el niño interrumpió:
-¿Usted encontrará a Jesús allí?
El cirujano se quedó mirándolo, y continuó:
-Cortaré una pared de tu corazón para ver el daño completo.
-Pero cuando abra mi corazón, ¿encontrará a Jesús ahí?, volvió a interrumpir el niño.
El cirujano se volvió hacia los padres, quienes estaban sentados tranquilamente.
-Cuando haya visto todo el daño allí, planearemos lo que sigue, ya con tu corazón abierto.
-Pero, ¿usted encontrará a Jesús en mi corazón? La Biblia bien claro dice que Él vive allí. Las alabanzas todas dicen que Él vive allí... ¡Entonces usted lo encontrará en mi corazón!
El cirujano pensó que era suficiente y le explicó:
-Te diré qué encontraré en tu corazón. Encontraré músculo dañado, baja respuesta de glóbulos rojos y debilidad en las paredes y vasos. Y aparte, me daré cuenta si te podamos ayudar o no.
- ¿Pero encontrará a Jesús allí también? Es su hogar, Él vive allí, siempre está conmigo.
El cirujano no toleró más los insistentes comentarios y se fue. Enseguida se sentó en su oficina y procedió a grabar sus estudios previos a la cirugía: - aorta dañada, vena pulmonar deteriorada, degeneración muscular cardíaca masiva. Sin posibilidades de trasplante, difícilmente curable.
- Terapia: analgésicos y reposo absoluto. - Pronóstico: tomó una pausa y en tono triste dijo: - muerte dentro del primer año. Entonces detuvo la grabadora.
-Pero, tengo algo más que decir: - ¿Por qué? pregunto en voz alta -¿Por qué hiciste esto a él? Tú lo pusiste aquí, tú lo pusiste en este dolor y lo has sentenciado a una muerte temprana. ¿Por qué?
De pronto, Dios, nuestro Señor le contestó:
-El niño, mi oveja, ya no pertenecerá a tu rebaño porque él es parte del mío y conmigo estará toda la eternidad. Aquí en el cielo, en mi rebaño sagrado, ya no tendrá ningún dolor, será confortado de una manera inimaginable para ti o para cualquiera. Sus padres un día se unirán con él, conocerán la paz y la armonía juntos, en mi Reino y mi rebaño sagrado continuará creciendo.
El cirujano empezó a llorar terriblemente, pero sintió aun más rencor, no entendía las razones.
Y replicó: - Tú creaste a este muchacho, y también su corazón ¿Para qué? ¿Para que muera dentro de unos meses?
El Señor le respondió:
-Porque es tiempo de que regrese a su rebaño, su tarea en la tierra ya la cumplió. Hace unos años envié una oveja mía con dones de doctor para que ayudara a sus hermanos, pero con tanta ciencia se olvidó de su Creador. Así que envié a mi otra oveja, el niño enfermo, no para perderlo sino para que regresara a mí aquella oveja perdida hace tanto tiempo.
El cirujano lloró y lloró inconsolablemente. Días después, luego de practicar la cirugía, el doctor se sentó a un lado de la cama del niño; mientras que sus padres lo hicieron frente al médico.
El niño despertó y murmurando rápidamente preguntó:
-¿Abrió mi corazón?
-Sí - dijo el cirujano-
-¿Qué encontró? - preguntó el niño -
-Tenías razón, encontré allí a Jesús

Canción al Corazón de Jesús (23 de junio de 2017) - Cristóbal Fones sj


Quiero hablar de un amor infinito 
que se vuelve niño, frágil 
amor de hombre humillado 
quiero hablar de un amor apasionado. 
Con dolor carga nuestros pecados 
siendo rey se vuelve esclavo 
fuego de amor poderoso 
salvador, humilde, fiel, silencioso. 
Amor que abre sus brazos de acogida 
quiero hablar del camino hacia la vida 
corazon paciente amor ardiente 
quiero hablar de aquel que 
vence la muerte. 
Quiero hablar de un amor generoso 
que hace y calla amor a todos 
búscandonos todo el tiempo 
esperando la respuesta al encuentro. 
Quiero hablar de un amor diferente 
misterioso inclaudicable 
amor que vence en la cruz 
quiero hablar del corazón de Jesús. 
Quiero hablar hoy de un amor 
quiero hablar hoy del Señor 
corazón paciente, amor ardiente, 
quiero hablar de aquel que 
vence a la muerte.
Cristóbal Fones.

Emergencias internacionales: Cáritas con Venezuela

      
Esta iniciativa es una respuesta urgente a la llamada de Cáritas Venezuela para distribuir ayuda de primera necesidad en diez estados del país.

Hacer una donación como particular en las entidades:

  • Santander  Es23 0049 1892 6927 1329 3362
  • Caixabank Es89 2100 5731 7102 0022 7540


o en las cuentas de las Cáritas diocesanas.


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La Cristiandad y la fatiga de mediodía

Existe una opinión popular que sugiere que puede ser útil comparar cada siglo de existencia de la Cristiandad con un año de vida. Eso le situaría a la Cristiandad con 21 años de edad, una joven de 21 años, lo bastante crecida para mostrar una madurez básica, pero aún lejos de ser un producto acabado. ¿Qué grado de perspicacia tiene esta opinión?
Esa es una pregunta compleja, porque la Cristiandad se expresa en comunidades de culto y en espiritualidades que varían grandemente de una parte a otra del mundo. Por ejemplo, sólo hablando de iglesias, es difícil hablar de la iglesia cristiana de una manera global: En África, en su mayor parte, las iglesias son jóvenes, llenas de vida joven y que estallan en crecimiento, con todas las fuerzas y problemas que vienen con ello. En Europa Oriental, las iglesias aún están emergiendo de los largos años de opresión bajo el comunismo, y ahora están luchando por encontrar un nuevo equilibrio y una nueva energía en una secularidad que siempre se intensifica. Las iglesias de Latino-América nos han dado la teología de la liberación por una razón. Allí las cuestiones de justicia social y aquellos que la vindican en nombre de Jesús y los que reaccionan en contra, han dado otra profunda calidad al modo como son vividas y entendidas la iglesia y la espiritualidad. En Asia, la situación es todavía más compleja. Uno podría hablar de cuatro expresiones eclesiales y correspondientes espiritualidades separadas en Asia: Asia budista, Asia hindú, Asia musulmana y Asia aparentemente post-cristiana. Las iglesias y las espiritualidades se expresan bastante diferentemente en estas diferentes partes de Asia. Finalmente, aún está Europa Occidental y Norteamérica, el llamado “Occidente”. Aquí -así parecería- la Cristiandad no irradia mucha juventud y vitalidad; más bien se muestra, desde casi todos los aspectos externos, avejentada, encanecida y cansada, un proyecto exhausto.
¿En qué grado es fiel esto como descripción de la Cristiandad en Europa Occidental, Norteamérica y otras partes del mundo altamente secularizadas? ¿Estamos nosotros, como las iglesias, viejos, cansados, encanecidos y exhaustos?
Esa es una opinión, pero el cuadro completo admite otras interpretaciones. Sigmund Freud y Karl Marx, junto con muchas figuras de la Ilustración, vieron la Cristiandad como un proyecto gastado, como una realidad agonizante, su defunción la inevitable muerte de la ingenuidad infantil. Pero Pierre Theilhard de Chardin, mirando la misma declaración, vio cosas totalmente contrarias. Para él, la Cristiandad está todavía “en pañales”, luchando aún por crecer en madurez, siendo aún un niño que está aprendiendo a andar; de aquí sus ocasionales traspiés. El escritor espiritual contemporáneo Tomas Halik, el reciente ganador del prestigioso “Templeton Award”, sugiere sin embargo otra imagen. Para Halik, la Cristiandad de Occidente está pasando por una “fatiga de mediodía”, un bloqueo de escritor, una crisis de imaginación. En esto, él está muy de acuerdo con lo que Charles Taylor sugiere en su monumental estudio Una edad secular. Para Taylor, lo que estamos experimentando hoy es no tanto una crisis de fe como una crisis de imaginación e integración. Los antiguos escritores cristianos llamaron a esto “noche oscura del alma”, y Halik sugiere que eso nos está sucediendo no al fin del día sino al mediodía.
Simpatizo en gran medida con Halik. La Cristiandad, las iglesias y las espiritualidades de la Europa Occidental y de Norteamérica no están viejas y agonizantes, no son un proyecto gastado. Más bien son jóvenes, figurativamente hablando tienen sólo 21 años de edad, con algunas aún creciendo para actuar. Pero -y aquí está donde coincido con los críticos conservadores- el crecimiento en esa madurez no está garantizado sino es más bien contingente sobre nosotros haciendo claras opciones y duros compromisos dentro de una genuina fe. Como cualquier padre puede decirte, no hay garantías de que una persona que tiene 21 años de edad crecerá hasta la madurez. Puede suceder también lo contrario, y hoy eso es cierto también para la Cristiandad y las iglesias. No hay ninguna garantía.
Pero en la fe y en las opciones y compromisos tendremos que actuar, es importante que nos situemos bajo el correcto dosel como para asignarnos la tarea correcta. No somos viejos ni estamos agonizantes. Somos jóvenes, con nuestra tarde histórica aún por venir, incluso mientras estamos de hecho sufriendo al presente una cierta “fatiga de mediodía”. Nuestra tarde aún está por venir, y la tarea de la tarde es bastante diferente de la tarea de la mañana o de la noche. Como James Hillman dice: “Los primeros años deben concentrarse en tener las cosas hechas, mientras los últimos años deben considerar lo que fue hecho y cómo”.
Pero los años de la tarde deben centrarse en algo más, a saber, la tarea de profundizar. La espiritualidad y la antropología están de acuerdo en que la tarde de la vida pretende ser un tiempo importante en el que madurar, un tiempo importante para algún trabajo interior más profundo, y un tiempo importante para entrar más hondamente en nuestra profundidad. Notad que esto es una tarea de profundidad y no de renovación.
Nuestra fatiga de mediodía no será superada volviendo a la tarea de la mañana con la esperanza de recuperar fuerzas, ni retirándonos pasivamente a la mecedora silla de la noche. La fatiga de mediodía será vencida al encontrar nuevos surtidores refrescantes enterrados en lugares más profundos de nuestro interior.
Ron Rolheiser (Trad. Benjamin Elcano, cmf) - Lunes, 19 de junio de 2017
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8 consejos de los santos sobre la Eucaristía.

1. Santo Tomás de Aquino 
"La Eucaristía produce una transformación progresiva en el cristiano. Es el Sol de las familias y de las Comunidades". 
2. San Agustín
"Señor, tú alegras mi mente de alegría espiritual. Cómo es glorioso tu cáliz que supera todos los placeres probados anteriormente”. 
3. San Francisco de Asís
"Cuando no puedo asistir a la Santa Misa, adoro el Cuerpo de Cristo con los ojos del espíritu en la oración, lo mismo que le adoro cuando le veo en la Misa”. 
4. San Alfonso María de Ligorio
"Tened por cierto el tiempo que empleéis con devoción delante de este divinísimo Sacramento, será el tiempo que más bien os reportará en esta vida y más os consolará en vuestra muerte y en la eternidad. Y sabed que acaso ganaréis más en un cuarto de hora de adoración en la presencia de Jesús Sacramentado que en todos los demás ejercicios espirituales del día”. 
5. San Francisco de Sales
"La oración, unida con ese divino sacrificio de la Misa, tiene una fuerza indecible; de modo que por este medio abunda el alma de celestiales favores como apoyada sobre su Amado". 
6. Santa María Goretti
"La Santa Eucaristía es la perfecta expresión del amor de Jesucristo por el hombre, es la quinta esencia de todos los misterios de su vida”. 
7. San Luis María Griñón de Monfort
"Antes de la Comunión... suplica a esta bondadosa Madre que te preste su corazón para recibir en él a su Hijo con sus propias disposiciones”. 
8. Santa Teresa de Jesús 
"Acabando de recibir al Señor, pues tenéis la misma persona delante, procurad cerrar los ojos del cuerpo y abrir los del alma, y miraros al corazón”. 
Fuente: aciprensa