Nuestra sombra y nuestro auto-entendimiento.

¿Qué se entiende cuando ciertas escuelas de psicología hoy nos previenen sobre nuestra “sombra”? ¿Qué es nuestra sombra?
En esencia, es esto: Lo que tenemos dentro de nosotros mismos es poderoso, son ardientes energías, que, por múltiples razones, no podemos afrontar conscientemente, de manera que las manejamos negándolas y reprimiéndolas para no tener que tratar con ellas. Hablando metafóricamente, las enterramos profundas en la tierra donde permanezcan fuera de nuestra vista consciente y de nuestra mente.
Pero hay un problema: lo que hemos enterrado no permanece oculto. Mientras dichas energías salen a nuestra vista consciente y a nuestra mente, impactan fuertemente en nuestros sentimientos, pensamientos y acciones empujando de todas las maneras y caminos inconscientes para colorear nuestras acciones, mayormente de forma negativa. Nuestras profundas e innatas energías siempre saldrán, consciente o inconscientemente. Carl Jung, una de las voces pioneras en esta idea, dice que estamos condenados a actuar desde todas las configuraciones arquetípicas a las cuales no tenemos acceso y a controlarlas a través de un ritual consciente.
Quizás una imagen pueda ayudarnos a entender esto un poco mejor. Imagina que vives en una casa con sótano debajo de la sala de estar, un sótano dentro del cual nunca te aventuras, y cada vez que necesitas guardar alguna basura simplemente abres la puerta del sótano y tiras basura ahí. Por un momento, esto puede funcionar, queda fuera de la vista y de la mente; pero tan pronto como la basura comienza a fermentar y su humo tóxico se filtra hacia arriba a través de la ventilación, contaminando el aire que respiras. No molestó por un tiempo, pero eventualmente está envenenando el aire.
Es una imagen que ayuda, aunque ofrece un punto de vista parcial que solo nos muestra tirando nuestra basura negativa por las escaleras. Curiosamente, también arrojamos a ese mismo lugar, aquellas cosas que nos asustan por su luminosidad. Nuestras grandezas también nos dan miedo, y también enterramos gran parte de ellas. Nuestra sombra no está hecha solo de nuestra parte negativa que nos asusta; está también hecha de nuestra parte luminosa ante la que sentimos temor al intentar manejarla. Al final, tanto lo negativo como lo positivo son energías dentro de nosotros, que tememos manejar, y vienen de la única fuente, la imagen y semejanza de Dios impresa en nosotros.
Lo más fundamental que creemos sobre nosotros como cristianos es que hemos sido hechos a imagen y semejanza de Dios. De cualquier manera, no es de mucha ayuda imaginarse esto como una bella imagen estampada en nuestras almas. Más bien deberíamos pensar en esto como en una irreprimible energía divina, un eros infinito y un espíritu infinito, luchando constantemente con las fronteras de nuestra finitud. No sorprende pues que tengamos que tratar con energías, sentimientos, presiones e impulsos que nos asustan y amenazan en su magnitud.
Irónicamente, la lucha con esta realidad puede ser particularmente difícil para la gente sensible; cuanto más sensible eres, moral y religiosamente, mas temor te pueden producir estas energías. ¿Por qué? Porque hay dos miedos que afligen a las almas sensibles: Primero, el miedo a ser egoísta. La grandeza no es fácil de llevar y pocos la llevan bien, y las almas sensibles lo saben. Lo salvaje y malvado se alimentan irreflexivamente del fuego sagrado, excepto que no son conocidos por su sensibilidad y demasiado a menudo acaban hiriendo a otros y a sí mismos. Las almas sensibles se ven a sí mismas considerablemente más reflexivas y tímidas y por una buena razón. Tienen miedo de llenarse de sí mismos, de ser egoístas, insalubres. Pero esta timidez no les sirve bien en todos los sitios. También son sensibles en el trato con ciertas energías internas, acaban también vacíos de Dios.
La segunda razón por la que la gente sensible tiende a enterrar mucha parte de su luminosidad es porque están más en contacto con ese primigenio miedo que hay dentro de nosotros mismos y que se expresa en el famoso mito griego de Prometeo, a saber, que nuestras energías más creativas podrían ser de alguna manera una afrenta a Dios, que podríamos estar robando el fuego de los dioses. La gente sensible se preocupa del orgullo, de estar demasiado llena de ego. Saludables, como son en sí mismas, les lleva a enterrar algo o mucho de su luminosidad.
Las consecuencias no son buenas. Como las partes negativas de nosotros mismos que enterramos, nuestra luminosidad enterrada comienza a fermentar convirtiéndose en vapores tóxicos, que se filtran hacia arriba a través de las rendijas de nuestra conciencia. Esos vapores toman forma de ira liberada, celos, amargura y fríos juicios hacia otros. Mucha de nuestra ira sin dirección, que busca constantemente alguien o algo sobre lo que fijarse, es la parte de sombra de una grandeza que ha sido reprimida y enterrada.
¿A dónde ir frente a esto? James Hillman sugiere que un síntoma produce más sufrimiento cuando no se sabe de qué es síntoma. Necesitamos más guías espirituales que puedan diagnosticar esto. Con demasiada frecuencia nuestras espiritualidades han sido ingenuas en su diagnóstico del orgullo humano y del ego. Necesitamos más guías espirituales quienes puedan reconocer cómo enterramos muchas partes de nuestra luminosidad y cómo nuestro miedo a estar demasiado llenos de nosotros mismos puede dejarnos vacíos de Dios.
Ron Rolheiser (Trad. Benjamin Elcano, cmf) - Lunes, 28 de marzo de 2017
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Agradece


Resumen de la Semana Misionera del Corazón de María

La parroquia del Corazón de María está atendida por los PP. Claretianos o Misioneros Hijos del Inmaculado Corazón de María, tal como el P. Claret llamó a su congregación. Nuestra parroquia es eminentemente misionera, no sólo en su misión hacia el Tercer Mundo o países de misión, sino en su misión aquí y ahora.
Del 16 al 19 de marzo, se han llevado a cabo unos días intensamente misioneros con el fin de fomentar la vida misionera en y entre sus feligreses. Las diversas acciones programadas han querido llegar a todos los públicos, desde los niños hasta los adultos, pasando por los jóvenes, y desde el culto o celebración Ecuarística hasta las acciones misioneras concretas.
En esta animación, palabra, imagen y testimonio, hemos contado con el P. Javier Goñi, delegado de los misioneros claretianos para la animación misionera, con la Sñta. Anaclara, voluntaria y responsable del área de sensibilización de PROCLADE (ONG de los claretianos para promover el desarrollo) y de Jorge, también voluntario de PROCLADE. La presencia, las palabras y el testimonio de Rayapa, seminarista claretiano de la India, y que se encuentra ahora en nuestro seminario de Colmenar Viejo (Madrid), causaron una gran admiración entre nosotros.
Para la animación misionera hubo una charla con los niños de postcomunión y dos simultáneas con los jóvenes de confirmación, divididos en dos grupos. Los adultos tuvieron otra charla de información y sensibilización, con muchas imágenes misioneras. Muy significativas fueron las imágenes y testimonios de los voluntarios misioneros, Anaclara y Jorge, con aquellos que ya lo son en la parroquia y con quienes quieren serlo. Las 10 eucaristías del fin de semana fueron animadas siempre, durante la homilía, por las palabras y el testimonio de Anaclara y Rayapa, o bien, del P. Javier Goñi y Rayapa. 
Nuestras acciones misioneras tuvieron dos objetivos: la ayuda para la financiación del internado para niñas “santalis”, en Basmata (India), que ya se está construyendo, y la toma de conciencia y participación del Comercio Justo, en el puesto que se tuvo en la Pl. de América el sábado y el domingo. Todas las colectas de las misas iban destinadas a este proyecto y se recaudaron 4.150 €. En cuanto el Comercio Justo fue un éxito en las ventas, teniendo que reponer el producto por dos veces, incluso con escasez en algunos momentos, habiendo recaudado unos 1.500 € para los fines concretos de esta actividad.
El gran objetivo era la animación misionera dentro de la parroquia. Para ello hacen falta muchos y variados animadores. Los sacerdotes, los misioneros del Corazón de María o PP. Claretianos, necesitamos muchos jóvenes y adultos que tengan un corazón lleno del amor Cristo para seguir dando vida a la Parroquia. Hace falta mucha vida misionera aquí. Sin los seglares comprometidos la parroquia no puede tener vida ni realizar las acciones que se están llevando actualmente en la parroquia, y menos emprender otras absolutamente necesarias en nuestros días. 

Desde cristianos con una auténtica vida misionera entre nosotros, pueden surgir, y surgirán, cristianos voluntarios para entregar parte de su tiempo y de su vida en los lugares de misión de los claretianos. Sólo así podrán surgir también vocaciones misioneras para ser hijos del Inmaculado Corazón de María.
Muchas gracias a quienes habéis sido misioneros estos días en la parroquia y todos los que de alguna manera ya lo sois, sobre todo con vuestras oraciones, con vuestros sacrificios, con vuestras acciones, con vuestra aportación económica, con vuestro testimonio, et.

¿TE ANIMAS? ¡TÚ TAMBIÉN PUEDES YA MISIONERO!

Gracias al Padre Fernando Sotillo por este texto.


Gracias a:




Recuerda que amando a los demás, estás amando a Dios


Nada es realmente nuestro

Todo es don. Esto es un principio que al fin sostiene toda espiritualidad, toda moralidad y todo mandamiento. Todo es don. Nada puede ser al fin reclamado como propio nuestro. La moral genuina y la sensibilidad religiosa deberían hacernos conscientes de eso. Nada nos viene por derecho.
Esto no es algo que sepamos automáticamente. Durante una clase, hace algunos años, un monje me contó cómo en todos los primeros años de su vida religiosa había estado resentido, porque tenía que pedir permiso a su abad si quería algo: “Solía pensar que era tonto que yo, mayor de edad, supuestamente adulto, tuviera que pedir permiso a un superior si yo quería algo. Si quería una camisa nueva, tendría que pedir permiso al abad para comprármela. Yo creía que era ridículo que un hombre hecho y derecho estuviera sometido a ser como un niño”.
Pero llegó un día en que pensó de otra manera: “No estoy seguro de todas las razones, pero un día llegué a darme cuenta de que había un proyecto y sabiduría en el hecho de tener que pedir permiso para todo. Llegué a darme cuenta de que nada es nuestro por derecho y nada puede ser tomado como propio. Todo es don. Todo necesita ser solicitado. Necesitamos ser agradecidos al universo y a Dios precisamente por darnos un poco de espacio. Ahora, cuando pido permiso al abad porque necesito algo, ya no me siento como un niño. Más bien, siento como que entiendo debidamente el modo como deberían ser las cosas, en un universo orientado como don, en el cual ninguno de nosotros tiene derecho a reclamar al fin algo como propio suyo.
Esto es sabiduría moral y religiosa, pero es una sabiduría que va contra el código de valores dominante en nuestra cultura y contra alguna de nuestras inclinaciones más fuertes. Tanto desde fuera como desde dentro, oímos voces que nos dicen: Si no puedes tomar lo que deseas, es que eres débil, y débil doblemente: Primero, eres una persona débil, demasiado tímida para reclamar enteramente lo que es tuyo. Segundo, has sido debilitado por escrúpulos religiosos y morales hasta ser incapaz de gozar del momento. No reclamar lo que es tuyo, no reclamar la propiedad no es virtud sino defecto.
Fueron esas clases de voces las que este monje oía en sus años más jóvenes, y por ellas se sintió resentido e inmaduro.
Pero Jesús no se haría eco de esas voces. Los Evangelios hablan bien claro de que Jesús no consideraría tanto lo que es asertivo, agresivo y acumulativo en nuestra sociedad, a pesar de la alabanza y envidia que eso recibe, y vería esto como admirable, como gozando sanamente del momento. Yo dudo también de que Jesús compartiera nuestra admiración del rico y famoso que reclama, como por derecho, su superabundante riqueza y estatus. Cuando Jesús indica que le es más difícil a un rico entrar en el cielo que a un camello pasar por el ojo de una aguja, podría haber mitigado esto añadiendo: “¡A no ser, por supuesto, que el rico, puerilmente, pida permiso al universo, a la comunidad y a Dios, cada vez que compre una camisa!”. Cuando Jesús nos dice que los niños y los pobres van al cielo más fácilmente, no está idolatrando, respectivamente, su inocencia ni su pobreza. Está idolatrando la necesidad de reconocer y admitir nuestra dependencia. Al fin, nosotros no nos suministramos a nosotros mismos, y nada es nuestro por derecho.
Cuando yo estaba en el noviciado oblato, nuestro maestro de novicios trató de imprimir en nosotros el significado de pobreza religiosa haciéndonos escribir, en cada libro que nos daban, las palabras latinas: Ad usum (Para uso). La idea era que, aun cuando ese libro se te daba para tu uso personal, al fin y al cabo, no lo poseías. Era tuyo sólo temporalmente. Nos decían entonces que esto era aplicable a todo lo demás que nos daban para nuestro uso personal, desde nuestro cepillo de dientes hasta las camisas que llevábamos a nuestras espaldas. No eran propiamente nuestros, sino dados meramente para nuestro uso.
Uno de los jóvenes que había en ese noviciado abandonó casualmente la congregación y llegó a ser médico. Continúa siendo amigo cercano; y una vez me contó cómo, aun hoy día, como médico, todavía escribe esas palabras -Ad usum- en todos sus libros: “Yo no pertenezco a ninguna congregación religiosa ni tengo el voto de pobreza, pero ese principio que nuestro maestro de novicios nos enseñó es tan válido para mí en el mundo como es para cualquier religioso profeso. Al fin, no poseemos nada. Esos libros no son míos, en realidad. Me han sido dados, temporalmente, para mi uso. ¡Nada pertenece a nadie, y es bueno no olvidar nunca eso!”.
No es nada malo como adulto tener que pedir permiso para comprar una camisa nueva. Eso nos recuerda que el universo pertenece a todos y que todos nosotros deberíamos estar profundamente agradecidos de que ese universo nos dé incluso un poco de espacio.
Ron Rolheiser (Trad. Benjamin Elcano, cmf) - Lunes, 21 de marzo de 2017
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Siete veces ayuda hoy a los demás...


Proyecto de la Semana Misionera: Internado para Niñas "SANTALIS" en Basmata. India


Nuestro proyecto a subvencionar: 

CONSTRUCCIÓN DE UN INTERNADO PARA NIÑAS "SANTALIS" en Basmata (India)15.000 €.



Fotos del internado que ya se está construyendo
y fotos de niñas hindús santalis.












Participa en nuestras actividades de la Semana Misionera:
Sábado 18, a las 17:30, en el salón: “El VOLUNTARIADO en los misioneros claretianos” En países de misión, en Proclade Fundación y en grupos Misioneros Claretianos - Provincia de Santiago de jóvenes y adultos.
Testimonios Misioneros en las misas de fin de semana.
COMERCIO JUSTO: sábado y domingo, de 12 a 14,30 y de 18,30-21 horas.