Solemnidad de todos los santos: SANTIDAD es aprender a ser Hijos felices de Dios, acogiendo su Obra en nosotros.

Sed santos (buenos), como vuestro Padre, que hacer salir el sol sobre buenos y malos
(Mt, 5, 48;Lev 19,2). No es tanto lo que yo hago o tengo que hacer, sino lo que El hace, y de lo que yo me puedo hacer consciente. Pero, ¿cómo es esa Obra de Dios en mí?

a) Por Amor, Dios crea un ser con capacidad de ser bueno y feliz con El. El amor de Dios comienza a manifestarse en la creación. El Dios que es Amor, Comunión, y Entrega, encuentra su reflejo e imagen, en la apertura y receptividad, capacidad del ser humano. Por eso dice Santo Tomás: Por ser imagen de Dios, el hombre tiene capacidad para la gracia, o sea, para acoger el Amor de Dios, y al acogerlo, realizar el encuentro que nos transforma-

b) Por Amor Dios crea un ser que no puede estar sin Él, y sin los demás. Eso es santidad. Desde siempre, Dios ha creado al ser humano como ser de comunión y le ha llamado a responder al amor que le ha otorgado Desde siempre hay en el hombre una “capacidad de Dios” y un “deseo natural de ver a Dios. Fue Dios quien sembró en el corazón humano el anhelo del Infinito de amarlo y contemplarlo cara a cara. Por eso hay en el hombre un vacío que sólo se colma cuando se encuentra con Dios.

c) Por amor Dios va más allá de la justicia. En Dios, la bondad es lo condicionante de todo su ser y obrar. Dios manifiesta su justicia no condenando, sino salvando. Dios manifiesta su justicia, (Rm 3, 24-26) justificando, o sea, haciendo justo al pecador y teniendo misericordia de todos. Esta justicia es una buena noticia, pues no se trata de la justicia retributiva, por la que Dios premia o castiga según los merecimientos de cada uno, sino de la justicia que justifica (hace justo) al impío.

d) Por amor Dios perdona y no condena. “No hay paz sin justicia, no hay justicia sin perdón” (Juan Pablo II). Mostrar misericordia significa vivir plenamente la verdad de nuestra vida”. “El Dios que nos redime es un Dios de misericordia y de perdón; “el perdón podría parecer una debilidad; en realidad, tanto para concederlo como para aceptarlo, hace falta una gran fuerza espiritual y una valentía moral a toda prueba. Lejos de ser menoscabo para la persona, el perdón lleva a una humanidad más plena, capaz de reflejar en sí misma un rayo del esplendor del Creador.

f) La verdadera santidad es una gracia, es la obra que Dios hace gratuitamente en mí. Una existencia vivida con mucha fe y mucha humanidad. Una vida que expresa sentimientos y actitudes de bondad y compasión, que se concreta en obras de justicia, caridad y solidaridad. Porque así es el Dios cristiano, así actúa Dios y así quiere que sean y actúen sus hijos. Así es la santidad de Dios y así se refleja en sus santos. A estas personas están dirigidas las bienaventuranzas. Para que esta acción gratuita de Dios opere la santidad en nosotros, es preciso acogerla agradecidamente y ejercitarla responsablemente. La santidad de Dios es ser bueno con todas sus criaturas y hacerlas buenas. Nuestra santidad es el resultado de la benevolencia de Dios hacia nosotros. No hallamos gracia a sus ojos por nuestros méritos, sino por su benevolencia y mirada misericordiosa. Esta mirada es lo que pone en nosotros santidad Y. lo más que nosotros podemos hacer es dejar que esa bondad de Dios se refleje y actúe en nosotros. Pero en todo caso, la santidad es gratuita, como don de Dios, y obra del Espíritu Santo en las personas.

¡SANTOS, SÍ!, y por ello, “Buenos” y  “Felices”

Podemos decir, pues, que la santidad es Un camino de Bondad, Felicidad y Comunión que Dios realiza en nosotros.  En realidad, un santo no es otra cosa que una buena persona. Porque ser santo no es más que ser lo que tenemos que ser, pero siempre con la ayuda de la gracia.

El Papa Francisco, en su exhortación sobre la Santidad en el momento actual, “Alegraos y regocijaos”, pone la santidad en el horizonte de la bondad (Mt 25) y la Felicidad (Mt 5, 5-15)

Las Bienaventuranzas son como el carnet de identidad del cristiano. ¿Cómo se hace para llegar a ser buen cristiano?'. Es necesario hacer, cada uno a su modo, lo que dice Jesús en las Bienaventuranzas. En ellas se dibuja el rostro del Maestro que estamos llamados a transparentar en la vida cotidiana. (.G.E. 63). ¡Feliz o bienaventurado es sinónimo de santo! 

Por eso, la Santidad es un proyecto de felicidad y a la vez un programa de cómo ser lo que debemos ser. Con deficiencias y pecados, muchos han buscado la felicidad en la santidad. Estas confesiones de hombres buenos y felices pueden acercarnos a la santidad de Jesús, y hacer más humana la nuestra.

“En la vida existe una sola tristeza, la de no ser santos”. (Leon Bloy)

«Ser bueno es hacerse divino, porque sólo Dios es bueno.»(Unamuno)

“En todo hombre bueno habita Dios.» (L A. Séneca)

«No denomino héroes a aquellos que han triunfado por sus ideas o por la fuerza. Sólo considero héroes a aquellos que fueron grandes por su bondad (Tolstoi)

«Sólo los que son verdaderamente buenos y santos son felices(Pablo VI).

“La bondad es el único Evangelio que muchos leerán.» (Helder Cámara)

“Mi única misión en la vida era ser bueno.(C. Foucauld)

Conclusión

Ahora puedo aportar yo mi propia experiencia de Santidad por la Bondad, Felicidad y Comunión, preguntándome: ¿Cómo es la obra que Dios viene realizando en mi según su propia Santidad Bondadosa?

José Antonio Fray José Antonio Segovia O.P.
Real Convento de Santo Domingo de Scala Coeli

Lea también el comentario bíblico a las lecturas.  Fuente: Dominicos.org

Amarás al Señor, tu Dios, con todo tu corazón, con toda tu alma, con todo tu ser.

 



Domingo 30º del Tiempo Ordinario

Textos

Audio

Lecturas

Tú, Dios, el compasivo, dame tu amor y tu gracia

Comentario



La respuesta de Jesús al escriba con la cita del <<Escucha, Israelť nos ayuda a aclarar qué conlleva amar a Dios, una actitud que no puede entenderse como el mero sentimiento con el que una persona ama a otra para hacerle el bien. En el Antiguo Testamento, <<amar a Diosť es escucharlo, es confiar en su palabra prometedora, es condicionar la vida a la Palabra. Amar a Dios equivale a decidirse por Dios con la totalidad del ser; sin reservas. La actualidad de la respuesta de Jesús a la cuestión propuesta por el escriba sobre el precepto mas importante de la Ley ilustra aspectos de hoy día. Por ejemplo, numerosos bautizados vacilan y se preguntan qué hacer en situaciones particulares, y todo porque no han decidido en realidad qué es lo mas urgente o conveniente en la vida. Solo Dios es la causa por la cual vale la pena invertir todos los recursos vitales, la única en la que tiene sentido gastar la existencia.

La verdad del primer mandamiento depende de cómo se viva el segundo, el amor al prójimo. żY qué es amar al prójimo según la perspectiva de Jesús? Jesús introduce una novedad en el concepto del prójimo que supera toda barrera: no es solo el amigo o el consanguíneo, sino también el extrańo o extranjero, e incluso el enemigo (cf Mt 5,43-48). El prójimo no viene determinado ni definido por un listado de principios generales, sino por el amor concreto que descubre al otro y lo que puede hacer por él. Jesús nos enseńa la realización perfecta de este amor concreto con su profunda compasión por cualquier persona necesitada, sana o enferma. En Jesús descubrimos el modelo supremo para hacemos próximos, el ejemplo donde inspiramos en las situaciones de <<proximidadť. Podemos enumerarlas bajo una triple tipología: el amor al prójimo como atención solicita ante las necesidades del otro, como perdón y reconciliación con el enemigo, y como servicio al amigo o al hermano.








Un género más sutil de pobreza. Artículo.

Hay diferentes maneras de ser excluido en la vida.

A comienzos de este año, murió uno de mis hermanos mayores. Por todos indicios, había llevado una vida ejemplar, entregada principalmente a los demás. Murió muy amado por todos los que lo conocieron. La suya fue una vida dedicada a la familia, la iglesia, la comunidad y los amigos.

En la homilía de su funeral, comenté que, aun cuando casi siempre mostraba sonrisa, bondad y algo de ingenio en cada situación, en el fondo a veces tenía que aguantar mucho para hacer siempre eso. ¿Por qué? Porque, a pesar de que a lo largo de toda su vida adulta se entregó a servir a los demás, durante buena parte de su vida no tuvo mucha opción en esto. He aquí su historia:

Él fue uno de los hermanos mayores de nuestra familia, una numerosa familia inmigrante de segunda generación, que luchaba contra la pobreza en una solitaria área rural de las praderas canadienses donde las circunstancias educativas no estaban fácilmente disponibles en ese momento. De modo que, para él, al igual que para muchos de sus contemporáneos, tanto para hombres como para mujeres, la expectativa normal era que, acabada la escuela primaria (una educación de grado octavo), se esperaba que acabaras tus días escolares y empezaras a trabajar para mantener a tu familia. Por cierto, cuando se graduó de la escuela primaria, no había ningún local de segunda enseñanza al que ir. Para mayor desgracia, él era quizás la mente más brillante y dotada de nuestra familia. No es que no quisiera continuar su educación formal. Pero tenía que atenerse a lo que casi todos los demás de su edad hacían en ese momento: abandonar la escuela y empezar a trabajar, entregando íntegro su salario todos los meses para mantener a su familia. Hizo esto con alegría, sabiendo que era lo que se esperaba de él.

A lo largo de los años, cumplidos los dieciséis, desde que ingresó por primera vez en la nómina de trabajadores de una empresa particular hasta que tomó posesión de la granja familiar en sus mediados treinta años, trabajó para agricultores, trabajó en la construcción e hizo de todo, desde manejar una retroexcavadora hasta conducir un camión. Además, cuando nuestros padres murieron y tomó posesión de nuestra granja, hubo algunos años en que aún fue presionado a usar la granja para mantener a la familia. Para cuando por fin quedó liberado de esta responsabilidad, fue demasiado tarde (no radical, sino existencialmente) para reiniciar su educación formal. Vivió como agricultor sus últimos años antes del retiro, aunque lo hizo como quien encontraba su energía en otra parte, al involucrarse en programas de educación continua y ministerios laicales, donde medró emocional e intelectualmente. Parte de su sacrificio fue también el hecho de que nunca se casó, no porque fuera soltero por temperamento, sino porque las mismas cosas que lo ataron al deber, tampoco existencialmente le proporcionaron nunca la oportunidad de casarse.  

Después de comentar su historia en su funeral, se me acercaron varias personas que me dijeron: ¡Lo mismo mi hermano! ¡Lo mismo mi hermana! Lo mismo mi papá! ¡Lo mismo mi madre!

Habiendo crecido yo donde esto fue la realidad de algunos de mis hermanos mayores, hoy, dondequiera que veo a gente trabajando en tareas de servicio, tales como cocinar en cafeterías, limpiar casas, cortar césped, trabajar en la construcción, hacer tareas de conserjería y otros trabajos de la misma índole, me paro a preguntar: ¿son estos como mi hermano? ¿Llegaron a elegir este trabajo, o lo están haciendo obligados por las circunstancias? ¿Quiso esta persona ser médico, escritor, maestro, empresario, o director ejecutivo de alguna compañía, y acabó teniendo que asumir este empleo por una circunstancia económica u otra? A ver si me explico: No hay nada degradante ni menos noble en estos empleos. A propósito, trabajar con las propias manos es quizás el trabajo más honrado de todos, a diferencia de mi propio trabajo en la comunidad académica, donde puede ser fácil ser egoísta y mayormente irrelevante. Existe una admirable dignidad en trabajar con las propias manos, como se daba en mi hermano. No obstante, a pesar de la importancia y dignidad de ese trabajo, la felicidad de la persona que lo hace depende a veces de si tenía una opción o no, es decir, si está ahí por elección o porque los factores que surgen, desde la situación económica de su familia hasta su estatus de inmigrante, hasta su falta de oportunidad, le han forzado ahí.

Cuando paso por delante de estas gentes en mi vida diaria y mi trabajo, intento darme cuenta de ellos y valorar el servicio que nos están prestando a los demás. Y a veces me digo: Este podría ser mi hermano. Esta podría ser mi hermana. Este podría ser la mente más brillante de todas, a la que no se le dio la oportunidad de llegar a ser médico, escritor, enfermera, maestro o trabajador social. Si en la otra vida, como Jesús prometió, va a haber un cambio donde los últimos serán los primeros, confío en que esta gente, como mi hermano, que fueron excluidos de algunas de las oportunidades de que gozamos el resto de nosotros, leerán mi corazón con una empatía que sobrepase la comprensión que tuve hacia ellos durante el curso de su vidaRon Rolheiser (Trad. Benjamín Elcano, cmf) - REZO DEL ÁNGELUS EN EL CAMPO" en 1899.

San Antonio María Claret. 24 de octubre.

Obispo, fundador de los Misioneros Hijos del Inmaculado Corazón de María. Gran predicador y misionero. Fue confesor de Isabel II y participó en el Concilio Vaticano I siendo uno de los principales defensores de la infalibilidad del Papa

Nacido el 23 de diciembre de 1807 en Sallent (Cataluña). [Estudia y trabaja en Barcelona hasta que decide ingresar en el seminario de Vic, tras descubrir que su primera vocación como cartujo era equivocada. Una vez ordenado se le asigna una parroquia. Después de un periodo de labor pastoral y al ser consciente de las necesidades espirituales de la época, decide fundar una nueva Congregación].

El 16 de julio de 1849, fiesta de la Santa Cruz y de la Virgen del Carmen, en una habitación austera del seminario de Vic se reunen con el padre Claret otros cinco sacerdotes catalanes jóvenes y entusiastas. Después de santiguarse reflexivamente, inicia su plática diciendo: «Hoy comenzamos una gran obra». Aquel día comenzaba, humilde y calladamente su andadura la Congregación de Misioneros Hijos del Corazón de María (claretianos).

Biografía (clic:claret.org)

A modo de síntesis: perfil de su personalidad


Antonio María Claret es un profeta fascinado y polarizado por la misión. Vive la experiencia de los profetas. -Había muchos pasajes (proféticos) que me hacían tan fuerte impresión, que me parecía que oía una voz que me decía a mí lo mismo que leía» (Aut. n. 114). Como los profetas se siente escogido desde el seno materno, llamado (Ga 1, 15). Se siente en todo momento mediación del Espíritu.

De esta conciencia profética nace su espiritualidad, menos preocupada por la perfección personal que por la fidelidad a la misión. Su relación personal con el Señor, con María, sus experiencias eucarísticas, la virtudes que pretende, todo viene determinado por la misión evangelizadora. El vigoroso ejercicio de su misión profética provoca sucesivas persecuciones contra él que rozan lo novelesco. Es difícil encontrar en la historia de la Iglesia un profeta que supere, ni siquiera que iguale, a Claret en la virulencia de las persecuciones sufridas.

Antonio María Claret es un hombre de la Palabra; es el discípulo de la Palabra, acogida, asumida, contemplada, orada y proclamada. Es el hombre centrado en la misión, pero es que entiende que su misión es precisamente el anuncio de la Palabra. «De un modo muy particular me hizo Dios nuestro Señor entender aquellas palabras: El Espíritu del Señor está sobre mí, porque él me ha ungido para que dé la Buena Noticia a los pobres» (Lc 4, 18)» (Aut. n. 118). La suya es una espiritualidad marcadamente bíblica. Se convierte en un gran difusor de la Biblia. Claret derrocha la palabra. Parece como si sufriera una especie de obsesión por predicar, por escribir. Confiesa que no puede callar. Es incansable en el ministerio de la palabra escrita. Escribió más de doscientos libros; escribe para todos los públicos, difunde en cantidad asombrosa para su tiempo. y encauza hacia este destino una buena parte de sus ahorros.

Se siente especialmente enviado a anunciar la Buena Noticia a los pobres (Aut. n. 118). »Dios me ha dado una especial ternura hacia los pobres; y ellos se dan cuenta de lo mucho que les quiero». 'Hay que ahorrar más, hermano José, para poder dar más a los pobres —le reprocha al hermano coadjutor misionero que convive con él y que persiste en ponerle vino en la comida por la delicadeza de su salud—. En Madrid se convierte en el gran limosnero. La visita a los enfermos, a los presos y a los establecimientos de caridad formaba parte de su vida cotidiana.

La evangelización que realiza está llena de lucidez y realismo, sirviéndose de los medios modernos. -Mérito característico suyo —dice Pío XI— es haber unido en un solo haz la predicación evangélica, el apostolado de la caridad, la organización misionera y la entrega a la pastoral de medios de comunicación, con el empleo más amplio, más moderno, más vivaz, más genial y popular del libro, del folleto, de la hoja volante». Cuando emprende el ministerio itinerante organiza equipos de misioneros que se reparten el trabajo y sirven a distintos sectores del pueblo de Dios. Es flexible en el uso de los medios; lo único que le importa es que el mensaje del Evangelio llegue al hombre y le libere. Incita a los Misioneros de su congregación a nuevas fronteras, tanto geográficas como pastorales. Les aconseja que «se valgan de todos los medios». Su apostolado es un apostolado organizado, colectivo y eclesial. Una nota característica de sus fundaciones es la corresponsabilidad en la que se articulan la acción de los sacerdotes, seglares y religiosos.

La fantasía que derrochó con los nuevos modelos textiles se convierte en fuente de inspiración de sus múltiples y novedosas actividades apostólicas. Es un hombre que crea, porque es un hombre que cree de verdad. Su creatividad apostólica es asombrosa; va dando respuesta a los nuevos desafíos. Se adelanta a los tiempos modernos y al Vaticano II en el movimiento bíblico; en tiempos de total pasividad laical promueve decididamente el apostolado seglar. Funda organizaciones apostólicas como las bibliotecas populares y parroquiales, la academia de San Miguel y la archicofradía del Corazón de María, organizaciones en las que el protagonismo corresponde a los seglares. Promueve la recuperación del ministerio de las diaconisas. Funda las religiosas en sus casas (hoy Filiación Cordimariana), una forma moderna de vida religiosa precursora de los modernos institutos seculares. Crea la granja modelo, las cajas rurales, instituciones promocionales en favor de los niños desamparados y de los campesinos pobres. Se adelanta a los modernos institutos seculares de sacerdotes promoviendo la comunidad de pastores. Funda también la librería religiosa para promover la buena prensa.

A Claret le corresponde vivir en tiempos caóticos y revolucionarios, tiempos de cambio que requieren mucho equilibrio. Claret tiene los pies en el suelo; evangeliza desde las posibilidades que hay a su alcance. Desde el comienzo de su ministerio se ha propuesto encarnar la vida profética de Jesús y sus apóstoles, lo que él llama, forma de vida apostólica»: ir siempre a pie de pueblo en pueblo, acercarse a la gente humilde y sencilla, ejercer gratuitamente el ministerio, vivir de limosna y en total pobreza; no tiene nunca casa propia, en las comidas es de una austeridad franciscana. Sus grandes aspiraciones son «morir en un hospital como pobre o en un cadalso como mártir», y muere en el destierro, expoliado incluso de su fama. Todo cuando ahorra lo dedica para ayudar a los pobres, a la difusión de la buena prensa y a las necesidades de la Iglesia.

Nuestro santo es un místico «de» la acción. No simplemente un místico «en» la acción. La acción no es para él un viento peligroso que apaga la llama débil de su vitalidad interior, sino un viento benéfico que aviva el fuego de su hoguera. La acción es para él lugar sagrado de encuentro con el Señor, lugar donde experimenta su presencia. Se propone «ser al mismo tiempo (y lo consigue) Marta y María. El mismo Pío XII, en su canonización, destaca este rasgo identificador: «Siempre en la presencia del Señor, aun en medio de su prodigiosa actividad exterior».

En una mirada superficial a la personalidad de Claret resalta su dimensión ascética: es un hombre ordenado y metódico, todo tiene su tiempo prefijado; elabora un detallado plan de vida según el cual no queda tiempo para la improvisación. Sin embargo, es un místico con rostro de asceta. Llega a tener experiencia de todos los fenómenos sobrenaturales, resaltando de un modo especial, en los últimos años de su vida, la permanencia continua de las especies sacramentales en su pecho. A la apariencia predominantemente ascética de Claret contribuye su gran reserva, su pudor y también su torpeza para expresar su interioridad e interpretar los fenómenos místicos.

Junto al rasgo eucarístico de su espiritualidad, hay que resaltar su dimensión mariana. La Madre de Jesús es locura para Claret. Cuando habla de ella exulta y se exalta místicamente. Vive su fe en Jesús cíe Nazaret inseparablemente de María, gracias a la educación familiar y gracias también a la experiencia sobrenatural de su presencia en la hora de la opción radical y vocacional cuando fue tentado. Se siente acompañado y fortalecido en el ministerio profético y apostólico por María. Su pasión mariana no tiene nada de intimista ni sensiblera, sino que es dinamizadora apostólicamente. Ella es para él «la Reina de los apóstoles», que sigue alentándole, acompañándole, implorando para él y sus Misioneros el Espíritu de Jesús que les alienta, ilumina y fortalece en la evangelización. Su Corazón es fragua de apóstoles».

Murió el 24 de octubre de 1870 a la edad de 62 años. El 25 de febrero de 1934 es beatificado por Pío XI, y el 7 de mayo de 1950 canonizado por Pío XII. Sus restos son venerados en el santuario-sepulcro de Vic (Barcelona), levantado en el solar que ocupó la casa-madre de los Misioneros. Su fiesta litúrgica se celebra el 24 de octubre. Dominicos.org Aquilino Bocos Merino, C.M.F. Texto Martínez Puche, José A. Colección Nuevo Año Cristiano EDIBESA.

Parábola del aprendiz de brujo Una meditación en tomo a la posmodernidad.

Cuenta esta historia que un !oven aprendiz, en ausencia de su sabio maestro, puso en funcionamiento el artefacto inventado. El funcionamiento fue perfecto. Aquella maquinaria prodigiosa, en justa exhibición del talento que la había creado, iba destrozando todo lo que encontraba a su alrededor. La angustia del joven aprendiz fue creciendo más y más por no saber desactivar los mecanismos que detuvieran el invento. Las consecuencias de aquella curiosidad imprudente y la moraleja de la historia son fáciles de sacar.

Algo parecido le sucede al joven posmoderno. Por un lado se considera heredero de un ingente legado de posibilidades que le posibilitan vivir con el menor esfuerzo. Ahora bien, el manual de instrucciones no se tiene ni se sabe interpretar o no se leen las contradicciones. Aquí está la danza maravillosa de la posmodernidad: los jóvenes disfrutan de todo lo que no se han esforzado en producir, pero también padecen sus más duras consecuencias. (De las fábulas del padre Claret.) Fuente: Santa Clara de Estella

Pagadle al César lo que es del César y a Dios lo que es de Dios

 




Domingo 29º del Tiempo Ordinario

Textos

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Lecturas

Todo para Dios, sólo para Dios

Comentario



La primera lectura nos recuerda que, a pesar de todas las apariencias, las autoridades de este mundo reciben el poder de Dios, que es el Seńor de la historia. Esto no quiere decir que se trate de un poder absoluto, de derecho divino y, por lo tanto, inopinable, sino todo lo contrario: quiere decir que todo poder esta llamado, siempre y en todo momento, a responder ante Dios de la veracidad y justicia de su propio ejercicio. Este es el reclamo de la celebre sentencia evangélica sobre el tributo debido al Cesar y la entrega completa a Dios.

Inspirarse en la Palabra de Jesús para tratar la problemática del poder y la responsabilidad del cristiano en el mundo significa distinguir dos planos distintos, el de Dios y el de los hombres, y saberlos interrelacionar Significa separar la cuestión del poder terreno —legítimo e ilegítimo— de las exigencias de la voluntad de Dios. El evangelio nos recuerda que no solo se debe responder de las decisiones públicas ante los hombres, sino que todos son responsables de sus decisiones, públicas y privadas, ante Dios.

Como el poder del Cesar alcanza exactamente hasta donde llegan las monedas con su efigie, Así el poder de Dios llega hasta donde alcanza su imagen. Y puesto que el hombre es la criatura modelada por Dios a imagen y semejanza (Gn 1,26), se sigue que, en cuanto <<imagenť de Dios, pertenecemos plenamente a Dios, que cualquier dimensión de nuestra vida se refiere a él, incluida la política. Esto no nos mengua, sino mas bien nos ayuda a liberamos de espejismos ante el poder y de colisiones frente a regimenes económicos, políticos y militares que impidan a la humanidad realizar con libertad y justicia su vocación de ser imagen de Dios. Distinguir los dos planos, indicados claramente por Jesús también nos pone en guardia frente a las recurrentes tentaciones integristas que anidan solapadamente bajo formas de <<fundamentalismo cristianoť.







San Juan Pablo II. 22 de octubre.


Karol Józef Wojtyla, conocido como Juan Pablo II desde su elección al papado en octubre de 1978, nació en Wadowice, una pequeña ciudad a 50 kms. de Cracovia (Polonia), el 18 de mayo de 1920. Era el segundo de los dos hijos de Karol Wojtyla y Emilia Kaczorowska. Su madre falleció en 1929. Su hermano mayor Edmund (médico) murió en 1932 y su padre (suboficial del ejército) en 1941.
A los 9 años hizo la Primera Comunión, y a los 18 recibió la Confirmación. Terminados los estudios de enseñanza media en la escuela Marcin Wadowita de Wadowice, se matriculó en 1938 en la Universidad Jagellónica de Cracovia y en una escuela de teatro.
Cuando las fuerzas de ocupación nazi cerraron la Universidad, en 1939, el joven Karol tuvo que trabajar en una cantera y luego en una fábrica química (Solvay), para ganarse la vida y evitar la deportación a Alemania.
A partir de 1942, al sentir la vocación al sacerdocio, siguió las clases de formación del seminario clandestino de Cracovia, dirigido por el Arzobispo de Cracovia, Cardenal Adam Stefan Sapieha. Al mismo tiempo, fue uno de los promotores del "Teatro Rapsódico", también clandestino.

Tras la segunda guerra mundial, continuó sus estudios en el seminario mayor de Cracovia, nuevamente abierto, y en la Facultad de Teología de la Universidad Jagellónica, hasta su ordenación sacerdotal en Cracovia el 1 de noviembre de 1946.
Seguidamente, fue enviado por el Cardenal Sapieha a Roma, donde, bajo la dirección del dominico francés Garrigou-Lagrange, se doctoró en1948 en teología, con una tesis sobre el tema de la fe en las obras de San Juan de la Cruz. En aquel período aprovechó sus vacaciones para ejercer el ministerio pastoral entre los emigrantes polacos de Francia, Bélgica y Holanda.


En 1948 volvió a Polonia, y fue vicario en diversas parroquias de Cracovia y capellán de los universitarios hasta 1951, cuando reanudó sus estudios filosóficos y teológicos. En 1953 presentó en la Universidad Católica de Lublin una tesis titulada "Valoración de la posibilidad de fundar una ética católica sobre la base del sistema ético de Max Scheler". Después pasó a ser profesor de Teología Moral y Etica Social en el seminario mayor de Cracovia y en la facultad de Teología de Lublin.
El 4 de julio de 1958 fue nombrado por Pío XII Obispo Auxiliar de Cracovia. Recibió la ordenación episcopal el 28 de septiembre de 1958 en la catedral del Wawel (Cracovia), de manos del Arzobispo Eugeniusz Baziak.
El 13 de enero de 1964 fue nombrado Arzobispo de Cracovia por Pablo VI, quien le hizo cardenal el 26 de junio de 1967.
Además de participar en el Concilio Vaticano II (1962-65), con una contribución importante en la elaboración de la constitución Gaudium et spes, el Cardenal Wojtyla tomó parte en todas las asambleas del Sínodo de los Obispos.

Desde el comienzo de su pontificado, el 16 de octubre de 1978, el Papa Juan Pablo II realizó 104 viajes pastorales fuera de Italia, y 146 por el interior de este país. Además, como Obispo de Roma ha visitado 317 de las 333 parroquias romanas.
El 13 de Mayo de 1.981, Juan Pablo II sufrió un atentado. El turco Alí Agça le disparó en la propia Plaza de San Pedro. Sin embargo, pudo sobrevivir y recuperarse tras pasar un tiempo en el hospital. El proyectil con el que resultó herido, fue engarzado en la corona de la imagen de Ntra. Sra. de Fátima, que preside el Santuario de Cova de Iría. El propio Papa entregó la bala a Mons. Alberto Cosme, obispo de Leiría.
Entre sus documentos principales se incluyen: 14 Encíclicas, 15 Exhortaciones apostólicas, 11 Constituciones apostólicas y 45 Cartas apostólicas. El Papa también ha publicado cinco libros: "Cruzando el umbral de la esperanza" (octubre de 1994); "Don y misterio: en el quincuagésimo aniversario de mi ordenación sacerdotal" (noviembre de 1996); "Tríptico romano - Meditaciones", libro de poesías (Marzo de 2003); "¡Levantaos! ¡Vamos!" (mayo de 2004) y "Memoria y identidad" (2005).
Juan Pablo II ha presidido 147 ceremonias de beatificación -en las que ha proclamado 1338 beatos- y 51 canonizaciones, con un total de 482 santos. Ha celebrado 9 consistorios, durante los cuales ha creado 231 (+ 1 in pectore) Cardenales. También ha presidido 6 asambleas plenarias del Colegio Cardenalicio.
Desde 1978 hasta 2005, el Santo Padre ha presidido 15 Asambleas del Sínodo de los Obispos: 6 ordinarias (1980, 1983, 1987, 1990, 1994, 2001), 1 general extraordinaria (1985), y 8 especiales (1980, 1991, 1994, 1995, 1997, 1998 [2] y 1999).

Ningún otro Papa se ha encontrado con tantas personas como Juan Pablo II: en cifras, más de 17.600.100 peregrinos han participado en las más de 1160 Audiencias Generales que se celebran los miércoles. Ese número no incluye las otras audiencias especiales y las ceremonias religiosas [más de 8 millones de peregrinos durante el Gran Jubileo del año 2000] y los millones de fieles que el Papa ha encontrado durante las visitas pastorales efectuadas en Italia y en el resto del mundo. Hay que recordar también las numerosas personalidades de gobierno con las que se ha entrevistado durante las 38 visitas oficiales y las 738 audiencias o encuentros con jefes de Estado y 246 audiencias y encuentros con Primeros Ministros.
El 2 de Abril de 2.005, a las 21:37 h., falleció en la Ciudad del Vaticano. mientras concluía el sábado, y ya habíamos entrado en la octava de Pascua y domingo de la Misericordia Divina. Desde aquella noche hasta el 8 de abril, día en que se celebraron las exequias del difunto pontífice, más de tres millones de peregrinos rindieron homenaje a Juan Pablo II, haciendo incluso 24 horas de cola para poder acceder a la basílica de San Pedro.

El 28 de abril de 2005, el Santo Padre Benedicto XVI dispensó del tiempo de cinco años de espera tras la muerte para iniciar la causa de beatificación y canonización de Juan Pablo II. La causa la abrió oficialmente el cardenal Camillo Ruini, vicario general para la diócesis de Roma, el 28 de junio de 2005.
Juan Pablo II fue beatificado por Benedicto XVI en Roma el 1 de Mayo de 2011. El Papa Francisco le canonizó el 27 de abril de 2014. Fuente: webcatolicodejavier fotos: LNE.es

Nuestro estilo de vida y nuestro superexplotado planeta. Artículo.

En un libro, The Book of Hope (El libro de la esperanza), en el que Douglas Abrams compartió autoría con Jane Goodwall, el autor hace esta declaración: Crear la raza humana quizá sea el más craso error realizado jamás  por la evolución.

Dice esto irónicamente, ya que reconoce que la aparición de la raza humana fue claramente proyectada por el proceso evolutivo y que, más bien que ser un error colosal, es la cima del proceso. No obstante, hoy, la raza humana es una tremenda amenaza para el planeta tierra. Dicho sencillamente, en la actualidad hay más de siete mil millones de personas en el planeta, y ya en muchos lugares hemos consumido los limitados recursos de la naturaleza más rápidamente de lo que la naturaleza es capaz de reponerlos. Para el año 2050, habrá probablemente diez mil millones. Si continuamos negociando como de costumbre, el planeta, sencillamente, no podrá soportarnos, al menos si seguimos con nuestro presente estilo de vida.

Y el estilo de vida al que hacemos referencia aquí no es, en primer lugar, el manirroto estilo de vida de los ricos que pueden ser irresponsables y consumir más que su cupo de recursos. Ellos, desde luego, contribuyen al problema e influyen indebidamente al resto de nosotros en nuestros propios hábitos de consumo; pero, el estilo de vida al que aludimos aquí es el que tú y yo, consumidores conscientes, estamos viviendo, aun cuando conservemos, reciclemos, hagamos compost con residuos orgánicos, conduzcamos coches eléctricos y tratemos de vivir con sencillez.

Voy a exponer mi caso. Yo trato de ser sensible a lo que mi propio consumo está haciendo a la madre tierra. Comparado con los que tienen un estilo de vida lujoso, puedo alegar que vivo con notable sencillez. No compro lo que no necesito. Tengo un guardarropa muy pequeño y soy cauto en la cantidad de electricidad y agua que gasto. Conduzco un sólido coche de segunda mano y trato de usarlo sólo cuando es necesario. Ayudo a asegurar que el termostato de nuestra casa esté regulado como para garantizar el mínimo uso de energía eléctrica y vivo en una casa relativamente pequeña; reciclo e intento usar tan poco plástico como me es posible.

Pero, por otra parte, tengo dos ordenadores, uno de escritorio en mi oficina, y otro portátil en casa. Tengo un teléfono móvil que, a través de los años, ha requerido ser puesto al día cuatro veces diferentes a la espera de comprar un modelo nuevo y librarme del viejo por inservible. Me ducho diariamente y, según el trabajo físico y ejercicio, a veces lo hago por segunda vez. Conduzco un coche. Viajo en avión al menos una vez al mes por motivos de conferencias y encuentros, y vuelo internacionalmente varias veces al año para visitar a la familia. No poseo gran vestuario, pero mi ministerio y trabajo exigen un cierto equipo de ropa (que cumplo mínimamente).

Pienso que puedo alegar un estilo de vida sencillo, teniendo en cuenta donde vivo y el trabajo que realizo. No obstante, de manera realista, si todos los más de siete mil millones de personas que hay en el mundo vivieran como vivo yo, no habría bastantes recursos para sustentarnos. En conclusión, el mundo no puede soportar a ocho mil millones de personas si cada uno vive como yo lo hago y como la mayoría de nosotros lo hacemos en los lugares más desarrollados del mundo. ¿Cuál es la respuesta?

Podemos dejar un sentimiento de culpa en nosotros mismos y los demás, a pesar de que esto no es necesariamente útil. ¿Qué puede ser útil? No existe una respuesta fácil. Aquellos de nosotros que  vivimos en unas zonas más desarrolladas de nuestro mundo podemos hacer cambios, pero ¿podemos fácilmente suspender el uso de los ordenadores y los teléfonos móviles? Podemos ahorrar agua, pero ¿podemos abandonar nuestros actuales patrones de higiene? Podemos ahorrar electricidad, pero ¿podemos fácilmente dejar de conducir nuestros coches y oscurecer por la noche todos los edificios de nuestra ciudad? Podemos ser más escrupulosos en lo mucho que viajamos en avión, pero ¿podemos vivir sin viajar en ellos? Podemos reducir lo que compramos de exceso en comida, exceso en ropa y exceso en lujos y entretenimiento. Podemos reciclar, hacer compost con residuos orgánicos y no usar bolsas de plástico; y todo esto, bien conjuntado, marcará la diferencia. De veras, se necesita hacer todo esto. Con todo, aunque esto sea tan útil, no solucionará el problema por sí solo.

Para Jane  Goodall, por encima de estas cosas individuales, necesitamos realizar acciones colectivas con el fin de dar solución a la amenaza existencial que pesa sobre este planeta. Goodall designa tres: Primera, debemos atenuar la pobreza. Si hay personas que viven en una pobreza que las deja tullidas, se comprende que talarán el último árbol para lograr alimentos o pescar el último pez, porque están desesperadas por alimentar a sus familias. Segunda, debemos erradicar la corrupción en los gobiernos y la avaricia en las corporaciones. Sin un buen gobierno y compromiso por el bien común en los negocios, es imposible solucionar nuestros enormes problemas sociales y medioambientales. Además, los que por su propio beneficio rehúsan enfrentarse al problema continuarán no desafiados. Por último, colectivamente también, debemos afrontar de manera realista la tensión entre nuestro estilo de vida y el continuo crecimiento de la población en este planeta. Los consumidores negligentes son parte del problema, pero igualmente lo somos todos los demás -yo incluido- que nos tenemos por personas que viven con sencillez. Ron Rolheiser (Trad. Benjamín Elcano, cmf) - 

Santa Margarita María de Alacoque. Mensajera del Sagrado Corazón. 16 de octubre.

"Cuando uno ama, todo habla de amor, hasta nuestros trabajos que requieren nuestra total atención 
pueden ser un testimonio de nuestro amor."
Nació el 25 de julio de 1647, en Janots, Borgoña. La quinta de 7 hijos de un notario acomodado. A los 4 años hizo una promesa al Señor: "O Dios Mío, os consagro mi pureza y hago voto de perpetua castidad."  Aunque confesaría mas tarde que no entendía el significado de "voto" o "castidad."
Con 8 años, murió su padre. Ingresaron a la niña en la escuela de las Clarisas Pobres de Charolles. Desde el primer momento, se sintió atraída por la vida de las religiosas en quienes la piedad de Margarita produjo tan buena impresión, que le permitieron hacer la Primera Comunión a los 9 años, lo cual no se acostumbraba en aquella época. Dos años después, Margarita contrajo una dolorosa enfermedad reumática que la obligó a guardar cama hasta los 15 años. Por este motivo tuvo que regresar a su casa.
Hija de la Virgen María: Ya de regreso, Margarita, buscó alivio en la Virgen Santísima y le prometió que si le devolvía la salud se haría una de sus hijas. Apenas hizo la promesa, recobró la salud: "Recibí la salud, y una nueva protección de esta Señora la cual se declaró dueña de mi Corazón, que mirándome como suya, me gobernaba como consagrada a Ella, me reprendía mis faltas y me enseñaba a hacer la voluntad de Dios."
Además de la salud también llegaron las dificultades. "Apenas comencé a gozar de plena salud me fui tras la vanidad y afecto de las criaturas, halagándome que la condescendiente ternura que por mi sentían mi madre y mis hermanos me dejara en libertad para algunas ligeras diversiones y para consagrar a ellas todo el tiempo que deseara..."
La Virgen la reprende severamente cuando la veía dispuesta a sucumbir en la terrible lucha que sostenía en su interior. Estando en una ocasión rezando el rosario sentada, se le presentó la Virgen ante ella y le dijo "Hija mía, me admiro de que me sirvas con tanta negligencia." Y causaron tal impresión estas palabras en la vida de Margarita, que le sirvieron de aviso para toda su vida. Pero la Virgen es también ternura y consuelo. Un día le dijo: "Nada temas; tu serás mi verdadera hija, y yo seré siempre tu buena Madre".
Santa Margarita María hizo voto a la Virgen de ayunar todos los sábados y de rezar el oficio de su Inmaculada Concepción. Viendo su deseo de radical entrega, La Stma. Virgen le ayuda a alcanzar su meta.
El Santísimo Sacramento: Las cosas en la casa de Margarita no iban muy bien. Desde la muerte de su padre, se había instalado en su casa dos parientes y una de las hermanas de su papá, quienes habían relegado a segundo término a la mamá de Margarita y habían tomado en sus manos el gobierno de la casa. Y así no tenían autoridad alguna, ni Margarita ni su mamá en la casa. Era una guerra continua ya que todo estaba bajo llave, de tal modo, que ellas no podían hacer nada sin el permiso de sus parientes.
Margarita entonces empezó a dirigir todos sus afectos, su dicha y su consolación en el Santísimo Sacramento del altar. Pero ni siquiera esto le fue posible libremente, ya que la Iglesia de su pueblo quedaba a gran distancia y Margarita no podía salir de la casa sin el permiso de sus familiares.  En repetidas ocasiones un familiar le daba permiso y otro se lo negaba.
Pero si Margarita sufría por su situación, era mas todavía el sufrimiento que le causaba al ver la condición de su madre. Ella, enferma con una erisipela en su cabeza que le producía una hinchazón e inflamación muy peligrosas, se veía continuamente cerca de la muerte. Y por cuanto mas rogaba Margarita a sus parientes para que ayudasen a su mamá, ellos, sin mucho interés, buscaron tan solo un cirujano que la vio una sola vez. Este después de hacerla sangrar por un rato, les dijo a todos que solo un milagro podría salvar a la mamá de Margarita. Viendo el descuido hacia su madre en medio de su estado crítico, Margarita, en su angustia, acudió al mismo Señor. Y en oración le pidió que Él mismo fuese el remedio para su pobre madre y que le enseñase a ella, qué tenia que hacer.
Pronto se haría imperiosa la necesidad de esa fortaleza especial que pedía. En cuanto regresó a la casa, encontró que estaba reventada la mejilla de su mamá con una llaga casi tan ancha como la palma de una mano, y de ella salía un hedor insoportable. Venciendo su natural repugnancia a las heridas, Margarita curaba todos los días la llaga de su mamá, teniendo varias veces que cortar mucha de su carne podrida. Durante todo el tiempo de la enfermedad, Margarita apenas dormía y comía muy escasamente. Pero no dejaba de dirigirse al Señor y le decía con frecuencia, "Mi Soberano Maestro, si Vos no lo quisieras, no sucedería esto, pero os doy gracias de haberlo permitido para hacerme semejante a Vos."
Y así iba creciendo en Margarita un gran amor a la oración y al Santísimo Sacramento. Ella se lamentaba, pues sentía que no sabía como orar, y fue el mismo Señor quien le enseñaba. El la movía a arrodillarse ante El y pedirle perdón por todas sus ofensas y después de adorarlo, era el mismo Señor quien se le presentaba en El misterio que El quería que ella meditase. Y consumido en El, crecía en ella el deseo de solo amarlo cada vez mas.
Cuando su madre y sus parientes empezaron a hablarle de matrimonio, la joven Margarita no podía sino sentir temor, pues no quería en nada ir en contra de aquel voto de entrega exclusiva a Dios que una vez había pronunciado. Pero era grande la presión ya que no le faltaban pretendientes que querían empujarle a perder su castidad. Por otro lado, su madre le insistía. Llorando ella le decía a Margarita que no tenía mas esperanzas para salir de la miseria en que se hallaban más que en el matrimonio de Margarita, teniendo el consuelo de poder retirarse con ella tan pronto como estuviera colocada en el mundo. Todo esto fue muy duro para Margarita, quien sufría horriblemente. El demonio la tentaba continuamente, diciéndole que si ella se hacía religiosa, esta pena mataría a su mamá. Mas por otra parte la llamada de Margarita a ser religiosa y el horror a la impureza no cesaban de influenciarle y tenía, por gracia de Dios, continuamente delante de sus ojos, su voto, al que sentía que si llegase a faltar, sería castigada con horribles tormentos.
Pero, la ternura hacia su madre comenzó a sobreponerse con la idea de que, siendo aún niña cuando hizo el voto, y no comprendiendo lo que era, bien podría obtener dispensas. Comenzó pues Margarita a mirar al mundo y a arreglarse para ser del agrado de los que la buscaban. Pero durante todo el tiempo en que estaba en estos juegos y pasatiempos, continuamente el Señor la llamaba a su Corazón. Cuando por fin ella se apartaba un poco para recogerse, el Señor le hacía severas reprensiones ante las cuales sufría horriblemente: "Me lanzaba Jesús flechas tan ardientes, que traspasaban mi corazón y lo consumían dejándome como transida de dolor. Pasando esto, volvía a mis resistencias y vanidades"
En una ocasión Jesús le dijo: "Te he elegido por esposa y nos prometimos fidelidad cuando hiciste el voto de castidad. Soy yo quien te motivo a hacerlo, antes de que el mundo tuviera parte en tu corazón... Y después te confié al cuidado de mi Santa Madre, para que te formase según mis designios".
Finalmente el Divino Maestro se le aparece todo desfigurado, cual estaba en Su flagelación y le dice: "¿Y bien querrás gozar de este placer?- Yo no gocé jamás de ninguno, y me entregué a todo género de amarguras por tu amor y por ganar tu corazón- Querrás ahora disputármelo?". Comprendió ella que era su vanidad la que había reducido al Señor a tal estado.  Que estaba ella perdiendo un tiempo tan precioso, del cual se le perdería una cuenta rigurosa a la hora de su muerte. Y con esta gracia extraordinaria, revivió en ella el deseo de la vida religiosa con tal ardor, que resolvió abrazarla a costa de cualquier sacrificio, aunque pasarían 5 años antes de poder realizarloFuente: Corazones.org
10 consejos de Santa Margarita María de Alacoque para amar al Corazón de Jesús
1. “El adorable Corazón de Jesús (…) promete grandes ganancias a los que de buena voluntad tomen parte en esta empresa, según los medios y luces que les comunique” .
2. “Este Divino Corazón os pagará, no solamente en vuestra persona, sino en la de vuestros parientes y de todos aquellos por quienes os interesáis, a los cuales mirará con ojos propicios y misericordiosos, para socorrerlos y protegerlos en todo, con tal que acudan a Él con confianza, porque tendrá eterna memoria de lo que hacen por su gloria”.
3. “Me prometió que los que se hayan dedicado y consagrado a Él no perecerán jamás; que por ser Él la fuente de todas las bendiciones, las repartirá con afluencia en todos los lugares donde se ponga y venere la imagen de su Divino Corazón; que juntará las familias divididas y protegerá y asistirá a las que se vean en alguna necesidad y que acudan a Él con confianza".
4. “Si veis en vosotros un sinnúmero de impaciencias y enojos, arrojadlos en la fragua de la mansedumbre del amable Corazón de Jesús, para que os haga mansos y humildes”.
5. “Si nadáis en un mar de distracciones, sumidlas en el fondo de tranquilidad del Sagrado Corazón, que os alcanzará indefectible victoria”.
6. “¿No podéis hacer nada en la oración? Contentaos con ofrecer la que este divino Salvador hace por nosotros en el Sacramento del altar, ofreciendo sus afectos en reparación de vuestra tibieza, y decid en cada acción: ‘Dios mío, yo quiero hacer o padecer esto en el Sagrado Corazón de vuestro Hijo, y según sus santas intenciones, las cuales os ofrezco para resarcir las miserias e imperfecciones de las mías’”.
7. “Procurad ante todo conservar la paz del corazón, que vale más que todos los tesoros del mundo. El modo de conservarla es negar vuestra voluntad y poner en su lugar la de este adorable Corazón, para que Él quiera por nosotros lo que sea más para su gloria, contentándonos con someternos y abandonarnos a Él. En una palabra, este Divino Corazón suplirá todo lo que falte; Él amará a Dios por vos, y vos le amaréis en Él y por Él”.
8. “No os espanten los muchos contratiempos que se os ofrecerán en el establecer el reinado de este amable Corazón; las contrariedades son prendas seguras de ser de Dios la cosa, pues que sus obras se llevan a ejecución, por lo común, entre contradicciones y trabajos”.
9. “Recuerda que la perfección consiste en conformar la vida y las acciones totalmente a las virtudes sagradas del Corazón de Jesús, especialmente su paciencia, su mansedumbre, su humildad y su caridad. Como resultado, nuestra vida interior y exterior llega a ser una imagen viva de Él”.
10. “Este divino Corazón es pura dulzura, humildad y paciencia, por lo tanto, debemos esperar... Él sabe cuándo actuarFuente.

Todo está dispuesto, venid...

 




Domingo 28º del Tiempo Ordinario

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Lecturas

u bondad y tu misericordia me acompañan todos los días de mi vida

Comentario



En la primera lectura leemos: <<El Seńor todopoderoso preparará en este monte para todos los pueblos un festín de manjares suculentos, un festín de vinos de solera, manjares exquisitos, vinos refinados>>i Y en el evangelio <<Jesús tomó de nuevo la palabra y les dice esta parábola: Con el Reino de los Cielos sucede lo que con aquel rey que celebraba la boda de su hijo...ť.

La Palabra de este domingo se centra en los banquetes (cf también el salmo responsorial). La Iglesia nos ofrece datos y noticias de banquetes extraordinarios organizados por personajes importantes: el seńor de los ejércitos (primera lectura) o un rey (evangelio). Cuentan con un programa detallado: se trata de un banquete que tendrá lugar en Jerusalén (primera lectura) o de otro, con ocasión de unas bodas reales, que se celebrará en un edificio regio (evangelio). Y un menú: excelente y exquisito en ambos casos: manjares suculentos y vinos de solera (primera lectura), cebones y capones (evangelio). Los invitados al convite son agasajados espléndidamente por los anfitriones. Invitados todos los pueblos, sean muchos o pocos, todos los que se encuentren en las encrucijadas, sean hombres o mujeres.

Tanto en la primera lectura (el caso de Moab) como en la parábola del evangelio (el invitado sin vestido), los comensales invitados al banquete se han debido preparar responsable y concienzudamente, Moab es uno de los pueblos enemigos, ancestral y de siempre, de Israel. Sus orígenes son narrados como incestuosos, y su rey Balac (Nm 21ss.) intentó maldecir a Israel contratando al profeta Balaán. Sin embargo, Rut, una moabita, nuera de Noemí, ha entrado en la genealogía de David y, por lo tanto, del Mesías. El invitado, sorprendido sin traje de boda, no lo ha revestido el rey, como era costumbre en Oriente, sino que se lo ha ofrecido para que honre a todos los comensales.

No podemos - y no debemos - comportarnos ni como el infiel moabita (soberbio) ni como los ingratos invitados al banquete que respondieron hostilmente al rey, incluso matándole al hijo, ni tampoco como el comensal que no quiso vestirse de fiesta. Hagamos nuestros los sentimientos del salmo 23 y prolonguemos el momento del banquete <<en la casa del Seńor por días sin términoť. ĄDios es realmente grande y enormemente generoso!