Todo está dispuesto, venid...

 




Domingo 28º del Tiempo Ordinario

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u bondad y tu misericordia me acompañan todos los días de mi vida

Comentario



En la primera lectura leemos: <<El Seńor todopoderoso preparará en este monte para todos los pueblos un festín de manjares suculentos, un festín de vinos de solera, manjares exquisitos, vinos refinados>>i Y en el evangelio <<Jesús tomó de nuevo la palabra y les dice esta parábola: Con el Reino de los Cielos sucede lo que con aquel rey que celebraba la boda de su hijo...ť.

La Palabra de este domingo se centra en los banquetes (cf también el salmo responsorial). La Iglesia nos ofrece datos y noticias de banquetes extraordinarios organizados por personajes importantes: el seńor de los ejércitos (primera lectura) o un rey (evangelio). Cuentan con un programa detallado: se trata de un banquete que tendrá lugar en Jerusalén (primera lectura) o de otro, con ocasión de unas bodas reales, que se celebrará en un edificio regio (evangelio). Y un menú: excelente y exquisito en ambos casos: manjares suculentos y vinos de solera (primera lectura), cebones y capones (evangelio). Los invitados al convite son agasajados espléndidamente por los anfitriones. Invitados todos los pueblos, sean muchos o pocos, todos los que se encuentren en las encrucijadas, sean hombres o mujeres.

Tanto en la primera lectura (el caso de Moab) como en la parábola del evangelio (el invitado sin vestido), los comensales invitados al banquete se han debido preparar responsable y concienzudamente, Moab es uno de los pueblos enemigos, ancestral y de siempre, de Israel. Sus orígenes son narrados como incestuosos, y su rey Balac (Nm 21ss.) intentó maldecir a Israel contratando al profeta Balaán. Sin embargo, Rut, una moabita, nuera de Noemí, ha entrado en la genealogía de David y, por lo tanto, del Mesías. El invitado, sorprendido sin traje de boda, no lo ha revestido el rey, como era costumbre en Oriente, sino que se lo ha ofrecido para que honre a todos los comensales.

No podemos - y no debemos - comportarnos ni como el infiel moabita (soberbio) ni como los ingratos invitados al banquete que respondieron hostilmente al rey, incluso matándole al hijo, ni tampoco como el comensal que no quiso vestirse de fiesta. Hagamos nuestros los sentimientos del salmo 23 y prolonguemos el momento del banquete <<en la casa del Seńor por días sin términoť. ĄDios es realmente grande y enormemente generoso!