31 fin del mes de mayo, mes de María, con la oración "Al Corazón de la Divina Madre" que Jesús enseñó a Santa Matilde.


Al Corazón de la Divina Madre
Te saludo de lo íntimo de mi alma, Corazón virginal de la Santísima Madre de Cristo,
por la afluencia de todos los bienes, con los cuales fuiste gratísimo a Dios y beneficioso a los hombres.
Te saludo, Corazón Purísimo de la niña, que fue la primera en hacer voto a su virginidad.
Te saludo, Corazón humildísimo de aquella que más que nadie mereció concebir del Espíritu Santo.
Te saludo, Corazón devotísimo y deseosísimo, que llevaste a Cristo en las entrañas de María.
Te saludo, Corazón llenísimo de caridad, ardentísimo en el amor de Dios y a los hombres.
Te saludo, Corazón fidelísimo, que conservaste diligentemente todas las palabras y las obras de Jesús.
Te saludo, Corazón pacientísimo, llagado continuamente con la espada de la pasión de Cristo.
Te saludo, Corazón excelentísimo de la piadosa Madre, que quiso y hasta prefirió
que su Hijo único fuese inmolado por la redención del mundo.
Te saludo, Corazón grandemente solícito en las oraciones, intercediendo continuamente por la Iglesia.
Te saludo, Corazón diligentísimo en la contemplación, que con tus méritos alcanzas la gracia de los hombres».   
Jesús enseñó a Santa Matilde esta oración.  



31 de mayo

AVISO DE CARITAS

                                
Parroquia del Corazón de María  Oviedo

                                                                                                                                                                                                                             

SEMANA DE LAS PERSONAS MAYORES
                       
Miércoles  31 de mayo, 18:30 hrs.   

Charla: “Participación de los abuelos en la educación en la fe de sus nietos”. Dña. Alicia Fuertes

Jueves 1 de junio, 18:30 hrs.

Charla: “Cómo gestionar la soledad”.

Viernes 2 de junio, 18:30hrs.

Eucaristía y Unción de los enfermos.

A continuación, merienda en los salones parroquiales.


Anótate en la portería

¿Cuándo desaparece la fe?. Artículo de Ron Rolheiser, OMI.

Cuando Friedrich Nietzsche declaró “Dios está muerto”, añadió una pregunta: ¿Qué clase de esponja se precisa para limpiar todo un horizonte?
Yo hago esta pregunta con frecuencia porque en el curso de mi propia vida ha habido una mengua sin precedentes en el número de personas que acuden a la iglesia con regularidad; y, más recientemente, un aumento igualmente sin precedentes en el número de personas que declaran haber perdido su fe completamente y ahora están clasificadas bajo la categoría religiosa de “ninguna”.
Este último grupo (personas que, cuando se les pregunta sobre su afiliación religiosa en un formulario de censo, responden con la palabra ninguna), se ha doblado esencialmente en los últimos veinte años; y hoy, en Canadá y USA, suman más del 30% de la población. Los números son casi los mismos para Europa occidental y otras partes del mundo secularizadas.
Pero ¿de verdad han perdido su fe estas personas? Cuando usan la palabra “ninguna” para referirse a sus creencias religiosas, generalmente explican eso con frases en este sentido: ¡Ya no creo más! ¡Ya nada tiene sentido para mí! ¡He perdido la fe en la religión y en la iglesia! ¡No puedo fingir por más tiempo! ¡He perdido mi fe en esas creencias! ¡No estoy seguro de si creo en Dios o no!
Lo que es común a todas estas frases es el concepto de “creer” o “creencia”: ¡Ya no lo creo más! Pero ¿es lo mismo dejar de creer en algo que perder la propia fe? No necesariamente. Una cosa puede ser no creer más en algo, pero otra cosa muy diferente perder la propia fe. Dejar de creer en una serie de proposiciones de fe no equivale necesariamente a perder la propia fe. Ciertamente, la pérdida del sistema de la propia creencia es con frecuencia la condición para purificar la fe.
¿Qué diferencia hay entre creencia y fe? En el lenguaje normal y de cada día, decir que creemos que algo es verdadero significa que podemos ajustar esa verdad con nuestra imaginación, esto es, podemos circunscribirla de alguna manera imaginativamente, de modo que tenga sentido para nosotros. A la inversa, si no podemos imaginarnos cómo algo podría tener sentido, entonces eso es un simple paso para decir que eso no es verdad. Nuestras creencias se afirman sobre lo que podemos cuadrar con nuestra imaginación y nuestro pensar.
Pero muchos de los objetos de nuestra fe son, en esencia y por definición, inimaginables, inefables y están más allá de nuestra conceptualización. De aquí que, en el área de nuestra fe, decir que no puedo creer esto o aquello es generalmente más un indicio de la limitación de nuestra imaginación y nuestros poderes racionales que indicio de la falta de fe. Creo que somos mucho más agnósticos acerca de nuestras creencias que acerca de Dios, y esto no es una falta de fe.
La fe es más profunda que la creencia, y no es siempre algo que podamos representar imaginativamente en nuestras mentes. Tomad, por ejemplo, algunos de los artículos del Credo de los Apóstoles: Es imposible imaginarlos como verdaderos en el sentido de imaginarlos como reales. Son reales, pero nuestras imágenes de ellos son sólo iconos. Eso es verdad también de muchos artículos de nuestro credo cristiano y de muchas de nuestras doctrinas escritas de fe. Como se ha dicho, son meramente imágenes y palabras que nos apuntan hacia algo que no podemos imaginar porque está más allá de nuestra imaginación.
Por ejemplo, lo primero que siempre se necesita decir sobre Dios es que Dios es inefable, esto es, Dios está más allá de toda conceptualización, más allá de todas nuestras imaginaciones, más allá de ser representado, más allá de ser captado de alguna manera adecuada por el lenguaje. Esto es también verdad para nuestra comprensión de Cristo como Segunda Persona de la Trinidad. Jesús era hijo de Dios, pero ¿cómo puede ser eso imaginado o representado? No puede ser. ¿Cómo puede Dios, que es uno, ser tres? Esto no es matemáticas; es misterio, algo que no puede ser circunscrito imaginativamente. No obstante, lo creemos, y millones y millones de personas durante dos mil años han arriesgado sus vidas y sus almas por su verdad sin ser capaces de representarlo imaginativamente. La fe es un conocimiento de algo que, por su magnitud e infinidad, no puede ser expresado adecuadamente en relación a una idea imaginativa. Nuestras palabras sobre ella expresan nuestras creencias, y esas palabras apuntan a la realidad, pero no son la realidad.
Rechazar una pieza específica de arte no significa que rechacemos la belleza. Así, cuando uno dice Ya no puedo creer esto por más tiempo, está, en efecto, rechazando una serie de proposiciones, una serie de iconos particulares y una teoría del arte (la teología), más bien que rechazando de hecho la creencia en Dios, y lo está rechazando precisamente porque no puede representar imaginativamente algo que de hecho no puede ser expresado.
Se ha dicho que el ateo es justamente otro nombre para alguien que no puede lograr la metáfora. Tal vez eso es demasiado simple, pero sí sugiere que rechazar una serie de proposiciones teológicas no es lo mismo que perder la propia fe.
Ron Rolheiser (Trad. Benjamin Elcano, cmf) - Lunes, 29 de mayo de 2017
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30 de mayo: Aun en el caso de perderlo todo, teniéndole a Él tenemos todo


Cuando llega la penosa hora de la huida a Egipto, es San José quien alivia mi pena, y me dice: "Aun en el caso de perderlo todo, teniéndole a Él tenemos todo". 
María Valtorta. Vida oculta de Jesús. 



30 de mayo

29 de mayo: ...que los hombres y las mujeres de nuestro tiempo, reconozcan en el Niño que está en tus brazos al único Salvador del mundo, fuente inagotable de la paz verdadera, a la que todos aspiran en lo más profundo del corazón


"María, ayúdanos a ser testigos creíbles de su mensaje
de paz y de amor, para que los hombres y las mujeres de nuestro tiempo, caracterizado aún por tensos contrastes e inauditas violencias, reconozcan en el Niño que está en tus brazos al único Salvador del   mundo, fuente inagotable de la paz verdadera, a la que todos aspiran en lo más profundo del corazón

Comienza la novena al Espíritu Santo

El próximo domingo 4 de junio se celebra Pentecostés, la gran Solemnidad en honor de la Santísima Trinidad.







Sabías que San Felipe Neri puso como penitencia desplumar una gallina por toda la ciudad...

Una persona tenía la costumbre de confesarse con él muy habitualmente y casi siempre tenía el mismo pecado del que arrepentirse: el de calumniar a sus vecinos. Por ello, San Felipe, le dijo: - <<De penitencia, vas a ir al mercado, compras una gallina y me la traes. Pero de camino, la vas desplumando y dejando las plumas en la calle conforme caminas>>. La persona pensó que ésta era una penitencia rara, pero deseando recibir la absolución, hizo conforme se le había indicado y por fin regresó donde san Felipe.
- <<Bueno, Padre, he completado mi penitencia>>. Y le mostró la gallina desplumada.
- <<Oh, de ningún modo la has completado - le dijo el santo. Ahora regresarás al mercado y en el camino, recoges todas las plumas y las pones en una bolsa. Entonces regresas aquí con la bolsa>>.
- <<¡Pero eso es imposible! - lloró- , ¡esas plumas deben de estar ahora por toda la ciudad por el efecto del viento!>>.
- <<Es cierto - replicó el santo - , pero tienes aún menor oportunidad de recoger todos los calumnias que has esparcido sobre tus vecinos>>.

Frases y curiosidades de Santos y de la Iglesia #40
Recopilación de frases, curiosidades, lemas, dichos y pequeñas inspiraciones espirituales.
Parroquia del Corazón de María de Oviedo.

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26 de mayo: San Felipe Neri: Dejadme abrazar a mi Madre que ha venido a visitarme


"¡Mi hermosa Señora!
"Mi santa Señora!"
"Dejadme abrazar
a mi Madre que
ha venido a
visitarme“
S. Felipe Neri.
El santo de la alegría se

celebra el 26 de mayo




Aparición de la Virgen y curación:
Fue siempre de salud delicada. En cierta ocasión, la Santísima Virgen se le apareció y le curó de una enfermedad de la vesícula. El suceso aconteció así: el santo había casi perdido el conocimiento, cuando súbitamente se incorporó, abrió los brazos v exclamó: "¡Mi hermosa Señora! "Mi santa Señora!" El médico que le asistía le tomó por el brazo, pero San Felipe le dijo: "Dejadme abrazar a mi Madre que ha venido a visitarme". Después, cayó en la cuenta de que había varios testigos y escondió el rostro entre las sábanas, como un niño, pues no le gustaba que le tomasen por santo...

25 de mayo: María esté siempre esculpida en tu mente y grabada en tu corazón». Expresiones de amor del Padre Pío a la Virgen María.


«La Virgen Dolorosa te tenga siempre grabada  en su corazón materno».
«La Virgen Madre tenga siempre su mirada en ti y te conceda experimentar todas sus dulzuras maternas».
«María esté siempre esculpida en tu mente y grabada en tu corazón». 
Expresiones de amor del Padre Pío a la Virgen María


Sabías que las próximas solemnidades, no son fiestas “nuestras” sino fiestas que Dios celebra con nosotros...

En los próximos días —concluyendo la Pascua y retomando el tiempo ordinario— llegan importantes solemnidades del año litúrgico: la Ascensión, Pentecostés, la Santísima Trinidad, Corpus Cristi y el Sagrado Corazón de Jesús.
No son fiestas “nuestras” 
que celebramos con Dios, sino 

fiestas de Dios que Él celebra con nosotros


Frases y curiosidades de Santos y de la Iglesia #39
Recopilación de frases, curiosidades, lemas, dichos y pequeñas inspiraciones espirituales.
Parroquia del Corazón de María de Oviedo.

Fuente: Antoni Carol i Hostench, pbro. (Coordinador General de evangeli.net)

24 de mayo: María Auxiliadora: Tú, que sola destruyes los errores del mundo, defiéndenos en nuestras angustias, auxílianos en nuestras luchas, socórrenos en nuestras necesidades, y en la hora de la muerte, recíbenos en el eterno gozo.

¡Oh María Virgen poderosa! Tú, la grande e ilustre defensora de la Iglesia; Tú, Auxiliadora del pueblo cristiano; Tú, terrible como un ejército en orden de batalla; Tú, que sola destruyes los errores del mundo, defiéndenos en nuestras angustias, auxílianos en nuestras luchas, socórrenos en nuestras necesidades, y en la hora de la muerte, recíbenos en el eterno gozo. 
Oración de San Juan Bosco a María Auxiliadora.






23 de mayo: Su rostro respiraba una bondad y una ternura inefables. Pero lo que me caló hasta el fondo del alma fue la encantadora sonrisa de la Santísima Virgen


De repente, la Santísima Virgen Me Pareció hermosa, Tan hermosa, Que yo Nunca Había visto Nada tan bello. Su rostro respiraba una bondad y una ternura inefables. Pero lo que me caló hasta el fondo del alma fue la encantadora sonrisa de la Santísima Virgen
Historia de una Alma. Stª Teresita del Niño Jesús.

Artículo de Ron Rolheiser: Completando el círculo. De los libros de cuentos a la espiritualidad

Mi primer amor fue la literatura, las novelas y la poesía. De niño, me encantaban los libros de cuentos, misterios y aventuras. En la escuela primaria, me hicieron aprender de memoria poemas y me gustaba el ejercicio. La enseñanza secundaria me introdujo en una literatura más seria: Shakespeare, Kipling, Keats, Wordsworth, Browning. Como algo extraordinario, todavía leo libros de cuentos, historias de vaqueros del viejo Oeste, tomadas del anaquel de mi padre.
Durante mis años universitarios de estudiante no graduado, la literatura fue una parte significativa de mi currículo, y entonces aprendí que la literatura no era sólo sobre ficción sino también sobre comentario social y religioso, así como sobre la forma y belleza como fines en sí mismos. Entonces, en las clases leíamos novelas clásicas: 1984, El señor de las moscas, El corazón de las tinieblas, El corazón de la materia, Al este del Edén. El currículo de aquel tiempo vivido en Canadá promovió grandemente la lectura de los escritores británicos. Sólo después, por mi cuenta, descubriría la riqueza de los escritores canadienses, norteamericanos, africanos, indios, rusos y suecos. Yo había sido sólidamente catequizado en mi juventud y, a la vez que el catecismo mantuvo mi fe, la literatura mantuvo mi teología.
Pero después de la literatura vino la filosofía. Como parte de la preparación para la ordenación, se nos requirió hacer una licenciatura en filosofía. Tuve la suerte de disponer de excelentes maestros y me entusiasmé por primera vez con la filosofía. Entonces los cursos favorecían considerablemente el Escolasticismo (Aristóteles, Platón, Agustín de Hipona, Tomás de Aquino), pero nos dieron también una cabal historia de la filosofía y un fondo básico de Existencialismo, y algunos de los movimientos filosóficos contemporáneos. Quedé impactado; la filosofía vino a ser mi teología.
Pero, acabada la filosofía, llegó la teología. Después de nuestros estudios filosóficos, nos requirieron sacar una licenciatura de cuatro años en teología antes de la ordenación. De nuevo, tuve la suerte de disponer de buenos profesores y de estar estudiando teología justo cuando el Vaticano II y una nueva y rica erudición teológica estaba comenzando a penetrar en las escuelas teológicas y seminarios. Había entusiasmo teológico en abundancia, y yo lo compartí. En los círculos católicos romanos, leíamos a Congar, Rahner, Schillebeeckx, Schnackenburg y Raymon Brown. Los círculos protestantes nos daban a Barth, Tillich, Niebuhr y un grupo de excelentes eruditos en Escritura. La fe de mi juventud estaba encontrando finalmente la base intelectual por la que siempre había suspirado. La teología vino a ser mi nueva pasión.
Pero, acabada la teología, vino la espiritualidad. Después de la ordenación, me dieron la oportunidad de hacer una posterior graduación en teología. Esa graduación ahondó inconmensurablemente mi amor y compromiso por la teología. Eso también me llevó al ejercicio de la docencia; y, durante los siguientes seis años, enseñé teología a nivel de posgrado. Fueron años maravillosos; yo estaba donde más quería estar, en una clase de teología. Sin embargo, durante esos seis años, empecé a explorar los escritos de los místicos e intenté iniciar algunos cursos de espiritualidad, empezando con un curso sobre el gran místico español Juan de la Cruz.
Mis estudios de doctorado siguieron a esos años; y, mientras me centraba en una teología sistemática, escribiendo mi tesis en el área de la teología natural, algo había empezado a cambiar en mí. Me encontré cada vez más, tanto al enseñar como al escribir, moviéndome más en el área de la espiritualidad, de modo que, después de unos pocos años, ya no podía justificar más el hecho de llamar a algunos de mis pasados cursos en teología sistemática por sus títulos del viejo catálogo. La honradez me apremió a llamarlos ahora cursos de espiritualidad
Y ¿qué es la espiritualidad? ¿En qué se diferencia de la teología? A un cierto nivel, no hay ninguna diferencia. La espiritualidad es, en efecto, teología aplicada. Las dos son de una única y misma pieza, ambas son los extremos del mismo calcetín. Pero hay una diferencia: La teología define el terreno de juego, define las doctrinas, distingue la verdad de la falsedad y busca encender la imaginación intelectual. Es lo que clásicamente afirma ser ella misma: La fe en busca de entendimiento.
Pero, rico e importante como es eso, no es el caso. La teología ajusta las reglas para el juego, pero no hace el juego ni decide el resultado. Ese es el papel de la espiritualidad, aun cuando necesita ser obediente a la teología. Sin una cabal teología, la espiritualidad cae siempre en irrefrenable piedad, malsano individualismo e interesado fundamentalismo. Sólo la buena, rigurosa y académica teología nos salva de estos.
Pero sin espiritualidad, la teología viene a ser demasiado fácilmente sólo una estética intelectual, aunque hermosa. Una cosa es tener verdad coherente y cabal doctrina; otra cosa es dar esa real carne humana, en las calles, en nuestros hogares y en nuestros incansables cuestionamientos y dudas. La teología necesita darnos la verdad; la espiritualidad necesita abrir esa verdad.
Y así he completado el círculo: De los libros de cuentos de mi niñez, a través del Shakespeare de mi enseñanza secundaria, a través de los novelistas y poetas de mis años de estudiante no graduado, a través la filosofía de Aristóteles y Tomás de Aquino, a través de la teología de Rahner y Tillich, a través de la erudición escriturística de Raymon Brown y Ernst Kasemann, a través de la  hermenéutica de los posmodernistas de mis años de posgraduado, a través de cuarenta y cinco años enseñando teología… he aterrizado donde empecé – buscando aún buenas historias que alimenten el alma.
Ron Rolheiser (Trad. Benjamin Elcano, cmf) - Lunes, 22 de mayo de 2017
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22 de mayo: Stª Rita de Casia: Y pido al mundo oraciones: ¡rosas para Mí, que ofreceré a Mi Hijo para que ayude a la humanidad de este tiempo difícil!


¡Este es el mes de las rosas! Mis rosas de Nazaret, aquellas que plantó José para Mí, están todavía en mi recuerdo. Y pido al mundo oraciones: ¡rosas para Mí, que ofreceré a Mi Hijo para que ayude a la humanidad de este tiempo difícil! ¡El bien triunfará aunque ahora todo parece tan lejano del bien! Mi vida en Nazareth. Giuliana Buttini


21 de mayo: Acaso no estoy aquí yo, que soy tu madre? ¿No estás bajo mi sombra? ¿No soy tu salud? ¿No estás por ventura en mi regazo?


Oye y ten entendido, hijo mío el más pequeño, que es nada lo que te asusta y aflige. No se turbe tu corazón, no temas esa ni ninguna otra enfermedad o angustia. 
¿Acaso no estoy aquí yo, que soy tu madre? ¿No estás bajo mi sombra? ¿No soy tu salud? ¿No estás por ventura en mi regazo?

Palabras de la Virgen de Guadalupe a Juan Diego
(Juanito, el más pequeño de mis hijos)



Yo estoy en mi Padre y vosotros en mí y yo en vosotros.



Domingo 6º de Pascua