Un hombre enfermo se dirigió a su médico, mientras se preparaba para dejar el consultorio y le dijo: "Doctor, tengo miedo de morir. Dígame, ¿qué hay al otro lado?"
Muy escuetamente, el médico le contestó: "No lo sé".
"¿Cómo que no lo sabe? Pero si usted es católico. ¿No sabe lo que hay al otro lado?"
El médico tenía su mano en el pomo de la puerta. Al otro lado, se oyó un ruido de rasguños y lloriqueo y, al abrir la puerta, un perro entró apresuradamente en la habitación y le saltó encima con una evidente manifestación de alegría.
Girándose al paciente, el médico dijo: "¿Ha visto a mi perro? Nunca había estado en esta habitación antes. Él no sabía lo que había aquí dentro. Lo único que sabía es que su amo estaba aquí y, cuando se abrió la puerta, dio un salto hacia adentro sin temor alguno. Conozco muy poco de lo que hay al otro lado de la muerte, pero sé una cosa... sé que Dios, que es mi padre, está allí y eso es suficiente."
La seguridad del católico está en el Señor en quién él o ella cree. Aunque el paso al más alla nos produzca muchos interrogantes, la seguridad de que Dios está al otro lado de la puerta, nos reafirma. No esperes mucho para entrar en contacto con Él. Vale la pena vivir sabiendo quién está al otro lado de la puerta. !Confía en el Señor! Fuente