¡Velad!

 




Domingo 1º de Adviento

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Señor, ayúdame a vivir con atención cada día que me regalas

Comentario



     El relato evangélico comienza y concluye con la misma invitación: ŤVigiladť (w. 33.37). Siguen dos enseńanzas, la primera indica el "porqué" de la vigilancia: ŤVigilad, pues no sabéis cuándo es el momento precisoť (v. 33). Una lectura superficial podría parecemos como una imposición tiránica: Jesús no revela el día y la hora, para que los cristianos vivan en continuo temor. Al contrario, no se indica la hora porque todas las horas son buenas para abrirse al evangelio de suerte que comprometa la existencia. Jesús desea vitalizar a una comunidad para que no esté obsesionada con el deseo de conocer el final, sino que se preocupe por vivir y discernir tiempos y momentos en la escucha y la obediencia. Y esto en la espera de la última cita que nos introducirá definitivamente en el Reino; ciertamente es una espera continua e intensa, pero no ansiosa ni temerosa, sino que rebosa confianza.

La segunda enseńanza está en el "estilo" de la vigilancia. Marcos, al narrar la parábola del hombre que se marcha de viaje lejos, indica que deja su Ťcasať al cuidado de sus criados (v. 34). Es posible ver en la casa una imagen de la comunidad cristiana. Cualquier creyente es, en su fidelidad cotidiana al Seńor, responsable de su construcción. La vigilancia se caracteriza como "vigilancia de la casa", de la que, mientras espera a su Seńor, el cristiano debe cuidar desempeńando la tarea que Dios ha confiado a cada uno.