Dios Te Salve María Tere Larraín
Al Corazón de la Divina Madre
Te saludo de lo íntimo de mi alma, Corazón virginal de la Santísima Madre de Cristo,
por la afluencia de todos los bienes, con los cuales fuiste gratísimo a Dios y beneficioso a los hombres.
por la afluencia de todos los bienes, con los cuales fuiste gratísimo a Dios y beneficioso a los hombres.
Te saludo, Corazón Purísimo de la niña, que fue la primera en hacer voto a su virginidad.
Te saludo, Corazón humildísimo de aquella que más que nadie mereció concebir del Espíritu Santo.
Te saludo, Corazón devotísimo y deseosísimo, que llevaste a Cristo en las entrañas de María.
Te saludo, Corazón llenísimo de caridad, ardentísimo en el amor de Dios y a los hombres.
Te saludo, Corazón fidelísimo, que conservaste diligentemente todas las palabras y las obras de Jesús.
Te saludo, Corazón pacientísimo, llagado continuamente con la espada de la pasión de Cristo.
Te saludo, Corazón excelentísimo de la piadosa Madre, que quiso y hasta prefirió
que su Hijo único fuese inmolado por la redención del mundo.
que su Hijo único fuese inmolado por la redención del mundo.
Te saludo, Corazón grandemente solícito en las oraciones, intercediendo continuamente por la Iglesia.
Te saludo, Corazón diligentísimo en la contemplación, que con tus méritos alcanzas la gracia de los hombres». Jesús enseñó a Santa Matilde esta oración.
31 de mayo
CONSAGRACIÓN FILIAL AL CORAZÓN DE MARIA
¡Oh Virgen y Madre de Dios!
Yo me entrego por hijo tuyo
Me confío a tu amor materno
Para que formes en mí a Jesús.
El Hijo y el enviado del padre,
El ungido por el Espíritu Santo
para anunciar la Buena Nueva a los pobres.
Enséñame a guardar, como tú,
la Palabra en el Corazón
hasta transformarme en Evangelio de Dios.
Pide la fuerza del Espíritu para que sea
testigo de Cristo entre los hombres.
Infúndeme tu amor materno
para que les revele al Padre
y sientan la alegría de tos Hijos de Dios
en comunión fraterna de la Iglesia.
Madre, aquí tienes a tu hijo. Fórmame.
Madre, aquí tienes a tu hijo. Envíame.
Madre, aquí tienes a tu hijo,
Habla por mí Ama por mí.
Guárdame en tu corazón,
En ti, Madre, he puesto toda mi confianza:
Jamás quedaré confundido. Amén.