El evangelio del "discípulo amado" recupera, por así decirlo, el papel de Pedro en clave de amor. Sólo quien ama puede apacentar el rebańo recogido por el Amor. Sólo quien responde al amor de Cristo puede estar en condiciones de ser puesto al frente de su rebańo, porque debe ser testigo del amor.
La página que nos ocupa es de una enorme densidad y está empapada por el tema central de todo el evangelio de Juan: el amor. Por amor ha entregado el Padre al Hijo, por amor ha entregado el Hijo su vida, por amor ha reunido Cristo a los suyos; el amor es la ley de los discípulos, el amor debe mover a Pedro, y para dar testimonio de este amor ha escrito el discípulo amado su evangelio. Toda la historia divina y humana está movida por el amor, que nace del corazón de Dios, se revela en el Hijo, es atestiguado por los discípulos y se pide a quien "preside en el amor". Los acontecimientos humanos se iluminan y resuelven con esta pregunta: "Me amas?" y con esta respuesta: "Sí, te amo".
La historia de la Iglesia está basada en la pregunta que dirige Cristo a todos sus discípulos: "Me amas?", y en la respuesta: "Sí, te amo". Que el Espíritu, que es el Amor increado, nos permita entrar en este diálogo iluminador y beatificante.
Gracias a: Rezando Voy,Santa Clara de Estella y Ciudad Redonda