No te digo hasta siete veces, sino hasta setenta veces siete.

 



Domingo 24º del Tiempo Ordinario

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Que tu misericordia y tu compasión me muevan

Comentario



<<Acuérdate de tu fin y deja de odiarť (Sir 28,6). żCuál es el <<finť, las <<cosas últimasť, de las que habla la Escritura? Si nos fijamos en la pagina del evangelio de Mateo, el fin se refiere al Reino de los Cielos; y si hojeamos la Carta a los Romanos, coincide con el Seńor (<<Vivimos para el Seńorť, 14,8). El Reino de los Cielos es el horizonte ultimo de la historia, Cristo resucitado es el acontecimiento último del hombre. Pues el perdón mira al presente desde el fin, es decir, del novum, del éschatón, de lo definitivo que esta por venir El perdón <<no se sitúa en un plano ético, sino escatológico. El perdón es la profecía del Reinoť (E. Bianchi).

En el texto de Mateo, hay dos dimensiones en tensión: la comunidad cristiana que vive en el tiempo, imperfectamente, y el Reino de los Cielos, que domina el fin de los tiempos. El perdón, como posibilidad ilimitada de relación y convivencia fraterna en el presente, también es la condición -gratuitamente ofrecida - de acceso a la comunión con Dios. Allí donde el pecado es ruptura de la relación, el perdón es restablecimiento, reconstrucción y consolidación de vínculos.

Se trata de abrir las puertas de nuestro corazón al amor - mas precisamente, a la misericordia de Dios- y permitirle que vivifique lo que el pecado mata. Se puede decir que la fuerza del perdón es la paciencia, entendida como esperanza, oración y empeńo por la conversión propia y del hermano. Perdonar conlleva, en cierto sentido, participar de la paciencia divina: él es el <<pacienteť, el <<clementeť, el <<compasivoť, el <<misericordiosoť y el <<fielť (Ex 34,6). El primer movimiento del perdón es tener paciencia, aceptar las imperfecciones propias y ajenas. El segundo consiste en dar: estar en actitud de disponibilidad (darse) y acogida (ofrecerse) con el ofensor.

 


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