Como un padre siente ternura por sus hijos, siente el Señor ternura por los que lo temen; porque él conoce nuestra masa, se acuerda de que somos barro. Sal 102

Salmo Sal 102, 1b-2. 8-9. 13-14. 17-18a

Bendice, alma mía, al Señor


Bendice, alma mía, al Señor,
y todo mi ser a su santo nombre.
Bendice, alma mía, al Señor,
y no olvides sus beneficios. R/.
El Señor es compasivo y misericordioso,
lento a la ira y rico en clemencia.
No está siempre acusando
ni guarda rencor perpetuo. R/.
Como un padre siente ternura por sus hijos,
siente el Señor ternura por los que lo temen;
porque él conoce nuestra masa,
se acuerda de que somos barro. R/.
La misericordia del Señor
dura desde siempre y por siempre,
para aquellos que lo temen;
su justicia pasa de hijos a nietos:
para los que guardan la alianza. R/.