Además de las personas que actualmente están comprometidas en el grupo, agradecemos su gran colaboración a muchísimas personas que, cada año, a pesar de su edad, se desviven con gran sacrificio para que el “Rastrillo Misionero” salga adelante y se recaude lo más posible para el alivio de la misión y de los pobres.
Un ruego: como lo bueno nunca se debe perder, necesitamos gente más joven que reemplace nuestra labor a favor de las misiones. Recordad que Jesús dijo: “Lo que hagáis a estos… a mí me lo hacéis” (Mt. 25, 31-46).
Archicofradía del Corazón de María:
La Archicofradía del Corazón de María es un regalo-herencia que el P. Claret dejó a los Misioneros Claretianos. Oviedo acoge con gozo desde el año 1941, esta entrañable devoción.
Aprovechando los servicios que los Misioneros prestaban en la parroquia de Santa María La Real de la Corte, surge un grupo de mujeres que expandió rápidamente esta devoción. Tiene un fin reparador que se realiza a través de la adoración eucarística de los cinco primeros sábados de mes y con la solemne novena en la última semana de mayo, con la consagración al Corazón de María que se convierte en el broche de oro de la colaboración que se brinda en diversas actividades parroquiales. También se cultiva el espíritu mariano del Corazón de María en las reuniones mensuales.
Bienhechores:
En 50 años de la parroquia han sido muchos los que han tenido detalles con nosotros, con caritas o con la misión. Para respetar el criterio de algunos donantes que han preferido el anonimato, dejamos constancia de nuestro agradecimiento. La Misión de Juanjuí en Perú ha sido siempre como una extensión más de la parroquia Corazón de María de Oviedo. Seguimos hoy con la misma idea de colaboración con las misiones gracias a la generosidad de los feligreses y a la labor incansable del grupo Misionero. Por esos donantes y colaborado- res, rogamos a Dios que es el mejor pagador y no se deja ganar en generosidad. A todos, muchísimas gracias.