Conmemoración de los Santos Pedro Poveda e Inocencio de la Inmaculada y de los más de 2000 mártires españoles.

Encabezan la multitud de santos y beatos, obispos, sacerdotes, consagrados y laicos, que dieron a Cristo el testimonio supremo del amor, martirizados en odio a la fe en España, entre 1931 y 1939, durante la persecución religiosa contra la Iglesia.

Pedro Poveda Castroverde nació en Linares (Jaén) el 3 de diciembre de 1874. Ya de niño sintió atracción por el sacerdocio. Ingresó en el seminario de Jaén y concluyó los estudios en el de Guadix, diócesis en la que recibió el presbiterado en 1897. A partir de 1911, con unas jóvenes colaboradoras, comenzó la fundación de Academias y Centros pedagógicos que darían inicio a la Institución Teresiana. Se trasladó a Jaén para consolidar la misma Institución que recibiría allí la aprobación diocesana y después, estando él ya en Madrid como capellán real, la aprobación pontificia. Sacerdote prudente y audaz, pacífico y abierto al diálogo, entregó su vida por causa de la fe en la madrugada del 28 de julio de 1936, identificándose: “Soy sacerdote de Cristo” ante quienes le conducirían al martirio. Fue beatificado por el 10 de octubre de 1993.

Manuel Canoura Arnau nació el 10 de Marzo de 1887 en Sta. Cecilia (Lugo) . Ingresó en los Pasionistas en Peñafiel y después entró en el Noviciado de Deusto, en Vizcaya, para volver al final del mismo a Mondoñedo y cursar en su tierra natal los estudios de Filosofía y Teología. El 2 de octubre de 1910 recibió el subdiaconado en Mieres; y en junio de 1912 se le confiere el orden del diaconado en la misma localidad. También allí recibió la ordenación sacerdotal el 20 de Septiembre de 1920. Desde entonces comenzó para el P. Inocencio una vida de intenso apostolado sacerdotal, en el cual cabe resaltar su dedicación a la docencia de la filosofía, la Teología y la Literatura, en las diversas casas a las que fue destinado: la de Daimiel (Ciudad Real), la de Corella (Navarra), la de Peñaranda (Burgos), la de Mieres (Asturias); y en las de Ponferrada y Santander, como predicador apostólico de aquellas zonas industriales.

En septiembre de 1934, un mes antes del martirio, el P. Inocencio regresa a Mieres en la inquieta región minera de Asturias, donde ya había estado siendo muy conocido y apreciado. La comunidad cuenta con 29 religiosos, de los cuales 17 son jóvenes estudiantes. La situación política puede estar fuera de control de un momento a otro y el clima es muy hostil para los religiosos. El 5 de octubre de 1934 se sublevan 30.000 insurgentes en Asturias: tanto los creyentes, como los sacerdotes y los religiosos son señalados como cómplices de la derecha, y contra ellos se vuelca un odio singular e incontrolado. El día anterior, los Pasionistas desarrollan las habituales ocupaciones. El P. Inocencio va a Turón, pueblo minero, para confesar en el colegio de los hermanos de las Escuelas Cristianas en preparación al primer viernes del mes: se hace tarde y viajar de noche es poco prudente, por eso decide pernoctar allí. El día 5 se levanta muy temprano y celebra la Eucaristía. Al ofertorio llegan los revolucionarios: el Señor asocia a sus mártires a su propio sacrificio. Registran la casa, buscan las armas “de los fascistas y de la acción católica”. Arrestan al P. Inocencio y a los 8 religiosos de la comunidad de los Hermanos de las Escuelas Cristianas y los llevan a la “casa del pueblo”. El padre Inocencio pasa esos pocos días orando y escribiendo. Pero le será quitado todo. Hacia la una de la madrugada del 9 de octubre fueron llevados al cementerio donde había sido ya excavada una fosa común. Se intercambian de nuevo la absolución y se dirigen al martirio orando en voz baja. Todos son puestos en fila junto a la fosa y, luego, fusilados. Santa Clara de Estella

El día 6 de noviembre se celebra la memoria de más de 2.000 mártires de la persecución religiosa durante el siglo XX en España. Entre ellos, de manera muy especial se recuerda en el Seminario la fiesta de los beatos Seminaristas Mártires de Oviedo, Ángel Cuartas Cristóbal y ocho compañeros, asesinados en el periodo comprendido entre 1934 y 1937, teniendo el mayor 25 años y el más joven, 18. Su beatificación tuvo lugar el 9 de marzo de 2019, en la Catedral de Oviedo.

Biografía de Ángel Cuartas Cristóbal

Nació el 1 de junio de 1910 en Lastres. Su padre era pescador y su madre, ama de casa. Era el octavo de nueve hijos. Antes de ir al Seminario, estudió en la escuela de Lastres con los maestros nacionales. Era una familia humilde en la que todos tenían que trabajar en cuanto hubiera edad para ello. El padre era pescador y tenía un sueldo escaso, por lo que su hermana Elvira lo llevaba a trabajar con ella a la fábrica de pescado del pueblo, donde ganaba algo de dinero con el que compraba libros. Su amigo Benito decía de él: “Él entró en el Seminario por vocación. Ya se le veía de antes. Era igual que un santo. Nunca tuvimos una mala palabra, éramos más amigos y él nos defendía muchas veces y cuando reñíamos entre nosotros siempre nos decía: pero que hacéis, hombre. En la amistad no hay que reñir unos con otros. Él ponía paz entre nosotros”. Entró en el Seminario de Valdediós en 1923 y seis años más tarde, llegó a Oviedo. En ambos destacó por su carácter noble y franco, pero al mismo tiempo, tímido y respetuoso con sus superiores. Era alegre y divertido como el que más. Sabía que corrían peligro desde 1931, pero nunca quiso abandonar el Seminario.

Ángel Cuartas salió de su casa el último domingo de septiembre de 1934. Comenzaba el 5º curso de Teología. Fue asesinado en Oviedo el 7 de octubre de 1934 con otros cinco compañeros seminaristas. Tenía 24 años de edad
. Fuente: Iglesiadeasturias.org